Capítulo 8

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Varios años antes...

— ¿Estás segura? —Me pregunta Ethan a mi espalda.

Hace un mes que nos casamos y en estos treinta días, me he trasladado a vivir con él a su pequeño estudio hasta que encontremos algo más grande para los dos y que nos podamos permitir con nuestros sueldos. No quiero nada de mis padres. Desde que abandoné la fiesta, no he sabido nada de ellos. La única que ha intentado ponerse en contacto conmigo ha sido mi madre, pero no me fio de lo que me quiera decir. Hace años sus trapos sucios y palabras me separaron del chico del que estaba enamorada. No volveré a permitir que repitan la jugada.

Y en cuanto a Carlos... fui al hogar que compartíamos al día siguiente. Se merecía mis disculpas y explicaciones. Pensé que debía estar bastante sorprendido con el giro que habían dado nuestras vidas. Tenía hasta un discurso preparado donde le pedía perdón por no sentir por él lo que él sentía por mí.

Aunque la sorpresa me la llevé yo cuando abrí la puerta y vi el pasillo lleno de ropa desperdigada, tanto de hombre, como de mujer. Seguí aquel rastro hasta el dormitorio, pero me quedé en la puerta escuchando cómo Carlos decía que había estado soportando a una sosa como yo y a los idiotas de mis amigos para nada. Que su plan de casarse conmigo para conseguir en el hospital privado que regentaba mi padre ser jefe de planta, se había ido a la mierda.

Me dolió, pero no porque me engañara con a saber cuántas mujeres, sino por el hecho de que durante tres años mi supuesto novio y mi familia, habían hecho conmigo lo que habían querido. Me sentí engañada, manipulada y humillada.

Entré en el cuarto sin importarme que mi exprometido y su amante estuvieran desnudos. Ambos se quedaron mirándome estupefactos, pero me dio absolutamente igual. Saqué la maleta de mi armario y cogí todas mis cosas para comenzar a vivir mi nueva vida.

Y es lo que estaba haciendo junto con Ethan. Lo que ninguno esperaba es lo que el destino nos pondría por delante tan pronto.

Siento como mi marido me abraza por detrás y posa una mano abierta sobre mi vientre. Ese gesto me hace expulsar un suspiro y miro de nuevo esas líneas rosas. Diez en total. Cinco test y todos positivos. Y sé cuándo ha sucedido. La noche antes de mi boda. La noche de la fiesta, el día en el que mi vida cambió en apenas unos minutos.

— Cinco de cinco. —Giro el rostro para mirarle—. Y las cuentas no me fallan.

— Dios... —Noto su aliento chocar contra mi nuca.

Yo sigo muy confundida. Siempre he querido ser madre, pero jamás pensé que llegaría el momento cuando menos lo esperábamos. Ethan está en proceso de prueba en su trabajo como profesor universitario y no es seguro su puesto, aunque yo confío en él. En cuanto a mi...acabo de empezar el MIR, pero el dinero no es lo que más me preocupa en estos momentos. ¿Estoy preparada para traer un bebé al mundo?

Si soy sincera, interrumpir el embarazo no es ninguna opción. Voy a tener un hijo de Ethan y, a pesar de este miedo que tengo, me hace muy feliz. ¿Pero, y a él?

Me separo un poco de él para girarme y verle mejor. No sé muy bien qué decirle, pero antes de hablar, Ethan me aprisiona contra la pared y devora mi boca. Coge mi rostro entre sus fuertes manos y me acaricia las mejillas al tiempo que profundiza más el beso.

— Joder... —Brama en un susurro y empieza a darme pequeños besos en la boca—. No te haces una idea de lo feliz que estoy en este momento. Gracias, amor.

Me abraza la cintura y me alza para dar vueltas conmigo. Rio y me abrazo a su cuello. Cuando me baja al suelo, volvemos a besarnos.

— Estoy muerta de miedo. —Le confieso.

— Yo también. —Me sonríe, feliz—. Pero ahora mismo, es lo que más deseo.

Sus palabras me emocionan, pero me prohíbo echarme a llorar. Ya tendré tiempo para hacerlo en estos ocho meses que tenemos por delante.

Tras el momento de euforia, donde Ethan y yo hemos dado la buena nueva a nuestros amigos, un pensamiento me invade. Y es, que quiero que mis padres no se pierdan nada de la vida de su nieto. Sé que han cometido errores y llevo un mes sin hablar con ellos. La noticia de mi embarazo ha sido el empujón que necesito para volver a reunirnos y dejar las cosas claras. Me gustaría que mis padres me apoyen y estén a mi lado, pero si por el hecho de haberme casado con Ethan deciden cortar su relación conmigo o hacerme elegir entre ellos o él, mi decisión será clara.

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Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora