Girl Crush //L.S.//

16 💚

*Flashback*

Su risa resuena en toda la habitación. Me fascina hacerlo reír.

–¡Ya, detente! —exclama entre risas.

Dejo de hacerle cosquillas para que pueda respirar, además, ya me cansé.

–¡Aguantaste dos minutos, pero yo resistiré más que eso! —lo reto emocionado.
–¡Veamos si es verdad!

Le doy la mano para ayudarlo a qué se levante del sofá y puedo jurar que nunca me sentí tan... ¿Feliz? ¿Nervioso? No sé que es lo que me provoca el simple echo de tocar su mano. Es algo nuevo y diferente para mí.

Somos mejores amigos, y estoy seguro de que es el mejor chico que he conocido, pero últimamente dudo mucho que esto sea simplemente una amistad. Me encanta estar con él, escucharlo reír, ver cómo se forman esos hoyuelos en sus mejillas cuando sus rositas labios dibujan una sonrisa, y me fascinan sus brillantes ojos verdes. Siento un vuelco en el estómago cada vez que hablamos y cuando me mira de una manera distinta a como ve a cualquier persona; justo como lo está haciendo ahora.

–Espera, iré a tomar un poco de agua —avisa en cuanto se ha puesto de pie.

Se va a la cocina y me siento en el sofá pasando ambas manos por mi cara.

Soy muy apegado a éste chico rizado, pero no quiero confundirlo todavía. Tengo que aclararme a mi mismo que es lo que en realidad estoy empezando a sentir por Harry.

¡Tenemos dos meses de conocernos y en 18 años jamás me había sentido de esta manera!

–He vuelto —dice Harry haciéndose presente en la sala.

Se sienta junto a mi y pone el temporizador de su celular.
Comienza a hacerme cosquillas  y no puedo contener mi risa.

Me dejo caer al suelo mientras él me imita y se detiene cuando sin querer cae casi sobre mi.
Ambos sesamos nuestra risa poco a poco al darnos cuenta lo cerca que están nuestros rostros.

Inspeccionó cuidadosamente la carita del hermoso niño de 16 años que está haciendo que me enamore de él. Su respiración agitada junto a la mía hace que sienta lo que todo el mundo dice que son "mariposas en el estómago". Aunque es una estúpida metáfora, ahora tiene sentido, porque si no, no sabría cómo explicar lo que me provoca ver sus delineados labios rositas tan cerca de mi mientras sus brillantes ojos están fijos en los míos.

Sonríe tímidamente aún sin decir nada e intenta levantarse despacio pero lo detengo del brazo.

No lo pienso más y lentamente me acerco a su cara. Dándole oportunidad de que si quiere retirarse lo haga, pero no es así. Al contrario, termina el poco espacio de distancia y coloca sus labios sobre los míos. Cierro mis ojos y muevo mi boca tímidamente igual que él.

Un roce de sus labios era lo único que me faltaba para confirmar lo que mi corazón y mi mente piden a gritos; que le diga que me enamoré de él.

–Lou... Yo... —susurra apenas nos hemos separado del beso— Lo siento...
–Yo no.

Me acerco a él con más confianza y esta vez coloco una mano en su mejilla antes de volver a unir nuestros labios. Él rápidamente corresponde y puedo jurar que es el mejor beso que me han dado.