Renacimiento del Ser Celestial Supremo [II]

Capítulo 207: Yunwei contraataca

Ah Bai se acurrucó en los brazos de Yan Tianhen y estiró su lengua para lamer su muñeca.

Hu Po, que siempre había sido muy orgulloso, trotó lentamente, saltó sobre los muslos de Yan Tianhen y frotó su cabeza contra el pecho de Yan Tianhen.

"¡De todos modos, todavía tienes a Ah Bai y Hu Po!"

Lin Xuanzhi había notado que Yan Tianhen actuaba de forma extraña, pero la boca de Yan Tianhen era como una concha de almeja que no podía abrirse por más que lo intentara. No quería forzar a Yan Tianhen a hacer algo que él tampoco quería hacer, así que volvió a su habitación, sacó una campana de transmisión de voz y la sacudió ligeramente unas cuantas veces. Muy pronto, un ligero zumbido se pudo oír a distancia.

"Xuanzhi." La voz del otro lado contenía rastros de una sonrisa mientras continuaba, "¿Te fuiste no hace mucho, y aún así quieres hablarme de nuevo?"

Lin Xuanzhi ignoró el tono burlón y ambiguo de la otra parte y respondió: "Quiero pedirte que me ayudes a investigar algo."

Bai Yichen se sorprendió un poco. "Rara vez tomas la iniciativa de hablar, ¿qué quieres investigar?"

Los ojos de Lin Xuanzhi estaban ligeramente fríos. "Comprueba quién ha ido hoy al bosque de flores que cae en las afueras de la montaña Yudai."

"Bien." Bai Yichen aceptó de buena gana y no preguntó por qué Lin Xuanzhi quería que investigara esto. Sólo dijo, "No te he pagado todavía por las dos copas que me trajiste."

Lin Xuanzhi respondió ligeramente, "Entonces sigue debiendo por ahora."

"No me atrevo a deberte esto. Tus favores no son algo que se pueda pagar con dinero."

"Entonces devuélvelo con un favor."

Bai Yichen se rió, "Pensé que dirías que tengo que devolverlo dedicándote mi corazón."

Lin Xuanzhi encontró que Bai Yichen siempre lo estaba agitando, y sus palabras siempre se desarrollaron en una dirección muy ambigua. Por supuesto, Lin Xuanzhi no creía que Bai Yichen realmente le gustaba y quería tener un gran desarrollo con él.

"Huangfu Jin es realmente lamentable." Lin Xuanzhi habló sin rodeos.

"¿Qué hay que lamentar? Al menos aún tiene un hermano mayor marcial con él. Yo, sin embargo, soy un alma solitaria de principio a fin."

"Tampoco tienes que ser una persona tan solitaria." Lin Xuanzhi continuó, "Huangfu Jin se aferra a cada palabra que dices y está dedicado a ti, ¿por qué no lo consideras?"

"Porque la persona en la que confía de todo corazón y a la que tiene un profundo afecto no soy yo." Bai Yichen sonrió. "Sólo sabes que Leng Jixue es una de mis almas divididas, pero no sabes que él y yo somos en realidad dos personas diferentes. Leng Jixue tiene toda mi bondad y compasión. Incluso el Dao del Cielo es reacio a atacar a tal persona, pero yo... soy una persona que está maldita por el Dao del Cielo."

Lin Xuanzhi hizo una pausa. "¿Alguna vez te has preguntado qué le pasaría a Huangfu Jin si, un día, Leng Jixue ya no estuviera en el mundo?"

Bai Yichen ni siquiera necesitó pensarlo antes de responder: "Antes de eso, Huangfu Jin seguramente se habría casado con una esposa y habría tenido hijos. Cuando haya más gente a su lado que no pueda soltar, el peso de Leng Jixue disminuirá naturalmente."

Leng Jixue no era consciente de la existencia de Bai Yichen, pero Bai Yichen podía controlar los pensamientos y sentimientos de Leng Jixue — por supuesto, su control dependía de que esas acciones fueran misericordiosas y virtuosas.