12. He dicho algo malo

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—¡¿Alana?! 

Reaccioné antes de que Charlie pudiera procesar lo que acababa de decir. Me metí al pasillo y alcancé a reconocerla entre la poca luz que había. Mi aparición repentina pareció asustarla porque intentó esconderse detrás del ex novio de Charlie como reflejo, pero la tomé del brazo y la arrastré hacia afuera.

—¿Qué sucede? —preguntó alarmada.

Estaba furiosa, pero no con ella. Lo estaba con él.

Primero, porque me caía mal. Segundo, porque engañó a Charlie; y tercero, porque estaba comenzando a ser una puta garrapata y no pensaba dejar que se volviera a acercar a ninguna de las chicas.

Empujé a Charlie y a Alana con suavidad para que salieran del pasillo. Él me tomó del brazo en un intento por alcanzarlas y sólo atiné a darle un codazo para que me soltara.

—¡Oye!

No había sido mi intención golpearlo, pero me valía verga. Le enseñé el dedo del medio y salí del pasillo con prisa para buscar a las chicas. No me di cuenta de que alguien estaba en mi camino hasta que tropezamos con fuerza.

—¿Dónde es el incendio? —preguntó Jade.

Puse las manos en su pecho para apartarme y lo esquivé.

Comencé a andar por los pasillos pero no las vi por ningún lado. La música retumbaba en mis oídos y me era difícil intentar distinguir la voz de alguna de ellas entre tanto bullicio. Los rostros eran familiares y al mismo tiempo no.

—¡Charlie! —puse las manos como megáfono y grité, algo nerviosa.

Varias personas voltearon a verme, ninguna era ella.

La puerta de uno de los salones se abrió y una cabeza se asomó. Primero vi la melena larga y oscura de Noah. Luego, su rostro pálido e indescifrable. Ella me hizo un gesto con la mano para que me metiera y la seguí.

Dentro estaban las otras dos chicas gritándose. Era un poco difícil saber qué decían porque no dejaban de pisarse.

Noah cerró detrás de mí.

—¿Por qué están gritando? —pregunté.

Las dos cabezas se volvieron a verme con una mezcla de confusión e irritación, como si les sorprendiera y ofendiera que acabara de interrumpirlas.

Un paso en falso y me apuñalaban.

—¿¡No la acabas de ver!? —Charlie señaló a Alana. De las dos, parecía la más afectada—. ¡Estaba besando a mi novio!

—Ex novio —la corregí.

—No tenía idea de que era tu novio —se defendió Alana.

Se había apartado un poco de nosotras y nos miraba con recelo, como esos gatos callejeros que esperan a que te acerques lo suficiente antes de salir corriendo.

Charlie movió un banco para llegar hasta ella.

—¿Cómo no vas a saber? Si te dije que él me estaba hablando.

—¿Sigues hablando con él? —volví a meterme.

Ella se detuvo a medio camino y me miró. Un poco del enfado en su expresión se suavizó. Sólo un poco.

Hubo un momento de silencio en el que se oyó el eco de la música que provenía de los pasillos antes de que Charlie pudiera reponerse de su error y sonreír.

—Le respondo por educación.

—Y una mierda —le dije—. ¿Qué fue esa escena de celos que me hiciste por Jade, entonces? ¿Estabas mintiendo?

¿Escuchas Girl in Red? | YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora