Indiferencia

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                    JAN
¿Cómo se puede arreglar lo que está hecho añicos? Por más que me pregunto qué demonios tenía en la cabeza para actuar de forma tan mezquina no encuentro respuesta.
Estoy sentado esperando a que llegue Hannah, necesito que me escuche, necesito que sepa que...

- Imbécil, eres un completo Imbécil - me digo.

No hay nada que duela más que ver la decepción y el odio en la mirada de la persona que amas. No sé cómo sucedió todo esto, yo solo...intentaba hacer lo correcto. Por desgracia lo único que conseguí fue verme y actuar como un maldito cabrón egoísta. ¿Por qué tuve que dejar pasar a Gia? Eso lo jodió todo, claramente que Hannah pensó que había vuelto con mi ex, hasta yo lo habría pensado. Pero no es así.
La puerta se abre. Es ella.

-  Hannah, te estaba esperando. Necesito explicarte...

No me deja hablar. Su mirada es tan dura y fría que me hace pensar que estoy frente a otra persona y no delante de mi hermana, la chica más dulce y alegre que conozco.
Sus palabras me hieren, siento como si millones de agujas se clavaran en mi pecho. Lo peor es que no se lo puedo reprochar, así que me trago todas mis objeciones y escucho cada palabra que me dice.

- ... está claro que cometí un error al dejarme llevar por lo que sentía por ti... - ¿Sentía? ¿Es que ya no siente nada? No lo creo - ... a partir de ahora nos trataremos como los hermanastros que somos... - La he cagado, ni siquiera dice hermanos. Me odia, más claro ni el agua - ...En fin, que pases buenas noches Jan.

Se va y yo sin hacer nada. “Eres un cobarde” pienso.

El tiempo pasa y todo está como detenido, en un punto muerto que ahora parece sin retorno. Ella ni siquiera me mira aunque esté frente a mí, es como si yo no existiera. La indiferencia duele demasiado, más que los golpes, más que las palabras. Quisiera que me gritara, que me echara en cara todas mis estupideces, incluso que me golpeara si fuera necesario, que me insulte. Cualquier cosa con tal que demuestre que está triste, dolida, que me odia, que está furiosa... algo que me demuestre que aún siente algo por mí, aunque no sea afecto, en cambio, solo obtengo silencio e indiferencia.
Ya no soporto estar aquí, me siento asfixiado, encerrado y completamente solo, así que esta noche voy a salir a tomarme unos tragos con George.

- Bro, pareces un muerto. Esa chica lleva rato mirándote y no te has dado cuenta - dice George señalando a una rubia estilizada con más maquillaje que sobriedad. - Suéltalo, vamos.

- Creo yo que Camila te está afectando demasiado. Ese tono apremiante no es tuyo - le digo ignorando su indagación.

- Eso que coño importa. Jan, te conozco. Siempre te lo guardas todo pero yo sé que tienes un lío. A lo mejor yo te puedo ayudar.

- Metí la pata joder, la metí hasta el fondo - digo tomando un trago de cerveza.

- Ajá, eso se nota. ¿Qué más?

Tomo un largo respiro y un largo trago de cerveza y le cuento todo, más o menos.

- Me gusta una chica, yo...la amo - vaya eso me salió muy cursi - . Tuvimos un pequeño romance pero, decidimos que lo mejor era dejarlo porque las cosas eran complicadas y... bueno...ella está con otro, o eso creo, no estoy muy seguro. Yo me cegué por los celos y por lo mucho que la extrañaba y yo...hice algo...yo quería pero no era correcto y después... traté de arreglar las cosas pero terminé empeorándolas. Yo estaba mal y entonces Gia...fue a mi casa...

- Espera, espera - me interrumpe mi mejor amigo - No entiendo nada, ¿Por qué se supone que dejaste la relación con Hannah? Y ¿Qué demonios pinta Gia en toda esta historia?

- ¿Quién ha hablado de mi hermana?

George me mira con las cejas levantadas como diciendo: “no soy tonto”.

- Vale, vale. El problema fue por nuestros padres. Ellos piensan que tengo novia y quieren conocerla. Yo... solo pensé que si nos alejábamos un poco sería mejor. No pasó nada ¿vale?. ¿Recuerdas aquel día en que me viste hablar con Gia en la cafetería?

Él asiente.

- Ella estaba intentando convencerme de volver. Yo lo consideré, quería olvidar a Hannah. No quedé en nada con Gia pero esa misma noche se apareció en casa y le dije que entrara para poder conversar mejor. De inmediato intentó seducirme, muy típico de ella, pero en cuanto me besó me di cuenta que no es a ella a la que quiero. Justo en ese momento entró Hannah a mi cuarto y pensó lo que no era. Ahora me ignora completamente.

- Complicada la situación bro pero no es un caso perdido. Todo depende de ti.

No entiendo a qué se refiere. ¿Es que no escuchó que no me quiere ni ver? Quiero recuperarla, que sepa que es ella la única en mi vida, la chica que amo, pero ¿Cómo se lo puedo demostrar?

- La verdad es que no tengo la más puñetera idea de qué hacer. Tengo que pensar, algo se me va a ocurrir. Ella es lo más importante para mí, amigo. No sabes lo arrepentido que estoy de haberla dejado ir.

En la vida hay muchas cosas que ignoramos, muchos detalles que perdemos de vista, incluso hay veces en que no sabemos que rumbo tomar. Pero también es cierto que llega un momento en el que nuestras ideas y objetivos están claramente marcados.
Ella es mi camino, no porque no haya otros senderos, sino porque este es el que en realidad me hace feliz.

Doy un rodeo con la mirada a mi alrededor. Personas bebiendo, enrollándose, fumando y bailando. Música atronadora, luces de colores, alcohol a borbotones, brazos agitados y Hannah bailando con Charlie...¿HANNAH?

- George, dime que lo que estoy viendo son imaginaciones mías y que mi chica no está bailando con ese patán. Dime que ellos no están aquí.

- ¿Dónde?

- Allí.

Señalo hacia la pista al lado de un grupo de chicas que parecen de prepa.

- Podría decirte que no son ellos pero no te mentiré.

Maldita sea, ese niñato me tiene harto. ¿Por qué tuvo que aparecer en nuestras vidas?
Me levanto de la silla alta en la que estoy sentado junto a la barra y voy hacia ellos apartando de mi camino a George que trata de detenerme y a cuanta gente me topo delante. No soporto ver la forma en la que bailan y recordar las veces en que ella lo hacía para mí. La forma en que me miraba y me sonreía mientras bailaba hacía único ese momento y no permitiré que nadie más lo tenga, esos instantes tan especiales nos pertenecen, son nuestros, solo nuestros.
No puedo apartar la vista de ella, ella debe notarlo porque se gira y me ve. Su sorpresa es evidente, no esperaba verme. Él susurra algo en su oído y desvía su atención por unos segundos. Tiempo suficiente para que el que dice ser mi amigo me arrastre con él de vuelta a la barra.

- ¿Se puede saber qué demonios pretendías hacer? - me pregunta un poco alterado.

- Solo arreglarle la cara bonita a ese...miserable.

- No sabía que eras cirujano plástico. Jan, esto no lo puedes ganar con golpes, lo tienes que ganar con inteligencia. Reconquístala. Hazle saber a ella cuánto la amas y todo lo que ella es para ti a riesgo de parecer un cursi empedernido y un soberano baboso y ...

- George - lo interrumpo levantando mi mano para que se calle - En serio admiro tu entusiasmo pero estás arruinando el discurso motivacional.

- Y...no me dejaste terminar - dice él - demuéstrale a ese estorbo llamado Charlie, que aunque esté muy cachas, tú lo estás más y Hannah te ama a ti y tú a ella. "Operación Reconquista" iniciada.

Me río, a este chico se le ocurre cada cosa. Aunque me haga reír,  la verdad disfrazada tras sus palabras jocosas encienden algo dentro de mí difícil de explicar, algo parecido a la determinación me invade.
Pago las bebidas y salgo del local seguido por mi amigo. Dejaré que ese niñato tenga su última noche de fiesta con mi chica, porque a partir de ahora no dejaré que se le acerque otra vez por mi cobardía. Es hora de enmendar mis errores y tener el coraje de luchar por ella. Lo que viene será duro, lo sé, pero mi princesa lo vale.

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora