31

324 21 1
                                    

Cuando Mariah llega a casa, tiene cuidado de no hacer ruido. Lyanno y Micaela duermen en la gran cama. Se quita el maquillaje, se pone el pijama y se va a la cama.

- ¿Te divertiste? - pregunta en voz baja y con los ojos cerrados.

-¿Sí y vos?

-Vemos a '50 sombras de Grey '.

-¿Qué?-Mariah levanta la voz y él se ríe.

-Broma. Llegó Raúl y vimos 'Harry Potter y el príncipe mestizo'.

-Mi favorito.

-Podemos verlo de nuevo cuando quieras.

-Buenas noches.

La mañana, Micaela los despierta con sus manitas. Tirando del cabello de su madre y jugando con la nariz de su padre.

-Buenos días, amor de papi.-La besa en la mejilla. -¿Qué hora es?

Mariah consulta la hora en su celular.

-Son las diez de la mañana. ¿Vamos a desayunar?

-Y si comemos algo ligero, falta poco para el almuerzo.-responde Lyanno.

Se levantan, mientras Mariah se cambia y limpia a Micaela, Lyanno se ducha. Cuando termina, se lleva a Micaela y bajan las escaleras para que Mariah pueda darse una ducha.

El día transcurre muy tranquilo. Micaela jugando, Lyanno tocando a Mariah pero sin hacer nada, Micaela no quiere tomar su siesta, y por eso sus ganas de irse a la cama y pasar un momento de placer no pueden ser satisfechas.

-Debo decirte una cosa.

Lyanno cambia su atención del juego de baloncesto a ella.

-Ví a alguien anoche.

-¿Quién?

-Brytiago.

Lyanno se pone rígido y sus ojos escupen ira.

-¿Que hicieron?

-¡Absolutamente nada!-exclama Mariah de inmediato.-Él quería, pero me fui.-Lyanno suspira profundamente.-No entiendo por qué estaba allí.

-Me gustaría saberlo. Entró en mi territorio sin que yo lo supiera.

- Ahora que lo sabes, ¿podemos olvidarnos de su existencia y pasar el día en paz?

Micaela llora e inmediatamente se dirigen hacia ella. Dejaron de mirarla por tres minutos y ella se cayó del caballito mecedor.

-Mi amor ...- Mariah la toma en sus brazos.-Sshh, ahora pasa.

Lyanno la besa en la cabeza y ella se calma un poco.

-El beso que hace que todo el mal se vaya.- le sonríe.

Suena el timbre y Mariah va a abrir la puerta y una mueca de molestia aparece en su rostro. Corina en cambio le sonríe.

-Hola.-casi grita feliz.- Lo siento por la molestia, pero creo que me olvidé de mi sostén aquí.- y su sonrisa hace entender que vine por dañar la buena vibra.

Te VeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora