014 •| Jack Conway is back.

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Hago una pequeña aclaración antes de empezar, cuando la letra esté en cursiva, es decir así: cursiva. Quién esté hablando será Jackie y no Conway. Ahora sí, empecemos.

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Owwwww ¿Te duele?— Un gemido fuerte y desgarrador de dolor retumbaba en las oscuras y mal cuidadas paredes en las que se encontraba Jack Conway junto con un tal "Jhonny Melavo". Puesto que sabían por grabaciones de las cámaras de seguridad de la ciudad de Gustabo había hablado con él.

—¡PARA MIERDA, PARAAAAA!— El cuchillo con poco filo se clavaba en el interior de su muslo haciendo que la perforación de la piel fuera muchísimo más dolorosa. Cuando finalmente introdujo los 15 centímetros que media el cuchillo, Jack tomó el mango y lo retorció haciendo que la silla empezara a moverse desesperadamente por los movimientos fuertes que hacía el joven esposado a ella.

¿Dónde coño está mi chico? ¿Tan difícil es decírmelo?— Lo único que recibió por parte del pelilargo fue un escupitajo en su rostro que hizo que levantará su rostro -pues anteriormente se encontraba arrodillado y con la mirada fija en su herida, viendo la sangre salir- y pudiese observar la sonrisa y carcajada sarcástica que salió de los labios de su prisionero.

–¿Su chico? ¿¡SU CHICO!? ¿Cómo coño se atreve a decir eso enfrente mío, después de que le vi follar en el puto tequila con un prostituto? ¡Se aprovechó de la confianza que depósito Gustabo en usted! ¡Le prometió serle fiel y lo traicionó a la primera oportunidad que se le presento! ¡Lo abandonó! ¡Lo dejó solo! ¡Ni siquiera lucho por él!– Le importaba una mierda el dolor punzante y fuerte que sentía en su pierna, ahora solo quería hacerle caer en cuenta a Conway de toda la mierda que soporto su primo -aunque no llevaban los mismos apellidos puesto que Jhonny se lo había cambiado en su adolescencia por un arrebato-.

¡Él fue el imbécil que se atrevió a traicionarme! ¿¡No ves que coño está sucediendo o qué!? ¿¡No te has enterado de la puta película!? ¡Esta con la mafia!— El pelinegro de corbata escupió con rencor y veneno de su boca las palabras destinadas a excusarse a si mismo, a manipular y a hacerle ver a Gustabo como el malo de la película.

—¿¡Qué carajos!? ¡Yo era quien lo escuchaba llorar! ¡Yo era quien le abrazaba durante horas mientras humedecía mi camisa con sus lágrimas diciendo que no era suficiente para usted! ¡Que él era un maldito monstruo y que no entendía como usted estaba con él! ¡Usted es la porquería aquí! ¡Usted es la mierda más grande del mundo!— Soltó un grito desde lo más profundo de su interior cuando Jack decidió cortar su dedo derecho con un alicate, empezando a derramar gran cantidad de sangre, llenando el suelo con una mancha que poco a poco iba aumentando su tamaño

—Creame que conmigo no funciona su juego, conmigo no puede pintar a Gustabo como el villano de esta historia, usted se equivocó. Usted no supo apreciar la maravilla de persona que Gus es. Y lo más importante es que, él reconocía que lo que hacía estaba mal, hacia algo por controlar a Pogo, luchaba contra las acciones que cometía por la noche, se sentía culpable, tenía arrepentimiento en cambio usted.– Jhonny miro de abajo hacia arriba a Conway y una mueca de asco se hizo presente. –Usted no hace nada por cambiar, por mejorar. Ni siquiera sabe manejar su locura para hacer el bien, es un puto loco sin control y no merece a alguien como Gustabo en su vida. No lo puto merece.– Otro jadeo ahogado fue expulsado por sus labios al sentir como su carne era dañada por otra puñalada en su costado.

–Espero que algún día sea consciente del error que cometió y espero que ese maldito día sea cuando ya Gustabo se haya olvidado de usted.– Fueron las últimas palabras que salieron de su boca antes de que su abdomen fuera perforado con un maldito cuchillo de carnicería, abriendo su carne y dejando sus intestinos a la interperie, Jack con su sonrisa sádica tomó su intestino delgado y rodeó el cuello del menor con el mismo, ahorcandolo con sus propios cesos y colgandole de una baranda de acero que había en el techo, viendo como su cuerpo era sostenido por sus intestinos y se columpiaba dejando un rastro de sangre que iba y venía, una y otra vez.

Are we crazy? I Intenabo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora