Capitulo 1: Viaje.

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- Ah-hh... es-tas palpitando muy fuerte dentro de mi-i...

Y ahí estaban, dos personas totalmente desnudas, a la mitad de la noche, con sus cuerpos ardiendo y sus respiraciones agitadas.

La habitación era un desastre, el sonido de las embestidas retumbaba por el mismo y con tan solo entrar podrías percibir el olor a sexo. Magnifico.

Pero ¿Cómo sucedió esto?

Beep

Beep

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El día despertó y con ello Seokjin, el joven de tez pálida, cabello castaño y labios carnosos se encontraba acostado en su cama frotando sus delicados ojos color avellana, gran día para salir de casa con sus abuelos de compras

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El día despertó y con ello Seokjin, el joven de tez pálida, cabello castaño y labios carnosos se encontraba acostado en su cama frotando sus delicados ojos color avellana, gran día para salir de casa con sus abuelos de compras.

Se levantó, se ducho y se colocó un pantalón negro que dejaba ver con naturalidad sus muslos, ni muy vulgar, ni muy formal, una camisa roja un poco abierta en el pecho seguido de un collar simple pero elegante, se veía bien.

La apariencia para Seokjin era muy importante tanto como el aire que respiramos, él era el símbolo de moda y respeto en su Universidad, no había persona que no quisiera conocerlo o al menos hablar con él, era como una celebridad, pero el solamente aceptaba sexo.

Perdió la cuenta de cuantas personas le ofrecían una relación, estable y bonita, pero Mr. Seokjin no era fanático de las relaciones serias, es más, le irritaban las relaciones dulces al punto de casi hacerlo vomitar y ¿Cómo juzgarlo? Las parejas en su universidad eran algo empalagosas consigo mismas, Desagradable.

Bajo de sus aposentos directo a la cocina a saludar a sus abuelos, este vivía con ellos desde que tenía 16, actualmente tenía 20, cuatro años que paso sin su madre, sin sus reclamos y sin su idiota padrastro, claro, si lo podía llamar así, obvio, él no sabía que esa mañana eso iba a cambiar.

-Te he dicho que no te levantes tan temprano Mamá, podrías lastimarte- Musito el joven castaño, arrebatándole a su abuela el plato que con dificultad intentaba lavar.

-No me molesta levantarme, es lo único que puedo hacer a esta edad.

- ¿Y Papá? ¿Aún no se ha levantado? - Pregunto el menor girando levemente su mandíbula para mirar de reojo a su abuela, cuidando que no se levante para ir a limpiar cualquier cosa que estuviese limpia ya.

-Oh, el aun esta acostado, pero puedo ir a levantarlo para ya salir, veo que ya te cambiaste hijo- Dijo la mujer dándose vuelta caminando hacia el cuarto de su esposo, pero una mano impidió su seguir.

-No te molestes mama, puedo ir yo- Y sin más que decir, seco sus manos con un pañuelo y camino en dirección al cuarto mencionado, dejando atrás a la mujer completamente descontenta, no la dejaba hacer nada.

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