Cuando Mariah llega a casa, tiene cuidado de no hacer ruido. Lyanno y Micaela duermen en la gran cama. Se quita el maquillaje, se pone el pijama y se va a la cama.
- ¿Te divertiste? - pregunta en voz baja y con los ojos cerrados.
-¿Sí y vos?
-Vemos a '50 sombras de Grey '.
-¿Qué?-Mariah levanta la voz y él se ríe.
-Broma. Llegó Raúl y vimos 'Harry Potter y el príncipe mestizo'.
-Mi favorito.
-Podemos verlo de nuevo cuando quieras.
-Buenas noches.
La mañana, Micaela los despierta con sus manitas. Tirando del cabello de su madre y jugando con la nariz de su padre.
-Buenos días, amor de papi.-La besa en la mejilla. -¿Qué hora es?
Mariah consulta la hora en su celular.
-Son las diez de la mañana. ¿Vamos a desayunar?
-Y si comemos algo ligero, falta poco para el almuerzo.-responde Lyanno.
Se levantan, mientras Mariah se cambia y limpia a Micaela, Lyanno se ducha. Cuando termina, se lleva a Micaela y bajan las escaleras para que Mariah pueda darse una ducha.
El día transcurre muy tranquilo. Micaela jugando, Lyanno tocando a Mariah pero sin hacer nada, Micaela no quiere tomar su siesta, y por eso sus ganas de irse a la cama y pasar un momento de placer no pueden ser satisfechas.
-Debo decirte una cosa.
Lyanno cambia su atención del juego de baloncesto a ella.
-Ví a alguien anoche.
-¿Quién?
-Brytiago.
Lyanno se pone rígido y sus ojos escupen ira.
-¿Que hicieron?
-¡Absolutamente nada!-exclama Mariah de inmediato.-Él quería, pero me fui.-Lyanno suspira profundamente.-No entiendo por qué estaba allí.
-Me gustaría saberlo. Entró en mi territorio sin que yo lo supiera.
- Ahora que lo sabes, ¿podemos olvidarnos de su existencia y pasar el día en paz?
Micaela llora e inmediatamente se dirigen hacia ella. Dejaron de mirarla por tres minutos y ella se cayó del caballito mecedor.
-Mi amor ...- Mariah la toma en sus brazos.-Sshh, ahora pasa.
Lyanno la besa en la cabeza y ella se calma un poco.
-El beso que hace que todo el mal se vaya.- le sonríe.
Suena el timbre y Mariah va a abrir la puerta y una mueca de molestia aparece en su rostro. Corina en cambio le sonríe.
-Hola.-casi grita feliz.- Lo siento por la molestia, pero creo que me olvidé de mi sostén aquí.- y su sonrisa hace entender que vine por dañar la buena vibra.