8 de diciembre.
Había pasado toda la tarde con Michiru recibiendo los juguetes que la reina repartiría junto al rey en los orfanatos, su espalda le dolía de estar sentada todo el día pasando lista de cada uno de los artículos que habían llegado, desde juegos de construcción hasta pequeñas sonajas y biberones para los más pequeños. No quería seguir trabajando por ese día pero aún así decidió continuar, pidió a Michiru irse a descansar mientras ella acababan al menos con un poco más de la mitad de las cosas que recibieron, tenía que adelantar las cosas antes de que llegase el día de navidad y aunque faltaba un poco para ese día, debían preparar todo para ese momento. Haruka sentía que un camión le había pasado por encima, tanto cargar cajas y envolver regalos la tenía agotada. El reloj marcaba las 9:30 p.m., ese día se sentía más cansada que de costumbre y no quería perdir ayuda pues ella no era de buscar una mano extra para trabajar. Se dejó caer en el sofá al ver que todo parecía no tener fin. Miró el peluche en sus manos, hace mucho que no compraba algo para regalar a su sirena, en esta fecha tan importante como era navidad no había pensando en que darle, ambas se habían alejando un poco debido a sus diferentes actividades con la corona, su reina le había pedido tomar vacaciones para que pudiese pasar más tiempo con su pareja.
— ¿Tía Haruka? — Buscó a su pequeña princesa oculta detrás de un sofá, la menor comía galletas de chocolate con un vaso de leche tibia. No pudo evitar reír, su madre era igual en sus primeros años como reina. Fue junto a ella tomando una galleta.
— ¿Por qué no vas a dormir? — La menor suspiro y comió otra galleta. Lo que extraño a la guardiana de los vientos.
— No tengo sueño, aún tengo mucho que hacer para navidad. — La guardiana sonrió al recordar lo que ella hacia para alegrar las navidades de los demás. — Papá dice que debo hacer mi carta, pero quiero acabar primero otra cosa.
— Debe ser muy importante para dejar tus regalos fuera por ahora. — Ella asintió sonriendo. — Bueno yo pediré algo especial a Santa.
— ¿Sí? — Asintió. Selene comió una galleta y le ofreció una. — ¿Qué es?
— Mi deseo es pasar una feliz navidad con Michiru. — La peliroja sintió ternura al oír su deseo navideño. — Me gustaría pasar esta navidad con ella sin preocupación.
— Entonces...— Corrió hacia el árbol donde habían varios muñecos de peluche. Tomo entre sus manos un pequeño delfín rosa, lo dejó en manos de su tía. — Mamá dice que tienes derecho a unas vacaciones, por favor tía Haruka, toma este presente de mi parte y disfruta tus días libres con la tía Michiru, mamá estará muy feliz.
Haruka no pudo evitar abrazarla, aquella niña tenía el mismo corazón amable de su madre. Comió la galleta antes de darle un beso en la mejilla a Selene.
— Tu deberías comenzar tu carta propia, yo cumpliré mi deseo de navidad pero promete que harás tu carta.
— Lo prometo, haré mi carta y tu tendrás vacaciones.
Haruka sonrio, beso su frente antes de salir del salón cargando su peluche, Chibi-Chibi se sintió aliviada al ver que su tía comenzaría a cumplir su deseo de navidad. Le quedaban pocos días y aún sus 25 deseos no estaban listos, debía ser rápida y saber que deseaban sus seres amados.
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Muchas gracias por leer, nos leemos en el capítulo 9.
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25 Deseos
FanfictionLa navidad estaba cerca y ella aún no sabía que regalarle a sus padres y seres queridos, tenía 25 días para poder crear la lista perfecta para quienes amaba y la única forma de lograrlo era con ayuda de su padre. Tokio de Cristal se bañaba por los...