18 meses después...
Salgo del trabajo para ir a la universidad donde trabaja mi marido impartiendo clases. Sé por la hora que ahora está en el despacho, así que es el momento perfecto para ir a verle. Aparco frente a la puerta del edificio y corro escaleras arriba hasta el segundo piso. Entro en su despacho sin llamar y por suerte, no hay nadie dentro salvo él que me mira asustado.
— Ciara, ¿qué ocurre? —Se levanta preocupado de su silla y rodea la mesa.
Cierro la puerta y me lanzo a sus brazos para abrazarle y besarle demostrando en esos gestos todo el amor que siento por él y lo feliz que estoy ahora mismo.
— ¡¡Estamos embarazados!! —Anunció enseñándole el predictor.
Llevamos tanto tiempo intentándolo, que ya lo había dado por un imposible. Han sido meses en los que me he derrumbado al ver todos aquellos test negativos. Alice llegó a la primera y sin ni siquiera intentarlo y nuestro segundo hijo se resistía. Al final, decidimos no obsesionarnos con la esperanza de que algún día llegara.
Este último mes, ambos hemos tenido mucho trabajo y no me he percatado de que me faltaba el periodo hasta este día en el que me he fijado en el calendario y he visto que no había marcado con una cruz el día en el que me había bajado la regla. Empecé a echar marcha atrás y me di cuenta de que llevaba seis semanas sin ella. No podía esperar a llegar a casa, así que nada más acabar mi turno, fui al baño para hacerme el test. Al ver esas dos líneas rosas se me iluminó el rostro y salí corriendo para contárselo a mi marido.
Ethan mira el predictor aún algo confuso, pero cuando ve que es real, sonríe y me besa con pasión mientras da vueltas por ese pequeño espacio.
— ¡No puedo creérmelo! ¡Lo conseguimos!
Asiento varias veces feliz y me baja al suelo, pero no me suelta.
— He venido corriendo en cuanto me he enterado y...
— Espera, ¿qué? —Me interrumpe—. ¿Has corrido en tu estado?
— Un poco, pero no pasa nada. Estamos bien. —Me acaricio el vientre, feliz.
— Vale, pero a partir de ahora nada de correr ni de esfuerzos. Ahora me toca cuidarte.
— Eso ya lo haces. —Rio.
— Más aún. —Se agacha para besarme.
— Hay que decírselo a Alice. ¿Crees que le hará ilusión? —Pregunto preocupada. Temo que tenga celos de su hermanito o hermanita.
— Cariño, no te preocupes. —Intenta tranquilizarme—. Con lo que le gusta jugar con los nenucos, fijo que le hará ilusión. Y nos ayudará a bañarle, vestirle... quizá a cambiar algún que otro pañal.
Rio divertida al escucharle y me quedo más relajada. Salimos del despacho para volver a casa, pero antes pasamos por el hogar de mis padres para recoger a Alice, aunque no les decimos nada del embarazo. Ambos preferimos esperar a alcanzar los tres meses.
Nuestra pequeña nos empieza a contar lo que ha aprendido hoy en el cole y entusiasmada, nos escribe en un papel su nombre.
— Cariño, papá y yo tenemos que decirte algo.
— ¿He hecho algo mal, mami?
— No, cielo. —Le aparto un mechón de pelo tras la oreja—. No es nada malo. —Miro a Ethan—. Vas a tener un hermanito.
— O hermanita. —Añade su padre.
Alice abre la boca y se baja de la silla para abrazarme la cintura y darme un beso en el estómago.
— Está aquí dentro, ¿verdad, mamá?
— Sí, cariño. —Sonrió.
— Hola, soy Alice. —Se presenta al nuevo miembro de la familia—. Y voy a ser la mejor hermana mayor del mundo.
Ethan y yo sonreímos y tras contestar a muchas preguntas sobre el bebé, finalmente nuestra pequeña se queda dormida y la llevamos a la cama. Regresamos al salón y tras sentarme, mi marido me atrae hacia él para besarme y acariciar mi vientre por debajo de mi camiseta.
— Os quiero. A todos. —Susurra sobre mis labios.
— Nosotros a ti también, papi. —Sonrío.
Nos besamos de nuevo y pienso que de no ser por esa última vez que me pidió, ahora mismo no estaríamos así. A veces las decisiones pueden ser arriesgadas, pues te llevarán a un extremo. A la felicidad o al dolor, pero quien no arriesga no gana y está claro que yo gané apostando por él. Apostando por nosotros.
FIN
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Una última vez
RomanceTodo el mundo conoce una historia de amor y su final. Pero, ¿qué pasa después del famoso y vivieron felices y comieron perdices? Ciara y Ethan siempre han luchado por su relación. Desde su noviazgo, han pasado por muchas dificultades, pero finalment...