En la actualidad...
«Superaremos todos los baches que nos encontremos». Me quedo pensando en esa frase que me susurró aquella noche mientras tengo la mirada puesta en el infinito. Noto una solitaria lágrima y me la seco antes de que mi madre aparezca en el salón de aquel ático. Tras licenciarme, nos mudamos a la ciudad para poder especializarme en mi campo, aunque aún conservamos nuestro hogar en aquel pueblo donde tantas veces hemos regresado con Alice. A ella le encanta.
Mi madre se sienta a mi lado y me tiende una taza de tila. Cuando llegué, mis padres me vieron tan nerviosa que se asustaron pensando que había pasado algo grave. Aún no les he contado nada. Simplemente me he sentado en el sofá con Alice sobre mi regazo y les he pedido que me dejen algo de tiempo para calmarme. Mi hija se acurruca contra mi cuerpo hasta quedarse dormida.
— ¿Por qué no la llevas a la cama? —Me pregunta mi madre.
—No. —Niego—. Ahora mismo quiero tenerla así.
— ¿Vas a contarnos ya qué ha pasado? —Dice mi padre con su voz autoritaria.
—Ethan y yo llevamos un tiempo... distanciados. —Comienzo a relatarles—. Todo empezó cuando conoció a unos tíos en una conferencia a la que fue. Le dijeron que cómo era posible que sin cumplir los treinta ya estuviera casado y con una hija. Le metieron ideas en la cabeza diciéndole que no había disfrutado de la soltería y que se estaba perdiendo muchas cosas de la vida. —Beso la frente de Alice al ver que se mueve—. Al principio solo salía de vez en cuando con ellos y me parecía bien, porque yo también salgo con mis amigas. Pero poco a poco, empezó a desentenderse más de nosotras y... a cambiar. Me recordaba a un adolescente. Riendo gracias hacia mí que eran irrespetuosas, jugando horas a la consola y saliendo prácticamente todas las noches. Ha dejado de lado a sus verdaderos amigos y... es que es otro. —Sollozo y mi madre pasa un brazo sobre mis hombros para acercarme a ella—. Hemos hablado muchas veces sobre el cambio que ha dado, le he dicho que ese hombre que ahora es, no es el hombre del que me enamoré. Lo solucionamos y estamos bien por un tiempo, pero luego llegan esos indeseables y vuelven a manipularle. Lo de hoy ha sido el colmo...ya no puedo más. —Lloro de nuevo y abrazo más a mi pequeña. Mi única razón por la que debo seguir adelante, por la que llevo tanto tiempo soportando y callando más de lo que debía, hasta hoy.
—No sé qué decirte, hija. —Dice mi padre sentándose al otro lado del sofá quedando yo en medio.
—Pues que ya me lo dijisteis. Que mi relación con él no iba a tener futuro...
—Bueno, ni tu madre ni yo pensamos así ya. —Le miro asombrada—. En estos años y sobre todo desde que nació Alice, hemos visto en Ethan a un hombre que te quiere y te ama con locura. Y que luchó por ti. —Bajo la mirada. Me duele tanto hablar de él—. Sabes lo que es que alguien te manipule. Yo lo hice con los dos y no te diste cuenta de qué estabas haciendo hasta que te quitaste la venda. —Asiento sabiendo a qué se refiere—. No le justifico, cariño. No me malinterpretes, pero un día abrirá los ojos con respecto a esas personas que dicen ser sus amigos. ¿Y qué crees que hará? —Me pregunta y niego para que sepa que no sé qué contestarle—. Lo mismo que hace años. Luchar por ti y por vuestra hija. Ese hombre te quiere, pero todos los matrimonios tienen sus altibajos.
—Eso es. Sabes que cuando me enteré de lo que tu padre hizo, casi nos divorciamos, porque el hombre que amaba, eso no lo haría jamás. —Interviene mi madre y le doy un sorbo a mi tila. Aún quema bastante—. Pero se dio cuenta de su error y volvió a ser el hombre que conocí. —Asiento. Ahora mismo no sé qué decir, pues mi cabeza está hecha un lío—. Con esto lo que te queremos decir, es que no tomes una decisión precipitada y que te apoyaremos y ayudaremos en lo que podamos.
—Gracias. —Les digo—. Sé que le quiero. Mis sentimientos hacia él los tengo muy claros. —Sorbo por la nariz—. Pero quiero que vuelva el hombre del que me enamoré. No ese nuevo al que le han transformado. Cuando regrese, tal vez y solo tal vez, le daré una oportunidad para que me lo demuestre.
Horas después, ya he acostado a Alice en una de las camas que mis padres tienen libres, pero yo no puedo dormir. Estoy dando vueltas por el salón. No he dado la luz, la que entra de la calle es suficiente y tengo el móvil en la mano. Lo he mirado varias veces. Ethan me ha llamado treinta y dos veces y me ha mandado muchísimos mensajes. A pesar de que he jurado no leerlos, no he podido evitar bajar la pestaña para leer parte de ellos. He leído varios «te quiero» y «perdón». En el último que me ha enviado a las dos de la madrugada, dice que me promete que va a volver a ser el que era. Que todo ha acabado.
Y quizá fuera verdad. Puede que todo hubiera acabado para siempre. Y pensarlo solo hace que me vuelvan a entrar ganas de llorar y el dolor aumente. No me imagino vivir sin él, pero tampoco me imaginaba vivir como lo he hecho estos últimos meses.
Ethan no es un mal hombre. Pero esos idiotas han hecho con él lo que ha querido. Le conozco y sé que lo que me dice en esos mensajes es verdad, pero ahora necesito tiempo para pensar en todo esto. Jamás me ha gustado dar elegir y por ello nunca lo he hecho, pero está claro que debo hacer un ultimátum: o sus amigos o su familia.
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Gracias por leer!!!
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Una última vez
RomanceTodo el mundo conoce una historia de amor y su final. Pero, ¿qué pasa después del famoso y vivieron felices y comieron perdices? Ciara y Ethan siempre han luchado por su relación. Desde su noviazgo, han pasado por muchas dificultades, pero finalment...