Stupids, Park! [BTS FANFIC] [EDITANDO]

Capítulo 32:

Capítulo dedicado a  @Anacarolinapiasalaza   

Realmente quiero agradecer tu apoyo a la historia. Me motivaste mucho a escribir. Gracias, hermosa. Este capítulo es tuyo.

Abrí la puerta de mi habitación lentamente. Verificando que todo estuviese en orden, no es que fuese desordenada, solo quería asegurarme de que no hubiera nada con lo que el joven Park pudiera avergonzarme ahí adentro.

—Puedes pasar. —Solté dándole el paso a ingresar a mi estrecha habitación.

Él le dio una barrida al lugar para después pasearse por esta como Pedro en su casa. — Linda almohada. —Me dijo burlonamente señalando a mi almohada de Pikachu. Creo que ya quedó claro que me gustaba mucho ese personaje.

—Bueno, no todos tenemos una almohada con plumas de delfín. —Me acerqué a mi escritorio para sacar cuadernos y apuntes.

—Pero los delfines no tienen plumas. —Me dijo confundido.

—Exacto. —Concluí. Me acerqué a él con los libros en la mano. —Entonces empe...—Pude notar a sus ojos distraídos viendo algo en sus manos. 

Mi cuadro de graduación. Se lo arranché de las manos, sacándole una risa.

Y es que ese cuadro no fue la mejor foto que me pudieron notar. Mis labios los mantenía apretados ya que en esos momentos me había entrado un ataque de risa, pero no podía sonreír. Por lo cual mi rostro era más gracioso que otra cosa, agregando que justo ahí, EunWoo me había despeinado. Sí, ya deben imaginar como salió esa foto.

—Ya, deja de burlarte. — Le tiré un golpe en el hombro. Pero el maldito seguía riéndose.

Ya que el muchacho se había sentado en mi cama, no tuve de otra que hacerlo también.

—Bien...

Ahora debía ver el nivel académico de JungKook. Para ver si teníamos que empezar de cero.

                                                                                          (...)

¿Recuerdan que dije que podíamos empezar de cero?

Pues la verdad es que no sé como empezar en un nivel más bajo que ese.

Suspiré y pude ver como JungKook tiró el lápiz a un costado. — Soy una mierda para esto. — Se recostó en su brazo.

—Vamos yo sé que puedes hacerlo. — Intenté animarlo.

Le expliqué de nuevo los ejercicios y poco a poco pude ver como empezaba a resolverlos. Esta vez lo dejé hacerlo solo.

—Bien, terminé...—Me tendió su hoja bastante dudoso.