Isabelle y Joel tienen algo en común. Un amor tan real y hermoso que podría considerarse un cliché de esos que sólo encuentras en las páginas de un buen libro...pero al igual que todos los clichés; tiene su lado malo. Y cuando descubren que la valen...
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—¿Estás jugando conmigo?—la voz de Jossie sale casi en un grito.
—No, Jo.—murmura Christopher.—Nunca en la vida jugaría con algo así…
—Dios, no.—susurra y Joel es capaz de percibir el dolor que se hace presente en su tono de voz.—¿Cómo es eso posible…? Belle es muy joven y es una atleta, se supone que los atletas son los menos probables de contraer enfermedades letales…
—Todavía no sabemos el origen.—responde él.—Pero como se imaginarán para Isabelle saber que tiene cáncer en los huesos y saber que no podrá volver a bailar nunca más ha sido sin duda alguna el golpe más duro que ha recibido en su vida…
—No es para menos.—responde Jossie. Entonces su mano se posa en la de Joel. Los ojos del pelinegro la miran un momento y coloca su propia mano sobre la de su novia.—¿Estás bien, mi amor?
—Sí.—asiente.—Solo me quedé pensando en lo que dijo Chris…—hace una pausa.—Pobre Belle…debe de ser un duro golpe saber que tienes una enfermedad así de horrible…—murmura.
Porque Joel pueda comprenderla. Joel sabe lo que se siente saber que no volverás a tener una vida normal por el tiempo que te queda de vida. Joel sabe la tortura que es saber que vas a morirte y que causarás un dolor tan grande a irreparable en las personas que amas, porque él lo vivió. Él lo vivió dos años atrás y aunque cada día que puede abrir los ojos y seguir con su vida es un verdadero logro también sabe que llegará el día en el que tendrá que irse. Lo que todavía no sabe es como decírselo a Jossie.
Jossette Berbedel llegó a su vida para reparar un poco el daño y el dolor que Joel lleva en el alma. Es como un parche que une las dos partes en las que su alma y corazón se rompieron cuando se enteró que contrajo VIH. Es esa pequeña tirita que lo mantiene de una pieza y que hace que las cosas sean al menos más llevaderas. Cuando la mira a los ojos –sus bellos ojos Hazel que él tanto ama- y puede perderse en ellos un momento se da cuenta que si ella no estuviese en su vida entonces todo sería más opaco y más sombrío de lo que es.
Es Jossie con su sonrisa, su bondad y toda su belleza lo que lo hacen seguir adelante y permitirse pensar que tal vez las cosas pueden ir bien con él. Pero también es ella la que no tiene ni idea que Joel Pimentel es como una bomba de tiempo que en cualquier momento explotará. Que en cualquier momento se irá dejándola con un corazón roto. No puede si quiera pensar en el dolor que ella sentirá ni tampoco puede imaginársela. No concibe la idea y nunca lo hará.
—¿Estás bien…?—cuestiona su novia de nueva cuenta.
Joel la mira un momento. Jo lleva su mano a la mejilla del rizado y cuando retira una pequeña lágrima que escurre libremente por su mejilla entonces se da cuenta que ha comenzado a llorar.—Sí. Solo me quedé pensando un momento.—anuncia llevando sus ojos hasta los de su mejor amigo.—En verdad lo siento mucho, Christopher…
—Créeme, yo lo siento más.
—¿Pero no hay algo que se pueda hacer?—pregunta la castaña.—Hay millones de tratamientos, Chris…