Potions

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Las clases no fueron tan difíciles para Eryx como pensaba que iban a ser. Su hermana le había contado que si quería tener un gran futuro como auror, debía sacar excelentes en todas las materias, así que pasó el verano estudiando los viejos libros de su hermana de sus tiempos en Hogwarts.

Compartir habitación con Goyle y Crabbe no fue nada gratificante para él. En realidad, lo detestaba. Los ruidos nocturnos y los olores extraños provenientes de las maletas de ambos eran difíciles de ignorar. Por momentos, Eryx consideró seriamente lanzar un encantamiento para perfumar la habitación, pero sabía que solo sería una solución temporal.

Peeves, por otro lado, era de su agrado. Las travesuras que solía hacerle a los Gryffindor y, de vez en cuando, a Draco, lo divertían. Eryx había considerado en más de una ocasión pedirle a Peeves que lo ayudara con alguna broma, pero no había tenido mucho tiempo libre. Su prioridad era estudiar.

Con Hermione, todo seguía igual. A pesar de las diferencias entre sus casas, continuaban reuniéndose en la biblioteca para estudiar juntos y conversar sobre lo que les había ocurrido durante el día. Aunque a Ron no le agradaba que Hermione se juntara con Eryx por ser un Slytherin, ella parecía no darle importancia.

Aquella mañana, Eryx se encontraba en el Gran Comedor junto a Theodore Nott, hojeando un libro. Theodore era uno de los pocos compañeros de casa que no le resultaba completamente molesto. Aunque Nott compartía las ideas puristas de su familia, no perdía el tiempo con apodos o burlas como Draco y sus inseparables secuaces. De hecho, Theodore encontraba a Eryx bastante interesante y, de cierta forma, lo respetaba.

La primera clase del día era Pociones, compartida con Gryffindor. Eryx no podía evitar alegrarse ante la idea de tener una clase con su única amiga, Hermione. Justo cuando pensaba en eso, el correo matutino comenzó a llegar. Un gran paquete cayó frente a él con un golpe seco, llamando la atención de algunos estudiantes cercanos. Con una sonrisa, Eryx tomó la carta atada entre las cuerdas y reconoció de inmediato la desastrosa caligrafía de su hermana.

"Querido Eryx:

¡Hola, hermanito! Me enteré por mamá y papá que quedaste en Slytherin. Tenía unas buenas amigas en esa casa, así que no te preocupes por lo que digan los demás. Hay gente maravillosa en todas las casas.

Por supuesto, no permitiré que estés en Hogwarts sin un paquete de bienvenida al estilo Tonks. Dentro de la caja encontrarás todo lo necesario para hacer las mejores bromas de primer año. Por favor, diviértete y, si tienes oportunidad, molesta a Filch y a la señora Norris de mi parte.

P.D.: El jabón de huevos de rana es mi favorito. Fue esencial para una broma legendaria contra Charlie Weasley.

Con cariño, Tonks."

Eryx soltó una carcajada al leer la posdata. Abrió la caja con emoción y sus ojos se iluminaron al ver la variedad de productos para hacer bromas. Desde bombas fétidas hasta pelotas de humo instantáneo, era evidente que Tonks se había asegurado de incluir lo mejor.

—Iré a dejar esto, nos vemos en Pociones —le dijo Eryx a Nott, levantándose con la caja en brazos.

Theodore solo asintió con una sonrisa ligera, mientras Eryx se dirigía rápidamente hacia las mazmorras para guardar sus nuevas adquisiciones y recoger su libro de pociones. Sin duda, el día prometía ser interesante.


Las clases de Pociones se impartían en un calabozo sombrío y frío. El ambiente era considerablemente más gélido que en la parte principal del castillo, y la presencia de frascos con animales flotantes, conservados en líquidos de tonos turbios, adornaba las paredes de piedra, otorgando un aire inquietante al lugar.

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