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Suspiraste, sintiendo como la manta se deslizaba lejos de su cuerpo por quinta vez en la noche. Te quejaste “¡Sunwoo deja de tirar de las mantas!" Se dio la vuelta para mirarte, con un puchero en los labios. "Lo siento ..." "¿No puedes dormir?" Preguntaste. Sacudió la cabeza, "No, tengo demasiado frío", se quejó.
Te levantaste de la cama, yendo al armario para sacar más mantas. Las desdoblaste y luego las arrojaste sobre Sunwoo, cubriéndolo, mientras él felizmente se retorcía para ponerse en una posición cómoda. "¿Mejor?" Le preguntaste y abrió los ojos, haciendo un pequeño puchero mientras negaba con la cabeza. "¿Ahora que?" Sacó los brazos de debajo de la manta y los abrió para ti. "Todavía tengo frío, ven a mantenerme caliente ".
"Eres un bebé tan grande", te reíste, metiéndote debajo de las mantas junto a él, lista para echarte en sus brazos, pero él te detuvo. "Espera, quiero ser la cucharita". Dijo y le sonreíste, amabas cuando él era así contigo. "Está bien", envolvió sus brazos alrededor de ti y te acurrucó contra él, apoyando tu cabeza en su pecho. Una de sus manos jugaba con tu cabello mientras se dormía. Escuchaste un leve ronquido y sonreiste, colocando un beso en su frente y abrazándolo para que también pudieras dormir.
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