shy ➳ taekook

❀¦ seis

Sus ojos se abrieron lentamente entre el sereno que había en su habitación a las seis de la mañana. Su mano de forma inconsciente llegó hasta su vientre el cual presionó sintiendose ligeramente acalorado como si estuviera en verano cuando la verdad era un clima templado.

Pero pasó de alto aquella sensación simplemente terminando de levantarse para poder empezar otra cansina rutina con la diferencia que por su pequeño descuido y en temor de no ser visto descubrió que los sentimientos entre Jennie y TaeHyung no eran reciprocos.

A pesar de sentir pena por la omega, se permitía dar suspiros cual cachorro enamorado agitando la cola en sus adentros, la sonrisa que le hacía parecer a un pequeño conejo no tardó en relucir tras recordar que TaeHyung le había llevado a casa esa misma noche.

El teléfono sonó sacandolo de su ensoñación donde el dolor en su vientre había subido un poco de intensidad pero solo se apretó suavemente ignorandolo de nuevo y revisando la notificación que era un mensaje de YoonGi notificandole que pronto estaría en su casa para poder ir a la universidad.

Y eso significaba que no podía darse el lujo de hacer esperar a su mejor amigo.

🍥🍥🍥

Al llegar a la universidad, JungKook se veía radiante de alegría con pequeños saltos alrededor de YoonGi que gruñia ante los festejos tan empalagosos y ridículos de su mejor amigo.

Tomó el gorro de la sudadera del azabache para frenar sus saltos, mirándole de forma casi sombría - Vuelves a saltar alrededor de mi una vez más... - advirtió siendo interrumpido por el inquieto omega.

- Está bien, está bien, hyung, tú ganas - musito entre pequeñas risas para poder avanzar de la entrada de la facultad - ¿Nos vemos en receso? - alzó un poco la voz a lo que YoonGi simplemente asintió tomando su camino.

Tomó firme las agarraderas de su mochila sintiendo su teléfono volver a vibrar, no tardó mucho en tomarlo y verificar el mensaje que se asomaba en la pantalla principal como notificación, era un mensaje de Lalisa.

"Recuerda que tienes que venir."

Rápidamente el teléfono dejó de estar en sus manos y el suelo haciendo de compañero junto a otros papeles cayendo alrededor. Sus anteojos quedaron desarreglados sobre el puente de su nariz y casi alarmado empezó a buscar su celular que tenía la ventana del mensaje abierta.

Y para su mala suerte, el pequeño aparato yacía entre las manos de cierto alfa con cabellera castaña, su rostro era pintado por un signo de interrogación, quizás preguntándose el contexto de ese mensaje.

- ¡T-TaeHyung hyung! - escandalizado y con sus mejillas rojas, JungKook gateo hasta alcanzar al alfa quedando entre las piernas del antes mencionado quién alzaba la mano para que el omega no alcanzará el móvil.

El más alto reía ante los intentos del azabache olvidándose por unos momentos del curioso citatorio que hace unos segundos había leído. De forma inconsciente mantenía su mano libre sosteniendo con firmeza la cintura del omega para que no llegaran a caerse, quizás.

- Hyung, d-devuelvamelo por favor - pidió con su pequeño corazón rebotando como loco repleto de furiosos nervios.

- Vaya, Kim TaeHyung y Jeon JungKook - la voz de Jennie se pudo escuchar al inicio del pasillo y rápidamente, el semblante del azabache cambió a uno aterrorizado.

TaeHyung maldecia el hecho de no poder sentir su olor para poder saber con más profundidad lo que sentía y el vientre de JungKook seguía doliendole mandándole punzadas cada tanto.

En el momento que TaeHyung se mostró distraído, terminó por alcanzar el teléfono sintiendo aquel roce entre sus manos como algo único que mandó cosquillas a toda parte de su cuerpo, un suspiro atorandose en su garganta tras poder rozar sus largos dedos para poder tomar su celular, deshaciendo la indecente postura en la que estaban.

JungKook empezó a recoger los papeles que había botado pertenecientes a TaeHyung sintiendo como la fría mirada de la omega le perfora en la nuca - N-No es lo que crees - pronunció el azabache lo suficientemente alto como para que todos los presentes en la zona le escucharan.

Al lobo de TaeHyung y a él mismo le rompía el corazón escuchar su temerosa voz, deseando poder decir algo al respecto, ese instinto de defender a ese omega había florecido e iba con todas las intenciones de hacerlo, de hacer frente a Kim Jennie para retirar todo temor del semblante de su omega.

Pero quedó solo en un pensamiento cuando la pequeña criatura de negros cabellos y ojitos brillantes se postró frente a él, admirando esos hermosos y tímidos ojos de bambi que le enseñaba - T-Tenga y disculpe lo que sucedió, hyung - mencionó y luego una pequeña curvatura, tan leve e innotable se cruzó por los rosados labios - Por favor, no se preocupe y tampoco piense mal de la señorita Kim — dijo esto último por la reacción que tuvo al momento en que la omega se hizo un lugar entre el momento que ambos pasaban.

Sin nada más que decir, TaeHyung observó cómo JungKook simplemente terminaba de hacer una pequeña venia para poder continuar con el camino de antes.

Los ojos de Jennie y TaeHyung se encontraron, impotencia de ambas partes se podía apreciar en las frías miradas que se intercambiaban. El castaño estaba haciendo un enorme esfuerzo tratando de respetar la voluntad de JungKook, claro que había gato encerrado y sabía un poco del tipo de persona que Jennie podía llegar a ser.

Pero la única prueba que tenía era la reacción de JungKook y eso no le decía nada, no podía enfrentarla sin excusa alguna.

Simplemente caminó y se quedó parado a su lado, sin dirigirle palabra o mirada alguna - Espero no te estés metiendo con él, no está haciendo absolutamente nada para que le intimides o le hagas alguna de tus jugarretas.

Jennie sonrió de lado - Bueno, ¿En serio le compras ese papel de "No sé nada, soy inocente" ? - cuestionó relamiendo sus labios con una filosa sonrisa deslizándose por sus cerezos - Ve a la tienda que está en la tercera calle a mano izquierda de la universidad, ve en la tarde, confía en mi.

Jennie no deseó escuchar más de lo que podría decir el alfa y simplemente salió dejando salir ese aroma a frustración que su esencia a chocolate agrio dejaba conocer a pesar de que su rostro de absoluta satisfacción decía otra cosa.