Te amo

2K 93 0
                                    

Aprovecho que Hannah está distraída para ir a buscar su regalo de cumpleaños. Es una cadenita de oro con un dije en forma de corazón coronado. Dentro he mandado poner una foto nuestra. Estoy encantado de que las cosas se arreglaran por fin, aunque no como yo esperaba. Supongo que tengo que darle tiempo.Pienso en ella y mi corazón late fuerte.
Llego a casa y no hay nadie, ¿Dónde se habrá metido? Busco mi teléfono para llamarla pero la veo llegar. Ni siquiera me mira y pasa por mi lado como un rayo hacia el patio. La sigo, se sienta bajo el manzano y tira como quiera unas bolsas que llevaba en la mano .
Está llorando y escuchar sus sollozos me parte el alma. Me acerco a ella y le seco las lágrimas.

- ¿Por qué lloras princesa? - le pregunto mientras me siento a su lado.

Ella levanta la vista y me mira como si fuera la primera vez que lo hace. Recuerdo la primera vez que la vi, cuando era pequeña, con su vestidito y la tiara de princesa, y como lloraba sin consuelo bajo este mismo árbol al descubrir la relación de nuestros padres. Parece como si estuviéramos reviviendo la misma escena, solo que ya no es una niña pequeña, sino una joven preciosa.

- Jan - dice entre lágrimas y se lanza a mis brazos llorando.

- Dime qué sucede, por favor, no soporto verte así.

- Mi padre - me dice - acabo de ver a mi padre.

Ya entiendo. Hannah siempre ha sufrido por su causa, yo he sido testigo de sus lágrimas. Ese hombre, que no es digno de ostentar el título de padre. La estrecho contra mí y escucho con paciencia el relato de su encuentro, aunque lo que de verdad me apetece es decirle unas cuantas verdades a ese tipo.

- Parece que tengo dos hermanas. Ellas le preguntaron que quién era yo, y él... él les dijo... - sus sollozos no la dejan hablar bien - les dijo que yo no era nadie.

Llora aún más y yo siento una rabia immensa hacia ese cabrón. ¿Cómo se atreve? Es su hija, ¿Es que no tiene corazón?

- Me siento tonta Jan, aunyq no lo admitiera antes, siempre esperé que él regresara, que quisiera recuperar el tiempo perdido. Que aunque mi madre y él no tuvieran nada que ver, yo significaría algo para él, pero ya veo que no es así. Y duele.

- Tranquila cariño. Ese tipo no tiene idea de lo que está perdiendo. Tú tienes una familia que te ama y para mi padre tú eres la niña de sus ojos. No estés triste. Recuerda que padre no es el que engendra sino el que cría, educa y da cariño. - digo tratando de consolarla, aunque sé que ser rechazada por la persona que se supone que más nos debe amar es muy duro.

Acaricio su espalda y beso su pelo. Quiero que se sienta querida y segura. Recuerdo una canción que a ella le gusta mucho, y aunque yo no sé cantar ni hablar coreano, le recito su letra, susurrando en su oído.

- “No te sientes ahí a llorar, toma mi mano. Te protegeré de todo. No te dejaré sola, como a una extraña,porque tengo tu corazón en mi corazón.
Quiero comprender tus tristezas , solo quiero brindarte calidez.
No te sientes ahí a llorar, mira mis ojos. Cuéntame tus recuerdos y borremos a todos aquellos que deben ser olvidados. Siempre voy a estar aquí para ti.
Quiero comprender tus tristezas, solo quiero brindarte calidez.
Yo te lo prometo. Mantendré mi promesa porque eres tú. Te protegeré, estoy siempre a tu lado. Oh, aquí estoy. ”

Por fin veo aparecer una  sonrisa en sus labios.

- Se supone que tienes que cantarla - me dice.

- Lo siento preciosa, no creo que pueda cantarla, el coreano me es difícil. Pero la intención es lo que cuenta, ¿no?

- Por supuesto. Jan, ¿Tú nunca me abandonarás de nuevo, verdad?

Su pregunta me hiere el alma y me siento triste y culpable. Yo también fui un imbécil.

- No mi amor, nunca más te abandonaré. Yo siempre te cuidaré, además, yo nunca dejé de velar por ti, aún cuando estábamos peleados.

- ¿Me lo prometes?

- Te lo prometo.

Acaricio su rostro y ella me sonríe. Mis dedos repasan sus labios. La miro a la espera de alguna señal que me confirme que puedo besarla. Acerca su rostro al mío y la beso suavemente. Un beso cargado de todo el amor que siento por ella.

- Te amo - le digo.

- Yo también te amo Jan, te amo.

A pesar de no tener ánimos para ir a la fiesta consigo convencerla de  que asista.
Al llegar todos la felicitan.Ella va directo hacia papá y lo abraza fuerte.

- Eres el mejor padre del mundo. ¿Lo sabes? Aunque no lo demuestre a menudo te quiero mucho. - le dice Hannah con lágrimas en los ojos.

Papá se ve profundamente conmovido. La noche avanza y Hannah recupera su buen humor habitual. La que está echando chispas es mamá después de enterarse del episodio de esta tarde.

- Ese...ese hombre. ¿Cómo se atreve? Como lo odio, no lo soporto. Es su hija, no tiene derecho de tratarla así - dice indignada.

Al día siguiente me levanto muy temprano, tengo una sorpresa preparada para mi princesa.

- Hannah, hey, despierta. - la llamo.

- Noo, es muy temprano. - se queja.

A duras penas logro que se levante y se arregle. A las 7:00 a.m estamos en camino.

- ¿A dónde vamos Jan? Me tienes intrigada.

- Es una sorpresa.

Unas horas más tardes llegamos a la playa. Ella sale del auto y corre por la arena, parece una niña.

- Quiero darte algo - le digo sacando la cadenita del bolsillo de mi pantalón - Espero que te guste.

Hannah toma la cadena . Abre el corazón y ve nuestra foto.

- Es preciosa Jan.

Me besa apasionadamente y luego me da un mordisco en el labio.

- Oyee, eso duele.

Ella se ríe y sale corriendo hacia el agua. Yo la sigo y cuando la alcanzo la cargo y la hago girar en el aire. Su cabello ondea por todas partes y su risa es contagiosa.

Pasamos la mañana bañándonos y besándonos.

- Estás toda salada - le digo mientras recorro su cuello con los labios.

- Claro bobito.

- Hannah, quiero que volvamos. Si quieres hablamos con nuestros padres y les explicamos todo. Hago lo que sea necesario. Te amo.

- No lo sé Jan. No creo que mamá y papá estén contentos con eso. Tendremos muchos problemas.

- ¿Nos vamos a esconder toda la vida? - le pregunto- El que no arriesga no gana. Intentémoslo.

Ella asiente y volvemos a besarnos.

La vida es un reto. Solo se puede ser feliz si se es capaz de tomar las riendas de nuestro destino y hacer frente a todo. Vale la pena luchar por lo que vale la pena tener.
Aún nos falta mucho camino por recorrer pero estoy seguro de que el amor todo lo puede. Y yo lo podré todo, lo enfrentaré todo por el amor de mi princesa.




                             FIN

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora