VII: hermosos...

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Se quedaron sentados sin hablar unos minutos, estaban algo avergonzados, no se podían ver a la cara, los dos querían hablar para que no se sintieran tan incómodos pero no sabían que decir.

Ella pensaba en el peinado que le habia hecho y otras cosas más que tenían que ver con aquel hombre que le hacía sentir cosas.

El pensaba en lo hermosa que se veía con aquella horquilla que le habia comprado, la miro de reojo y vio que su ropa estaba algo manchada y rota, se pregunto que le habia pasado.

─ señorita!, le a pasado algo antes de vernos?─ pregunto señalando su ropa, ella lo miro y después miro su ropa.

─ oh no, solo me tropecé mientras caminaba en el bosque, no sabia que había quedado así, lo siento si estoy algo sucia─ contesto y se avergonzo.

─ no se preocupe!, se ve hermosa aún con su ropa así!─ le dijo, ella sintió su rostro caliente y miro a otra parte.

─ por que me haces sentir así?...─ le susurro pero con intención de que no la escuchara pero para su mala suerte la había escuchado y decidió no decir nada.

Nuevamente se quedaron en silencio pero este era un poco más agradable, ella comenzó a sentir hambre pero no quería irse de ahí, queria estar más tiempo con el.

Sintió la presencia de otro demonio, pero no uno cualquiera si no de una de las lunas, se alarmó y miro a todas partes intentando verlo pero nada.

─ pasa algo señorita?─ pregunto confundido al verla mirar hacia todas partes.

─ lo siento, tengo que irme rápido─ contesto─ nos vemos otro día!─ lo saludo y se fue corriendo.

El la saludo y se quedo ahi sentado aún pensando en ella, quizás si se estaba enamorando y tenía que aceptarlo, le era agradable estar con ella.

Se levantó y fue a otra parte, era bastante tarde y estaba algo cansado así que decidió irse a su hogar.

(...)

Corri lo más lejos que podía de el, no quería meterlo en problemas y mucho menos que le hicieran daño, solo esperaba que no nos vieran juntos.

Llegue al final del pueblo, me tome de las rodillas y traté de tranquilizarme, sentia que me ahogaba, no podía respirar correctamente.

─ se encuentra bien?─ pregunto alguien, me giré con rapidez y le clavé mis garras en su rostro, escuche unos gritos y miré alrededor, habian solo tres personas que nos habían visto, fui tras ellos y los maté.

Me llevé a dos y me los comí, tenía mucha hambre y sed, al pasar unos minutos me calmé, me sentía más relajada y tranquila.

Me levanté y me mire, tenía toda la ropa manchada de sangre al igual que mi boca, me limpié la boca y fui a buscar ropa para ponerme, pude encontrar una casa donde habían ropas colgadas, tomé las de mujer que eran como un traje o algo asi.

Me lo puse y me mire, parecía tipo un uniforme, por suerte no era de cazador, me quedaba bien asi que decidí quedarme con esa ropa, me fui de la casa hacia el bosque.

Estaba amaneciendo, tomé el wagasa y me tapé aunque aún no estuviera el sol, camine por unos minutos hasta detenerme enfrente de una gran casa, parecia ser como un lugar donde quedarte, decidí alejarme de ahí.

Era bastante grande el lugar.

Pasaron unas horas y aún no sabia que hacer, decidí perder el tiempo mientras veía si podía cambiarme de otra formar, me miraba con el pedazo de espejo que tenía, me asombraba el como podía cambiar.

Deje de hacerlo, mire mi cabello y recordé lo de anoche, se sentia tan relajante sentir sus manos tocarme el cabello para peinarme, me hubiera gustado que tardara.

Comencé asentir mi rostro caliente al recordar todo lo que había pasado incluso lo que habia dicho aquella señora, como podíamos ser pareja, el es un hombre muy atractivo, seguro tiene a muchas chicas detrás suyo y yo soy un demonio que no hace más que comer y comer.

Me gustaría dejar de ser demonio para poder estar con el.

Pasaron unos días, volví al pueblo para ver si me volvía a encontrar, caminaba entre la gente, habian muchas y no me agradaba para nada, sentia cada aroma de cada persona, una más dulce que otra y eso me daba más hambre.

Senti un aroma tan dulce que derretía mi boca, fui hacia la persona que olía así, choqué con alguien, le pedí perdón y volví a lo que estaba hasta llegar.

Era Rengoku, como era que siempre me lo encontraba?, acaso estabamos pegados o algo así?, el me miro y se sorprendió.

─ oh, señorita!─ me saludo, hasta cuando más me dira señorita?

─ hola Rengoku-san, hasta cuando me seguirás diciendo señorita?─ pregunte después de saludarlo.

─ lo siento!, prefiere que le diga ______-san?─ pregunto.

─ supongo que esta bien─ conteste algo dudosa, este asintio.

─ que hace por aquí?, hace unos días no la veía!─ pregunto alegremente.

─ nada, solo pasaba por aquí─ conteste, no podía decirle sobre el olor.

─ escuche que mañana habrá un festival aquí!─ comentó emocionado─ le gustaría ir conmigo?─ pregunto, me puse algo roja al pensar que sería como una cita pero no lo creo.

─ claro, cuando?─ pregunte.

─ que tal si nos vemos en la tarde?, así podremos ver los fuegos artificiales!─ pregunto.

─ bien, estaré aquí en la tarde─ conteste, le sonreí.

─ también podría ser como una cita!─ dijo, lo mire sorprendida, como podía decir eso sin avergonzarse?, acaso estaba jugando conmigo?

─ u-una cita?─ pregunte, este asintio varias veces como si fuera un niño pequeño─ b-bien─ dije avergonzada.

─ bien!, nos vemos mañana!─ se despidió y se fue, yo hice lo mismo, decidí ir a comprarme un kimono nuevo para mañana e iría con la horquilla que me había comprado solo que con un peinado diferente.

Me quedé ahí parada pensando en cómo sería nuestra primera cita, estaba emocionada y nerviosa, y si hacia algo que no le agradaba?, y si arruinaba todo?, no podía dejar en pensar también en como lo arruinaría.

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Yo nunca tuve una cita con alguien, y ustedes?

Este capitulo me gustó y espero que a ustedes igual!

Gracias por leer!

𝑷𝒓𝒆𝒇𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒎𝒐𝒓𝒊𝒓 𝒆𝒏 𝒕𝒖𝒔 𝒃𝒓𝒂𝒛𝒐𝒔 ×Rengoku Kyoujurou & Tu×  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora