Capítulo 31:

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—Vaya...—Tae se acomodó el cabello mientras me veía con cara de circunstancias.


Yo solo le di una lamida a mi helado de vainilla mientras veía algún punto de la heladería. Había contado con punto y detalle absolutamente todo a TaeHyung, quizá no sea la mejor persona, pero no me pueden juzgar en un momento así. Además hoy descubrí que era muy buen escuchador, cosa que me sorprendió.


Regresando al punto, terminamos en una heladería a pedido suyo y bueno realmente no me pude resistir a decirle que no. Al fin y al cabo el helado desahoga todo ¿no?


—Ahora veo que todo tiene sentido. — Asintió para sí mismo. Por un momento me miró y yo a él y entonces recordé algo.


Una melena negra, y una actitud arrogante se hizo presente en mi cabeza. Park JungKook.


Quería estrellarme el cono de helado por la cabeza. Me levanté de la mesa rápidamente y le pedí con urgencia la hora a TaeHyung.


—5:45. — Leyó en voz alta.


Quería matarte. Se supone que debería estar en la biblioteca hace más de una hora. No quería imaginar cómo estaría JungKook ahora.


—¿Tienes algo que hacer? — Me preguntó con interés mientras terminaba de devorar su helado. No pude evitar sonreír un poco al ver que algunos restos se habían quedado al borde de sus labios.


—Se podría decir...—Susurré. Cogí una servilleta y la pasé suavemente por el borde su boca limpiándola. Pude ver como su cuerpo se quedó algo tensó, pero luego una sonrisa torpe se formó en sus labios. Me agradeció en un pequeño susurro.


—¿Quieres que te lleve? — Me preguntó mientras se levantaba de la mesa.


—En realidad ya pasó mi tiempo. — Reí algo nerviosa.


—Entonces te llevo a tu casa. —Esta vez no lo preguntó solo me guió a su vehículo. Subí sin rechistar y pude ver como prendía la radio, dejando que la melodía de Post Malone invadiera todo el vehículo.


Una sonrisa se formo en mis labios al reconocer la canción. Y no, no era solo una canción, era la canción.


—Esta canción es increíble. — Asentí estando de acuerdo con él.


Y no pasó mucho tiempo para que el auto se volviera un karaoke. Ambos sabíamos esta canción al pie de la letra y la cantábamos a coro y pulmón, y como no hacerlo. Esta canción era arte puro y entre risas y risas, y algunos desafinados de mi parte. Llegamos a mi casa.


Sin saber lo mucho que me había gustado la voz tan profunda de TaeHyung. Era una voz tan tranquilizadora que al escuchar no te da más ganas que de cerrar los ojos y dejarte llevar. Al contrario de la mía que debería funcionar como alarma para despertar a cualquiera con mis hermosos altos.

Stupids, Park!  [BTS FANFIC] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora