Renacimiento del Ser Celestial Supremo [II]

Capítulo 367: Demasiado horrible para mirar

Lin Xuanzhi se rió, "Hay de hecho un montón, así que quiero sacarlos y venderlos."

Yan Tianhen hizo un sonido ah y dijo, "Entonces los pondré en una bolsa de almacenamiento y los sacaré. Hoy, los venderé en la montaña. No puedo soportar tantos de ellos."

Estos gusanos blancos y gordos estaban brotando arriba y abajo en la tierra negra, y mirándolos hizo que Yan Tianhen sintiera alfileres y agujas sobre su cuerpo.

Lin Xuanzhi respondió, "Bien."

Yan Tianhen, que originalmente quería cosechar plantas espirituales, estimó el número de gusanos tragadores de hierba y decidió empaquetarlos primero.

Muchos gusanos tragadores de hierba estaban completamente fuera de la capacidad de este campo, y su número de crías se multiplicaba. El campo espiritual del espacio no podía permitírselos en absoluto.

Aunque los gusanos tragadores de hierba sólo comían hierba, no podían ver la hierba ahora. ¿Quién sabe si algún día comerán las plantas espirituales por capricho?

Considerando esto, Yan Tianhen no pudo evitar sentir un poco de angustia por adelantado y rápidamente comenzó a atrapar a los gusanos que tragan la hierba.

Un poco más tarde, Yan Tianhen cogió una bolsa llena de gusanos tragadores de hierba. Viendo que el número de gusanos tragadores de hierba en el campo de la plantación espiritual se había reducido a sólo seis por campo, salió del espacio contento.

Al poco tiempo, Feng Jingyu y Ling Chigu regresaron con su botín.

Mientras estaban en la cima de la caza, Ling Chigu había cazado muchas bestias demoníacas y absorbió sus cultivos residuales y el Yin Qi dentro de sus cuerpos. Por lo tanto, su Yin Qi parecía más pesado, pero su cultivo también había aumentado mucho al mismo tiempo.

Lo más importante era que Ling Chigu, que una vez tuvo algunas extremidades descoordinadas, se volvió completamente flexible ahora. Si no fuera por la incapacidad de Ling Chigu para hablar y un par de iris que eran negros puros, podría pasar como una persona común.

Yan Tianhen lo notó y estaba muy emocionado.

Feng Jingyu le dio a Lin Xuanzhi varias pequeñas bestias demoníacas y sus núcleos, "Estoy muy cansado de esta montaña. Aquí hay bestias demoníacas de bajo nivel, e incluso el núcleo de la bestia es muy pequeño. No es suficiente con recoger con los dientes. Es inútil para mí comer estas cosas, así que podría hacer que las usaras."

Lin Xuanzhi tomó estas bestias demoníacas y sus núcleos para crear un arma mágica algún día. También podían absorber el poder que había dentro. Aunque Feng Jingyu lo miraba con desprecio, esto era algo bueno para los cultivadores humanos.

No todas las bestias demoníacas podían condensar un núcleo.

Yan Tianhen fue pensativo, "Parece que si quieres algo, tienes que ir a un lugar de entrenamiento especial."

Lin Xuanzhi respondió, "De hecho, el lugar elegido por una secta es siempre el lugar más seguro. Incluso si hay bestias demoníacas aquí, no serán demasiado fuertes."

"Esta es la diferencia entre las Nueve Tierras y los Cinco Continentes." Feng Jingyu explicó, "Si se colocara en las Nueve Tierras, ustedes, conejos que crecen en hogares protegidos, habrían muerto muchas veces. Hay numerosas sectas en las Nueve Tierras. La mayoría de ellas se encuentran en antiguas ruinas, campos de batalla o lugares de buena fortuna, la mayoría de los cuales no son seguros. Las sectas de los Cinco Continentes están en contraste con eso."

Lin Xuanzhi también sabía algo sobre las Nueve Tierras. Cuando escuchó esto, no pudo evitar mirar con recelo a Feng Jingyu, "Los discípulos de las Nueve Tierras no son muy poderosos al principio. Si la secta se encuentra en lugares inseguros, ¿no teme que les ocurra algún accidente?