21 de diciembre
Su familia tenía una pequeña tradición, escribían deseos para el mundo y los quemaban antes de media noche para que el llamado espiritu de la navidad se llevara cada deseo escrito y los hiciera realidad en el siguiente año, nadie sabía que habían pedido sus amigos era un secreto, su tía Lita realizaba pasteles, galletas y helados para comer en honor a ese ente espirirual que marcaba el inicio de la navidad. Amaba ver la alegría en sus caras, Michiru tocaba el violín animando el ambiente, esa noche encenderian la estrella del árbol navideño en el palacio. Su padre tenía la costumbre de hacerlo pero ese día, sería ella junto a él quienes lo harían. Se acercó a la mesa donde su abuela Ikuko y Lita colocaban los dulces, tomo un pudin de chocolate y corrió lejos de su abuela, quien reía al verla escaparse con uno de los dulces.
— Bomboncito travieso. — Su padre la detuvo, hizo un puchero. Seiya le había quitado el postre comiendo un poco. — Deja para los demás.
— Papá, siempre tía Mina devora los pudines y nunca alcanzó a comer uno. — Su padre soltó una carcajada. — ¡No es gracioso!
— Ahora comerá por dos. — La pequeña princesa se alejó de él olvidando su pudin. — Creo que vigilará más la mesa.
— Esta vez hay mucho mas que el año pasado. — Asintió al oír a Darien hablar. — La familia sigue creciendo. Rini quiere un hermano.
— Deberías comenzar a practicar con la fábrica de bebés. — Darien sonrió nervioso. — Aprovechen las vacaciones.
— Eso pienso. — Ambos se miraron de reojo sonriendo. Era difícil de creer que en el pasado no se llevasen bien al principio, pero después de haber puesto en claro las cartas en la mesa y Serena decidir estar con Seiya ese disgusto que sentía el uno por el otro desapareció. Ambos veían a sus hijas jugar y sus respectivas esposas hablando animadamente.
Las notas del violín fueron deteniendose lentamente, Seiya camino hacía Michiru tomando el micrófono que ella le extendía.
— Todos los años desde que fundamos Tokio de Cristal soy yo quien enciende la estrella del árbol, pero esta vez quiero que sean mis dos bombones quienes lo hagan. — Rei se acercó a Serena entregandole un mando a distancia, Chibi-Chibi corrió a su lado, ambas sostenían el control presionando el pequeño botón rojo. Las luces del árbol fueron encendiendo con rapidez hasta llegar a la punta, donde la estrella brillo con una fuerte luz plateada. Al mismo tiempo Seiya comenzó a cantar sorprendiendo a los presentes, esperaban oírlo junto a sus hermanos durante la fiesta en la ciudad, pero oírlo en ese momento les pareció una sorpresa. Serena abrazo a su hija sintiendo que la tradición de ese año había sido mucho más hermosa y aun no acaba, pues faltaba quemar los deseos y dejar que el espiritu se llevara las cenizas para regresarlas el próximo año en deseos cumplidos.
Seiya miró a su esposa, sus ojos brillaban la verla, la amaba con locura, era ella y su hija quienes lograban sacar de él lo mejor que dar ante el mundo.
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Gracias por leer :)
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25 Deseos
FanfictionLa navidad estaba cerca y ella aún no sabía que regalarle a sus padres y seres queridos, tenía 25 días para poder crear la lista perfecta para quienes amaba y la única forma de lograrlo era con ayuda de su padre. Tokio de Cristal se bañaba por los...