Mi hermanita tiene curvas

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JAN

Día intenso el de hoy, y es que eso tienen los cumpleaños, todo pasa volando y eres el centro de atención. Todos mis amigos y compañeros de clase están aquí, e incluso Marco y Bryan, amigos del instituto, vinieron.

Estoy hablando con Rosaline, ella piensa que no me doy cuenta que pide a gritos que me la folle, pero eso no va a suceder.
Se pone roja y sale corriendo, no sé que le pasa pero algo me dice que Hannah tiene algo que ver. Hablando de ella...viene a buscarme para volver a la piscina y allá vamos.

Media hora después estoy sentado en el banquillo de la piscina concentrado en mis pensamientos. Veo que alguien se para frente a mí. Pies finos, piernas largas y bonitas, muslos totalmente apetecibles, tanga de biquini verde esmeralda. Vientre plano y dos hermosos pechos escondidos tras un sujetador del mismo color de la tanga. ¿Biquini verde? Oh Dios, ya sé quien es. Me pregunto qué coño voy a hacer, ¿Cómo mirar a mi hermana después que me la he comido con la mirada?

- Hola princesa.

- ¿Admirando las vistas? - me pregunta con dobles intenciones.

Cariño, eres mi hermana. Jamás te miraría con dobles intenciones. Mejor dicho, jamás admitiría que lo hago.

- Claro que no, que cosas dices. Estoy esperando a que vuelva Rosaline, estoy preocupado por ella.

Muy mala mentira, pero fue lo único que se me ocurrió. Ella se va enfadada, contoneando su lindo trasero. Sé cuánto odia a su prima.

Siento un suspiro a mi lado. George me palmea el hombro y mira embobado a Hannah.

- Bro, ya te digo, que si yo tuviera a un bombón de hermana como esa, solo Dios sabe lo que le haría.

- Claro, eres un jodido pervertido. Es mi hermana, no la mires así.

- Eres un gilipollas, tú la miras con las mismas ganas que yo, pero te refugias en el pretexto de que es tu hermana porque no tienes huevos para reclamarla como tuya.

- George, no digas estupideces, el alcohol habla por ti.

- Di lo que quieras, pero yo sé que se te cae la baba cuando la miras. No esperes mucho o te la van a quitar.

Se levanta y se marcha tambaleándose. Está loco.

La tarde se va y la fiesta acaba. Entrada la noche, en mi cuarto pienso en Hannah y en lo que me dijo George. Mi cabeza está repleta de locos pensamientos que trato de ignorar sin conseguirlo. "Es tu hermana, tu hermana" me repito una y otra vez. Doy mil vueltas en la cama pero no logro conciliar el sueño.
Hastiado, me levanto y voy en busca de agua. En la cocina bebo un vaso de agua fresca y me apoyo en la encimera. Me refugio en la oscuridad y el silencio que inunda la casa.
¿Qué debo hacer? Siento unas manos rozando mi espalda y me sobresalto.

- Tranquilo cielo, soy yo - dice mamá - ¿No puedes dormir?

- No, parece que el sueño se fue de vacaciones.

Mamá me besa el hombro y pasa a mi lado en busca de agua para llenar una tetera.

- ¿Té? - pregunta.

- Claro.

Después de poner a hervir el agua se gira y me mira. Ya veo venir una laaarga charla.

- ¿Qué te pasa Jan? Y no me lo vayas a negar porque te conozco bien, sé que cuando tu mirada se nubla de esa forma es porque algo anda dando vueltas en tu cabeza.

- No es nada mamá, solo cosas de la universidad, ya sabes.

- Quizás ya yo no tenga tu edad, pero la tuve y sé que el sueño no se esfuma así como así por asuntos escolares. Esa mirada triste y confusa que tienes es por asuntos del corazón, ¿Me equivoco?.

Sonrío. ¿Qué tendrán las madres que son capaces de ver a través de uno?. Yoanna me conoce perfectamente y sabe cuando tengo un "lío de faldas" como dijera ella.

- Escucha cielo, sé que tú ya eres un hombre y que tendrás tus propios asuntos pero tu padre y yo siempre estaremos aquí para lo que necesites.

- Lo sé mamá.

Ella apaga el fuego y vierte el agua hirviendo de la tetera en dos tazas. Luego, sumerge dos bolsitas de té de tila en ellas y me ofrece una. Como no abro mi boca para contarle nada, da la vuelta para marcharse.
En ese momento, no sé de dónde saco el coraje, o cómo las palabras salen pero, sin proponérmelo, empiezo a contar más o menos lo que me ocurre.

- Hay una chica mamá, una chica que me gusta mucho, creo que incluso siento por ella algo más que atracción. La conozco desde hace mucho, pero nunca...nunca la había visto de la forma en que la veo ahora.

- Entiendo, te gusta, probablemente te hayas enamorado de ella. ¿Y eso qué tiene de malo?.

- Entre nosotros no puede haber nada. Es mucho menor que yo, ella me ve como...eh... amigo - "si digo hermano...¿se dará cuenta de quien estoy hablando?" - Es una chica prohibida para mí.

- Hasta ahora no veo cuál es el motivo de que sea un amor prohibido.

- Lo es mamá, no sé cómo explicarte, pero lo es. ¿Alguna vez te enamoraste de alguien que no era para ti?. Dime, ¿Cómo hago para sacarla de mi cabeza?

- Hijo, lo prohibido a veces solo es cuestión de matices, además no puedes sacar de tu cabeza a quien ya tiene raíces en tu corazón. Yo te diría que luches por ella, si en verdad la amas. No obstante, si dices que es prohibida para ti, entonces aléjate de ella y evita hasta pronunciar su nombre. Recuerda que tú eres dueño de lo que callas y esclavo de lo que dices. Guarda tu amor, en el fondo del corazón y tira la llave. Es tu elección, conquístala y ten el valor de obviar lo prohibido u olvídala.

Me da un beso en la frente, como cuando era niño y se va dejándome más confundido. Si ella supiera quien es la chica que roba mis suspiros, estoy seguro de que su respuesta sería otra.

Pasa semana tras semana y cada día noto más la presencia de Hannah. Cada sonrisa, cada abrazo, cada palabra que me dirige se queda grabada a fuego en mi cabeza. Me doy cuenta que me fijo en detalles de ella que no creía conocer o que nunca me había importado notar en otras chicas. Sus mejillas forman hoyuelos cuando sonríe, su cabello luce mechones rojizos al ser tocado por el sol y su ceño fruncido forma una suave "uve" cada vez que se concentra en su interminable lectura de Harry Potter. Escucha música electrónica cuando estudia, porque dice que solo así logra concentrarse y sobre todo, su mirada se vuelve hacia mí más veces de lo que hubiera imaginado, está tan pendiente de mí como yo de ella y es en realidad ese detalle el que más me sorprendió y gustó descubrir.

¿Será que ella siente lo mismo que yo?

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora