8 años después

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Una molesta luz me alumbra la cara. Me doy la vuelta en la cama pero no soy capaz de volver a conciliar el sueño.¡Qué fastidio!
«Mmm» gruño. Abro los ojos y veo luz que entra por la ventana. Dios mío, ¿Qué hora es? Mi mirada viaja hacia el reloj digital que tengo encima de la mesita de noche.¿Pero qué demonios?
7:25 a.m, ¡Joder, voy a llegar tarde!
Salgo de la cama de un salto y entro en el baño que comparto con mi hermano. Me ducho en 10 minutos y salgo en albornoz de vuelta a mi cuarto. Me pongo los primeros jeans que veo, blusa blanca de manga corta, zapatillas y me recojo el pelo en una coleta desordenada.
Resuelto el paso número uno, arreglarme, voy directa a la cocina a ver que pillo para desayunar.
Cuando entro a la cocina lo primero que veo es a mi querido hermano tomando un vaso de jugo apoyado en la isla de la cocina. Alza la mirada y me sonríe. Él tiene un don especial para sonreír de una forma que te derrite el corazón.
Parece que fue ayer la primera vez que lo vi, tan alto, delgaducho y sobre todo miembro honorable del club “sonrisa 24/7”. A veces me preguntaba si no le dolían las mejillas al final del día, sin embargo, su sonrisa amplia y permanente es uno de los rasgos que más adoro de él.
Está sin camiseta, exponiendo sus pectorales a todo el que quiera mirar. Ya no se parece en nada al antiguo Jan, la adolescencia y el gimnasio hicieron maravillas en él. Jan es mi hermano del alma, pero qué puedo hacer, la mirada es tan indiscreta.....

- Buenos días. Pareces muy agitada esta mañana princesa. ¿Has estado haciendo ejercicio? - me dice con un brillo travieso en los ojos. Sabe perfectamente que me ha cogido tarde, el muy cretino.

- Tú, mal hermano - lo apunto con mi dedo acusador - ¿Cómo es que no me despertaste?¿Te gusta verme correr?.

Abro el frigorífico y me sirvo un vaso de zumo de naranja porque no creo que tenga tiempo para nada más.

- Oye - le digo haciendo pucheros - ¿Me puedes llevar al insti?

Lo miro con mi cara más angelical dando pequeños saltitos.

- Porfa Jan. No me despertaste y ahora por tu culpa voy jodidamente tarde.

Él me mira con una ceja levantada en señal de desaprobación y sé que es por el “jodidamente”. A él no le gusta que diga tacos, es fanático de hablar bien y sin vulgaridades.

- Plissssss - le ruego.

- Vale, voy a por las llaves, te espero afuera en 5 minutos.

Corro hacia la habitación y meto varios libros en la mochila. Cuando salgo veo a mamá tratando de arreglarle la corbata a Steve que nunca logra hacerse un nudo decente.

- Ya me voyyy - les digo mientras cruzo la puerta tirando un beso al aire. Escucho lejanamente los “adiós” y “no corras” de Steve y mamá.

Bajo los escalones y llego al pequeño jardín frontal. Jan ya me está esperando en el auto. Entro y tiro la mochila en los asientos traseros donde veo la de Jan y la carpeta donde guarda su laptop. Por lo que veo hoy tiene universidad.

- Vámonos ya, tengo que llegar en 15 minutos.

Él asiente y arranca. Mientras conduce aprovecho para preguntarle sobre la universidad. Está en tercer año de diseño industrial.

- ¿Qué tal va la uni?

- Bien. Este es nuestro penúltimo año y los profesores nos meten mucha presión.

- Lo imagino, pero tú eres muy listo. Seguro que te irá a las mil maravillas. - le digo - Cambiando a un tema menos interesante...¿Qué tal las cosas con Gía?

Gía es, o era, no estoy muy segura, la novia o al menos, la chica con la que sale Jan desde hace algunos meses.

- Bueno - suspira - no muy bien,la verdad, creo que terminaremos pronto.

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora