Todo está (no) bien

Cortar lazos

Kara se secó las lágrimas que le impedían ver mientras se alejaba de la cama. Una momentánea mezcla de confusión y sorpresa la llenó al ver a la mujer de pie junto a la puerta.

"¿Lena?"

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Lena entró corriendo en la habitación ignorando las protestas de las enfermeras que intentaron impedirle entrar. Ella era una mujer en una misión ya que su siguiente decisión se refería a una cuestión de vida o muerte; en su opinión, solo le quedaban un par de minutos antes de que Alex se fuera de verdad.

En una ráfaga de movimiento, se detuvo y sacó un pequeño soporte de medicamentos encuadernado en cuero. Lo dejó plano contra la mesa de la bandeja de la cama, desenredando las solapas marrones para revelar una jeringa y un pequeño frasco transparente.

Dicho frasco contenía un líquido oscuro y turbio que parecía arremolinarse en el interior del más largo que se miraba.

Comenzó a preparar la jeringa, sacando la solución del vial. Echando una mirada de inspección, lo consideró listo y se acercó a Alex. Lena estaba a punto de administrar la sustancia desconocida cuando sintió una mano agarrar su brazo.

"Señorita", comenzó el médico del lugar. “Tengo que pedirle que cese inmediatamente. No puedo permitir que le des lo que hay en esa jeringa a mi paciente ". Miró a una enfermera, "por favor, avise a seguridad".

No hubo tiempo para ninguna intervención, así que Lena lanzó una mirada férrea que hizo que el médico se estremeciera. "Te sugiero que quites tu mano de mí inmediatamente."

El 'o si no' estaba implícito y rápidamente se retiró de la mujer intimidante frente a él.

"Ahora. Simplemente estoy arreglando lo que no pudiste notar y tratando de salvar a un amigo ”, comentó antes de inyectar rápidamente la jeringa en el brazo de Alex.

“¡Pero señorita!” Fue a detenerla pero ya era demasiado tarde; la jeringa estaba notablemente estéril cuando Lena sacó la jeringa.

"Creo que debería investigar con quién está hablando antes de decir nada más".

"¿Qué?" exclamó un poco nervioso antes de que una enfermera viniera detrás de él y le susurrara al oído, con los ojos desorbitados cómicamente.

"Señorita Lu-, señorita Luthor", balbuceó. “Me disculpo por no reconocerte, pero aún tengo que mantener mi postura con respecto a este asunto. No hace falta decir que uno necesita ser un médico con licencia y, como sabemos, no lo es ".

"Ah, pero doctor ..."

"Michaels", respondió el hombre.

"Doctor Michaels", dijo con frialdad. “L-Corp es propietaria del National City General Hospital. Por lo tanto, todo aquí está bajo la jurisdicción de L-Corp y, por extensión, bajo mi jurisdicción ". Los ojos de Lena recorrieron toda la habitación antes de aterrizar de nuevo en el médico. “Esto abarca los servicios de todos los miembros del personal en esta misma sala, incluido usted mismo. Entonces, o te subes a bordo y me ayudas a salvar a este paciente o buscas empleo en otro lugar ".