Una molesta luz me alumbra la cara. Me doy la vuelta en la cama pero no soy capaz de volver a conciliar el sueño.¡Qué fastidio!
«Mmm» gruño. Abro los ojos y veo luz que entra por la ventana. Dios mío, ¿Qué hora es? Mi mirada viaja hacia el reloj digital que tengo encima de la mesita de noche.¿Pero qué demonios?
7:25 a.m, ¡Joder, voy a llegar tarde!
Salgo de la cama de un salto y entro en el baño que comparto con mi hermano. Me ducho en 10 minutos y salgo en albornoz de vuelta a mi cuarto. Me pongo los primeros jeans que veo, blusa blanca de manga corta, zapatillas y me recojo el pelo en una coleta desordenada.
Resuelto el paso número uno, arreglarme, voy directa a la cocina a ver que pillo para desayunar.
Cuando entro a la cocina lo primero que veo es a mi querido hermano tomando un vaso de jugo apoyado en la isla de la cocina. Alza la mirada y me sonríe. Él tiene un don especial para sonreír de una forma que te derrite el corazón.
Parece que fue ayer la primera vez que lo vi, tan alto, delgaducho y sobre todo miembro honorable del club “sonrisa 24/7”. A veces me preguntaba si no le dolían las mejillas al final del día, sin embargo, su sonrisa amplia y permanente es uno de los rasgos que más adoro de él.
Está sin camiseta, exponiendo sus pectorales a todo el que quiera mirar. Ya no se parece en nada al antiguo Jan, la adolescencia y el gimnasio hicieron maravillas en él. Jan es mi hermano del alma, pero qué puedo hacer, la mirada es tan indiscreta.....- Buenos días. Pareces muy agitada esta mañana princesa. ¿Has estado haciendo ejercicio? - me dice con un brillo travieso en los ojos. Sabe perfectamente que me ha cogido tarde, el muy cretino.
- Tú, mal hermano - lo apunto con mi dedo acusador - ¿Cómo es que no me despertaste?¿Te gusta verme correr?.
Abro el frigorífico y me sirvo un vaso de zumo de naranja porque no creo que tenga tiempo para nada más.
- Oye - le digo haciendo pucheros - ¿Me puedes llevar al insti?
Lo miro con mi cara más angelical dando pequeños saltitos.
- Porfa Jan. No me despertaste y ahora por tu culpa voy jodidamente tarde.
Él me mira con una ceja levantada en señal de desaprobación y sé que es por el “jodidamente”. A él no le gusta que diga tacos, es fanático de hablar bien y sin vulgaridades.
- Plissssss - le ruego.
- Vale, voy a por las llaves, te espero afuera en 5 minutos.
Corro hacia la habitación y meto varios libros en la mochila. Cuando salgo veo a mamá tratando de arreglarle la corbata a Steve que nunca logra hacerse un nudo decente.
- Ya me voyyy - les digo mientras cruzo la puerta tirando un beso al aire. Escucho lejanamente los “adiós” y “no corras” de Steve y mamá.
Bajo los escalones y llego al pequeño jardín frontal. Jan ya me está esperando en el auto. Entro y tiro la mochila en los asientos traseros donde veo la de Jan y la carpeta donde guarda su laptop. Por lo que veo hoy tiene universidad.
- Vámonos ya, tengo que llegar en 15 minutos.
Él asiente y arranca. Mientras conduce aprovecho para preguntarle sobre la universidad. Está en tercer año de diseño industrial.
- ¿Qué tal va la uni?
- Bien. Este es nuestro penúltimo año y los profesores nos meten mucha presión.
- Lo imagino, pero tú eres muy listo. Seguro que te irá a las mil maravillas. - le digo - Cambiando a un tema menos interesante...¿Qué tal las cosas con Gía?
Gía es, o era, no estoy muy segura, la novia o al menos, la chica con la que sale Jan desde hace algunos meses.
- Bueno - suspira - no muy bien,la verdad, creo que terminaremos pronto.
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Mi princesa
Teen FictionHannah Anderson solo tiene 9 años cuando aparece Jan Michelson en su vida. Para ella él será su amigo, confidente, su hermano. Para él ella es la niña de sus ojos, su consentida...su princesa. Un amor fraternal une a estos 2 protagonistas. Sin embar...