11 de diciembre
Era uno de los muchos días entre semana que Chibi-Chibi se quedaba en casa de sus abuelos, siempre que salía del colegio su tío Sammy la esperaba en la entrada e iban por un helado antes de ir a casa, mamá Ikuko los esperaba junto a Kenji con un delicioso almuerzo y después de la comida, Sammy le ayudaba hacer las tareas para poder ir a la cocina y preparar algún postre. Pero aquel día las tareas quedaron de lado, su abuela preparaba el árbol y cantaba villancicos animando el ambiente, su abuelo tomaba una taza de café mientras leía el diario local, su tío probaba que las luces de navidad estuviesen en buen estado o tocaría salir hacer las compras de emergencia.
— ¡Abuela! — Corrió hacia ella con el ángel en las manos. Kenji al ver su emoción apartó el diario y fue con su nieta alzandola en brazos, con sumo cuidado dejó el ángel en la punta. — Se ve muy bonito.
— Tu madre hacia lo mismo, era nuestra tradición. — Kenji la bajó, tomo algunos adornos paea ayudarla.
— ¿Extrañan a mamá? — Ikuko suspiro, dejó a un lado las pequeñas esferas. Chibi-Chibi comprendío que su abuela sufría al no poder estar junto a su hija con más frecuencia. Agradecía haber anotado el deseo correcto para sus abuelos y tíos. Sammy terminó de limpiar uno de los cuadros de su madre.
— Serena es una tonta.— La peliroja le miró. — No sé da cuenta que nos hace falta.
— Sammy tú hermana esta muy ocupada, es una reina...— Ikuko observó con tristeza la foto encima de la mesa, su hija sonriente recibiendo su título universitario en dibujo y diseño.
— Pero debería tener tiempo para visitarnos. — Sammy subió a su habitación. Chibi-Chibi miró al suelo como si allí pudiese encontrar la cosas más hermosa del universo.
— Debemos comprender que nuestra hija ya no es una niña. — Kenji trató de sonreír, pero en el fondo extrañaba a su pequeña niña llorona amante de los videojuegos y los dulces.
— Santa cambiará eso. — Ambos observaron a su nieta con una sonrisa, debían admitir que el hecho de que su nieta pudiese creer tan firmemente en aquel gordito vestido de rojo capaz de entregar regalos por todo el mundo en una noche les hacía ver lo inocente que era la menor de los Tsukino.
— Dejemos las tristezas, preparemos un pastel de cholate, quiero que le lleves el mejor pedazo a mi hija. — Chibi-Chibi asintió, fue con ella a preparar el postre, mientras Kenji continuaba adornando el árbol. Por otro lado Sammy leía un libro en su habitación, él era uno de los que más extrañaba a su hermana y entendía que estuviese tan ocupada con sus deberes, aún así pensaba que debía ser mas consciente y visitar a sus padres, no sólo enviar una nota con su hija o una breve llamada en algún momento de la semana para conocer como estaba su familia, más que enojado con ella, sentía enojo por la forma en que los había hecho a un lado, al menos esa era la forma en la que pensaba.
— Tío, — Cerró el libro. Su pequeña sobrina estaba en la puerta comiendo unas galletas, no pudo evitar reírse al verla comer aquella merienda. — ¿Crees en Santa?
— Un poco, ¿Por qué?
— Pues yo creo que Santa hará que mamá cambie y venga en navidad.
Sammy la abrazo, le quito una galleta para comerla, saboreando el chocolate.
— Entonces si tu crees en él, yo también.
La princesa sonrió y decidió compartir las galletas con su tío, disfrutar ese día con la familia de su madre añorando el día de navidad.
....
.....
......
.......
Gracias por leer :)
ESTÁS LEYENDO
25 Deseos
FanficLa navidad estaba cerca y ella aún no sabía que regalarle a sus padres y seres queridos, tenía 25 días para poder crear la lista perfecta para quienes amaba y la única forma de lograrlo era con ayuda de su padre. Tokio de Cristal se bañaba por los...