5. Jade con J de "Joder, qué pesado"

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Pasó casi una semana hasta que comenzaron a presionarnos para escoger un delegado en nuestro salón. El preceptor se presentó durante el cambio de hora, se paró frente al pizarrón y nos dedicó una mirada de absoluta decepción.

—¿Por qué aún no han escogido delegado? —nos regañó.

Él nos estaba preguntando a todos, pero nos miró a Charlie y a mi en concreto. Dejé de mecerme en el asiento para poder alzarme de hombros y desentenderme del asunto. Este año queria que fuera tranquilo. No me iba a estresar con esas cosas.

Él suspiró luego de un par de segundos de silencio como respuesta y se acercó a la pizarra para recoger una tiza.

—Hay muchas caras nuevas este año. Hagámoslo más fácil. Levanten la mano los que quieran postularse.

Cinco o seis manos se alzaron por todo el salón, Charlotte incluída. El resto inspeccionó a su alrededor con interés como si quisieran sopesar las opciones que les ofrecían. El rostro impasible de Noah se detuvo en mí desde la otra punta del salón. Le mantuve la mirada, a la espera de alguna señal. Era dificil adivinar lo que ella estaba pensando la mitad del tiempo.

—¿No serás delegada? —preguntó con la suficiente fuerza como para que todos la oyeran—. Estaba esperando por ti.

Miré a mi alrededor cuando todos los ojos se posaron en mí y mantuve las manos hundidas en los bolsillos de mi chaqueta a cuadros.

Sorpresivamente para un conjunto de treinta estudiantes, todos guardaron silencio.

—¿Yo? —pregunté con poco interés, sin comprender.

Noah separó los labios para responder, pero alguien se le adelantó. Uno de los chicos detrás de ella me apuntó con su mano.

—¿No eras delegada el año pasado?

—No, no lo era —respondí con confusión—. Era Charlie.

Yo sólo fui sub delegada, pero nunca tuve alguna responsabilidad significante y sólo iba a las reuniones si Charlie no podía.

—¿Por qué no lo eres este año? —sugirió alguien detŕas de mí. Charlie se estremeció a mi lado—. Lo estabas haciendo bien el año pasado.

Sentí la boca seca y me pasé la lengua. No recordaba haber hecho nada bien el año pasado. Todo lo contrario: mientras ella se encargaba de organizar los eventos importantes, yo no dejaba de traerle problemas.

Peleaba con la profesora de matemática todas las semanas porque me miraba feo, me saltaba clases delante de los profesores para hacerlos enfadar e incluso hice que me suspendieran por decirle "estúpida" a la directora.

No me consideraba problemática, de todas formas. Me gustaba pensar que era una persona fácil de tratar la mayoría del tiempo.

—¿Qué cosa hice bien?

Noah me sonrió como le sonries a alguien que es irremediablemente estúpido y te da ternura.

—Qué linda que eres, Andrea —soltó así, sin más, y me ignoró para mirar al preceptor como si no le interesara seguir prestandome atención—. ¿Podemos votarla?

Él se alzó de hombros.

—Depende de si ella quiere.

Me enderecé en mi asiento bajo la atenta mirada de todos.

—Pues yo quiero que Charlie sea delegada.

Descansé mi mano sobre el antebrazo de ella para desviar la atención hacia mi compañera de banco, pero no funcionó.

¿Escuchas Girl in Red? | YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora