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*Flashback*

2011.

Estoy nervioso. Si Simón me hizo volar desde Londres hasta América tiene que ser algo de suma importancia.

Se molesta mucho cada vez que hacemos algo mal, pero no recuerdo haber cometido algún error. Sólo me estaba divirtiendo, bailando y cantando, como todo chico de 18, 19 años. ¿Le habrá molestado eso?

–Puede pasar, señor Tomlinson.

La secretaria cierra la puerta de la oficina detrás de mí y sale dejándome a solas con Simón.

–¡Louis, siéntate por favor!

Obedezco y sigo sin poder quitar mi cara de miedo.

–¿Sabés porque estás aquí?
–No, en realidad desconozco la razón.
–Bueno, no me gusta darle vueltas a las cosas así que iré al punto.

Se pone de pie y sirve un trago para él y otro para mí.

–Los rumores de que tienes una relación amorosa con Harry son cada vez más. Y como sabes eso no nos conviene. Sería muy riesgoso para todos ponerlos a prueba y ver si las personas aprueban una relación homosexual en la banda, y los demás chicos no tienen la culpa y no quiero que por cosas como esas... Esto no progrese, tú sabes a lo que me refiero.
–En realidad no —respondo simple.

Da un trago de whisky y continúa.

–Escucha, Louis. De todos ustedes, de los cinco, tu eres quien más me agrada, tienes más carisma, así que si quieres puedo ayudarte a que esto no te afecte.
–¿De qué hablas?
–Necesitas alejarte de Harry para...
–No lo haré —interrumpo— ¿Que más da lo que digan todos? No quiero alejarme de él.
–Me dijiste que esos rumores sólo eran eso, rumores —menciona con voz severa— Dijiste que no tenían más que una amistad.
–Y lo sostengo... Así es.

No es estúpido, sabe que estoy mintiendo.

–Entonces no veo el inconveniente, seguirán juntos en la banda; solo no hablaran y no interactuaran tanto en las entrevistas o en el escenario como con el resto de los chicos. Aunque hay otra opción para evitar esto.
–¿Cuál es?
–Una novia.
–¿Una novia? —pregunto confundido.
–Sí, vamos a conseguir una novia para Harry. Será solo por contrato.

Saca un papel en el que solo basta firmar.
Me quedo boquiabierto al ver lo que Simón es capaz de hacer.
Va a pagarle a una chica para que se haga pasar por novia de Harry.

–No es la gran cosa. Sólo tendrá que salir con ella, muestras de cariño en público, publicar fotos,  cosas de ese tipo. Tendrá que cambiar algunas cosas de su personalidad también, por supuesto, eso si queremos que esto funcione. Y así tú seguirás siendo libre de hacer lo que te plazca.

No puedo pensar en lo que sentirá mi bebé. Va a perder su libertad. Tendrá que fingir ser alguien que no es, quieren cambiarlo, quieren que finja ser feliz, no quiero eso para él. Él merece ser libre, merece ser feliz y por ninguna circunstancia voy a permitir que se lo impidan.

–¿Son las únicas opciones? —pregunto con miedo.
–Efectivamente.
–Yo lo haré.

Digo seguro y Simón me lanza una mirada sorprendida y molesta a la vez.

–¿Perdón? —pregunta esperando que me retracte.
–Yo firmaré ese contrato. Yo seré quien salga con esa chica, no Harry —repito con seguridad.

Tengo miedo, sé que voy a lamentar esto en algún momento, pero no dejaré que limiten a mi niño bonito.

–¿Y sabes que aquí se hace lo que yo digo?
–Sí, así que por favor te pido que me dejes hacerlo a mi. Yo lo haré.

Después de dudar unos segundos me da el papel y sin pensarlo dos veces lo firmo.

Espero que estes conciente a lo que acabas de atarte, Louis.

No lo sé, y no me interesa. Sólo me importa Harry y que no lo lastimen, quiero que él sea libre y feliz.

***






–¡Soy patético, definitivamente lo soy! —tomo de golpe el shot de whisky— No quería que lo lastimaran. Firme ese... Ese estúpido contrato para que no lo lastimaran y hacerlo feliz y yo mismo lo lastime y por mi culpa no es feliz.

Suelto una carcajada y me sirvo otro shot. El joven de la barra ya me ha dejado dos botellas y casi termino la segunda.

–¡Olvídate de él ahora! —grita Oli para que pueda escucharlo entre el ruido y la música del bar— ¡Si todo se fue al coño sólo olvídalo!

Sé que eso es imposible, pero no pierdo nada si lo intento ahora.

Me adentro a la pista con mi amigo mientras bailamos, gritamos, fumamos y seguimos tomando.
Voy ahora por una cerveza y me siento un poco a descansar en la barra. Me siento con mucha energía pero muy mareado, me hormiguea el cuerpo y sé que vine a olvidarme de Harry, pero ahora mismo lo quiero aquí. Debo sentirme así por la droga. O el alcohol. O incluso por ambos.

Se acerca mi amigo a la barra y logra llegar entre tropezones.

–¡Está... Está bueno... Es-esto! ¡Me siento... Taaaaaan... Bien, Lololouiiiiisss! —grita arrastrando las palabras.

Río ante su acción y me recargo en su hombro.

–¡Yo también! ¡¿Y sabes... Que me ven-dría mejor?! —grito igual que él— ¡Me qui-quiero follar a Harry... a-ahora mismo!
–Conseguí unas... Chicas... O al menos eso di-dijeron que eran. Habrá que averiguar-lo.

Ambos reímos como completos idiotas que estamos siendo ahora mismo.

–Hola —se acercan tres chicas a nosotros como si las hubiesemos llamado— ¿Nos invitan un trago? —pregunta la rubia.

Estoy demasiado ebrio hasta para responder, así que solo asiento con la cabeza mientras que Oli se aleja con la chica morena.

–Soy Briana Jungwirth, soy estilista —se presenta amable.
–Louis —digo sin más y vuelvo a mi trago.

El cuerpo me hormiguea cada vez más, pero lo ignoro hasta que siento una fuerte presión y algo de dolor en mi entre pierna.

–¡Mierda!

Exclamo llamando la atención de la chica.

–¿Estás bien?
–Sí, es solo que...

¿Cómo le dices a una tipa que acabas de conocer que tienes una erección porque te quieres tirar a tu novio pero que ahora mismo está extremadamente molesto contigo?

–¿Quieres bailar? —la invito.

Me pongo de pie sin dejarla siquiera responder y nos dirigimos a la pista.

La multitud de personas brincando hacen que sin querer choque con la chica, el humo del lugar me dificulta la visión y creo que esas dos cosas sumadas hacen que sienta muchísima calor, además de las drogas y alcohol, por supuesto.

Cuando menos me doy cuenta mi rostro está a centímetros de la chica y mi cuerpo completamente pegado al de ella.
En un movimiento muy rápido rápido me lanzo sobre ella y la beso, a lo que ella tampoco se niega y continúa.

Poco a poco nos alejamos más de la multitud y de la pista, pero no sé ni a dónde voy.

–¡A la mierda todo! —exclamo antes de volverla a besar.

Esta vez más salvajemente y levantandola por los glúteos haciendo que enrede sus piernas al rededor de mi cadera.

–Harry —jadeo.

Girl Crush //L.S.//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora