Isabelle y Joel tienen algo en común. Un amor tan real y hermoso que podría considerarse un cliché de esos que sólo encuentras en las páginas de un buen libro...pero al igual que todos los clichés; tiene su lado malo. Y cuando descubren que la valen...
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Han pasado dos semanas desde la cita de Belle y Christopher. Ese día ha sido completamente especial para Belle. Tan maravillosa que recordarla de alguna manera duele. Y le duele demasiado. Y es que por un momento Christopher la hizo que se olvidará de todo. De su enfermedad, de su condición y de toda la mierda que vino con ella después.
Pero Belle tiene un secreto. Se ha lastimado una uña hace una semana y para no preocupar a sus padres no ha dicho ni una sola palabra. Ellos ya tienen suficiente con lidiar con ella. Ha hecho hasta lo imposible para curarla bien pero en el fondo sabe que no está funcionando. No es médico pero puede darse cuenta perfectamente bien que eso no luce bien.
Abre sus ojos lentamente y la luz matutina que se cuela por sus ventanas la obliga a cerrarlos de nueva cuenta. Hoy cada uno de sus huesos duele el doble que ayer y su cabeza está explotando. Lleva su mano derecha a su frente y se estremece dándose cuenta que tiene fiebre. La más alta fiebre que tuvo nunca. Se incorpora lentamente sintiendo la manera en la que un mareo la ataca, deja escapar un pequeño suspiro cerrando sus ojos y se pone de pie con extrema lentitud.
Sus piernas se doblan apenas da el primer paso y un segundo después todo a su alrededor se vuelve negro sumiéndose en un limbo de oscuridad absoluta.
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Chris mira constantemente su celular esperando por la llamada de Belle. Suelta un suspiro prolongado de sus labios anclando sus ojos en la pequeña fotografía recién impresa del día de la cita en la playa con su novia y una sonrisa boba se forma al escuchar el sonido de su celular. En la pantalla ve que Belle está llamando y automáticamente su corazón se estremece.
Atiende sonriendo—Hola. mi amor.—Saluda con una sonrisa en sus labios.
—Hola Chris, no soy Belle—dice la señora Carson y cuando él detecta la angustia en su tono de voz se pone de pie en un salto.
El corazón de Chris da un vuelco en su pecho—¿Le pasó algo a Belle?—dice preocupado el castaño.
—Belle se desmayó esta mañana, la trajimos al hospital de emergencia porque simplemente no reaccionaba.—un sollozo se escapa de la garganta de la señora Carson.—Y…
