Capítulo 3.

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Capítulo 3. Los mataría si no fuesen inmortales.

La cuchara era enorme y estaba llena de helado de vainilla, se lo comió todo mientras veía Faking It. Scorpius estaba a su lado un tanto incómodo por el silencio.

—Andy, ésta será una pregunta estúpida pero... ¿Estás bien?

Nada.

Okay, no volveré a hacer preguntas tontas.

Nada.

—¿Cuál es tu personaje favorito? Yo... Eh creo que me gusta Amy.

Ni un pestañeo.

—Karma es una zorra, ¿No te parece?

Otro enorme bocado de helado.

—Bueno, a mi me parece que es bisexual, por si te lo preguntas —Siguió hablando sólo—. Una horrible bisexual que juega con los sentimientos de su amiga y se acuesta con el carpintero de pacotilla... Estoy a favor a que Amy esté con otra.

Andy al fin le miró, pero sin mirarlo realmente. Pasó largos minutos así, Scorpius iba a vomitar en cualquier momento.

Y el timbre sonó.

—¡Yo voy! —Se levanta rápidamente y corre a la puerta—. Gracias Merlín, iba a morir si seguía mirándome...

Paró un segundo antes de abrir la puerta. Eso era ilógico, ¿Quién tocaría el timbre? ¡No tenían timbre! ¡Nadie podía ver la casa si no era Greengrass o amigo! Y ya nadie llegaba por la puerta.

—¿Hola? ¿Hay alguien? —Pregunta la persona desde afuera.

—¡No! —Dijo y se golpeó la frente. Tal vez él si era la representación del rubio tonto.

—Oh, entonces vuelvo otro día.

Pasaron unos segundos antes de que la puerta se abra de imprevisto. Un chico alto, bronceado y rubio hizo acto de presencia abriendo los brazos.

—¡Casa Greengrass! ¡Hola! El gran Apolo te visita una vez más.

Scorpius balbuceo varias cosas mientras se repetía mentalmente que estaba engañando a Albus con sólo estar a un lado de ese sex symbol.

—Yo...

Apolo fijo sus ojos en él y sonrió.

—Oye, tú debes ser el hermano de mi futura esposa... ¿Scorpius?

—Ajá.

—¡Debe ser un gusto para ti conocerme!

Entró como si fuese su propio hogar y se dirigió a la sala. Scorpius despertó de su embelesado recorrido por la espalda del chico e intentó deterlo.

—Oh, no creo que debas ir... Andy no quiere ver a nadie.

—Yo no soy nadie, soy alguien.

Fue directo al sofá, lanzándose junto a Andy con una enorme sonrisa de comercial. Scorp esperó en el umbral la tercera guerra mundial.

—¡Hola cariño! ¿Me extrañaste?

Tal vez esa habría sido la cachetada más dolorosa que le dio hasta el momento. La mejilla del dios y la palma derecha de Andy palpitaban al rojo vivo.

—Oh si, me haces sentir vivo a cada golpe —Gruño y volvió a sonreír ignorando el dolor—. ¿Qué tal todo?

La cara de Andy cambio por completo, sus pupilas se dilataron, el bote de helado se derritió en sus manos, lo puso en la mesita ante ella y se volvió a Apolo.

Más que una semidiosa y bruja (S&B3)Where stories live. Discover now