OL: La ciudad bajo el mar.

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Klaus

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-"Nos definimos por nuestra familia. Por nacimiento, compartimos sus nombres, confiamos en ellos para proteger aquello que amamos. Los valoramos por encima de todos los demás... Y entonces inevitablemente, somos apartados a la fuerza. - escucho una voz a o lejos. - Se hacen promesas que luego no se mantienen. Los niños en particular dan sus espaldas a quienes los criaron buscando una vida propia. El vínculo de la familia no es uno forjado por elección. De hecho, algunos se verían como una terrible carga.

Despierto de golpe y frunzo el ceño al no ver la daga en mi pecho.

-Y así, Niklaus, aquí te encuentras conmigo".

-Dahlia. - gruño antes de mirar a mi alrededor, estamos en una aldea. - ¿Qué me has hecho? ¿Dónde está mi hija? 

Me lanzo contra ella, pero desaparece.

-Sal de mi cabeza. - le ordeno.

-No estoy en tu cabeza. - me asegura. - Tú estás en la mía. Y viendo que yaces apuñalado por tu propio querido hermano, no tienes otra opción más que escuchar. Tengo una proposición para ti. - comienza a caminar. - Sígueme.

-Ahórrame el aburrimiento agonizante y explícame qué quieres. - le ordeno.

-Silencio. - se detiene a ver a unos aldeanos. 

-No estoy para escenas oníricas.

-Niklaus, escucha. - me pide. 

Agudizo mi oído y escucho gritos, sollozos y gruñidos de las personas antes de que dos mujeres corran por mi lado. Las seguimos y las vemos ocultarse tras una carreta. 

-Los vikingos vinieron mientras estabas en el jardín. - solloza la rubia. - Estoy asustada, Dahlia.

-No lo estés. - toma su rostro. - Nos protegeré, pero venga lo que venga, debemos permanecer juntas siempre y para siempre ¿Lo prometes?

-Lo prometo. - le responde.

Derrepente un hombre toma a Esther con fuerza separándolas

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Derrepente un hombre toma a Esther con fuerza separándolas.

-¡Déjala! - grita Dahlia y aleja al hombre con magia. 

Más hombres aparecen tomando a ambas y poniendo sacos en sus cabezas.

-Déjame adivinar. - murmuro. - Los vikingos masacraron a toda la aldea.

-Esther y yo somos las únicas que sobrevivimos. - responde. - Nos prometimos permanecer juntas.

-Sí, "siempre y para siempre", una promesa familiar, pero bueno, tú ya sabías eso. - la miro. - Supongo que crees que eso nos hace similares. 

-No exactamente. - dice. - Lo que quería mostrarte es que podemos ser aliados. 

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Original Love: "Klaus Mikaelson" [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora