Capítulo 3

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Habian pasado cerca de tres días desde que Johan habló con Charlene. Tres días en los que no  hubieron burlas, insultos o desprecios. Seguía siendo invisible, si, pero al menos tenía una tregua. Charlene no podía mas que sentirse orgullosa, sus planes marchaban a la perfección; había logrado crear el caos entre las personas que mas daño le habían hecho y sin embargo esto solo acababa de empezar. Pero Charlene era demasiado lista y sabía que esto no era normal, no la iban dejar escapar tan fácilmente, sabía que tramaban algo. Pero no sabía el qué. Incertidumbre, el peor de los enemigos, la cruel y misteriosa incertidumbre.

Había estado observando el comportamiento del corrillo popular durante estos días, pero seguían comportándose absúrdamente igual que días anteriores. Estaban un poco asustados con el tema de las muertes de Agatha y Mindy, pero salvo eso todo seguía igual. A lo mejor Johan solo quería gastarle una broma, por que, a ver, ¿por qué iba a querer él, Johan Miller, que no se metiese en problemas ella, Charlene Manson? También estaba el punto de vista que más lógica tendría: había dejado mal en un par de ocasiones a los cuatro populares de turno y eso dañaba su imagen de chico duro. Seguro que era eso, estaba un 99,9% segura de que se trataba de eso. Pero sin embargo ese 0,1% no dejaba de rondarle la cabeza. Era un porcentaje muy escaso, pero no dejaba de ser una posibilidad.

¿Acaso Johan no era tan malo como aparentaba? No, eso era absolutamente imposible, una persona buena no margina a otra por su aspecto o sus resultados académicos. Johan Miller era, como decía su madre, "Un mal bicho". Y un verdadero capullo también, pensaba ella.

Desconcertada como estaba, ni siquiera se había dado cuenta de la "paliza" que le estaba dando al pobre lápiz que tenía en la mano. Era incapaz de hacer deberes así, pero fuera llovía y no podía salir. Dió una vuelta en su silla de escritorio en dirección a la ventana, ver caer la lluvia le relajaba. En otros tiempos (no tan lejanos) le consolaba ver caer la lluvia, pensaba que no era la única que lloraba, que las nubes también estaban tristes. Pero al fin y al cabo eso solo eran imaginaciones suyas, que un día cesaron y la acercaron un paso más a la dura realidad.

Finalmente optó por leer "La Metamorfosis" de Frank Kafka, le encantaba ese libro.

Estaría bien que a algunas personas les pasase lo mismo que a Gregorio Samsa, para variar.

Últimamente apareces sin avisar.

Lo hago para que no te sientas sola. ¿Sigues preocupada por lo que te dijo el estúpido de Johan Miller?

Si, no me lo puedo sacar de la cabeza y cuando empezaba a olvidarme de él vas y me lo recuerdas tú.

Estás muy susceptible. No dejes que Johan te cambie.

Él ni nadie logrará cambiarme nunca, yo soy así y estoy orgullosa de ello. A pesar de todo.

¿"A pesar de todo"?

A pesar de ser una asesina...

Tú misma has dicho que cada uno es como es y que tú no pensabas cambiar. Además ¿desde cuándo te sientes tú mal de hacer lo qué haces? Al fin y al cabo la culpa es de ellos, no tuya.

Ólvidalo, tuve un momento de debilidad. Pero no volverá a pasar. Acabaré con todos, uno por uno y disfrutando cada instante sin ellos.

Eso es lo que quería oír...

La lluvia cesó y un rayo de luz iluminó el rostro de Charlene. Tenía la mirada perdida en vete tú a saber donde y la boca entre abierta. Es como si se le hubiese aparecido un espíritu: el espíritu de la venganza.

AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora