Isabelle y Joel tienen algo en común. Un amor tan real y hermoso que podría considerarse un cliché de esos que sólo encuentras en las páginas de un buen libro...pero al igual que todos los clichés; tiene su lado malo. Y cuando descubren que la valen...
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Isabelle inspira con fuerza y ancla sus ojos en la puerta quedándose en completo silencio. Haber venido a la cabaña de Jo ya no le parece tan buena idea como al principio pero al menos puede gozar de la paz y el silencio que le genera no tener a sus padres cerca hablándole sobre hospitales, tratamientos dolorosos y todos esos jodidos milagros que han pasado en personas con cáncer. Porque Belle no cree en los milagros. ¿Cómo diablos puedes creer en los milagros cuando te acaban de decir que el sueño por el que luchaste años enteros de tu jodida vida acaba de venir abajo en un abrir y cerrar de ojos? ¿Cómo puedes creer en los milagros mientras esperas sentada tu inminente muerte? ¡No se puede! Al menos ella no puede hacerlo. Deja salir un largo suspiro de sus pulmones tratando de alejar esos jodidos pensamientos. Aprecia cada intento y esfuerzo que Christopher hace para mantener su ánimo arriba y le duele verlo. Le duele ver cuánto se esfuerza por algo que ni siquiera vale la pena. Su vista vuelve a la puerta, ya que se ha entreabierto.
—¿Podemos entrar?—cuestiona Jo asomando su cabeza.
—Es tu cabaña.—responde ella haciéndola reír. Chris, Joel y Jo entran en la habitación con pasos lentos sin dejar de mirarla a los ojos.
—Belle—la voz del castaño habla primero, posa sus ojos en los de su novio un breve segundo antes de llevarla a sus amigos—.
—¿Qué pasa? —susurra.
—Belle, sé que la noticia de tu enfermedad en los huesos te ha deprimido a sobremanera, obviamente.—hace una pausa—Sé que no es algo de lo que te guste hablar demasiado y también sé que tu sufrimiento es inminente…lo sé, créeme…le conté a los chicos al respecto, y hemos pensado que lo mejor es que te acompañemos a un grupo de ayuda—.
—¿Qué? —suspira.—Chris, no…
—Belle, escuchamos.—pide su amiga acercándose a ella.—Mira mi mamá conoce de un grupo de ayuda que hay en el hospital, sus pláticas son impartidas por una persona con preparación, sabemos que eso no va a curarte pero queremos que al menos tenga una mínima esperanza en que eso es posible. Te hará bien, además no estarás sola —dice Jossie abrazándola por los hombros con sumo cuidado.—Porque nosotros vamos a estar contigo en todo momento. No importa si es bueno o si es malo ¿entiendes? Somos un equipo, Belle… recuerda lo que planeamos…estaremos sentadas en primera fila en cada partido de los chicos ridiculizándolos…—la pelinegra lleva sus ojos hasta Joel y Chris que le sonríen débilmente.
—Queremos ver eso.—anuncia Joel metiendo sus manos en los bolsillos de sus jeans.
—¿Para crear falsas esperanzas donde sobrevivo a esta mierda?—responde.
—No, Belle…—murmura Christopher tomando asiento a su lado. El castaño toma su mano entre la suya.—No queremos crear falsas esperanzas de nada, solo creemos que este grupo de ayuda te hará bien, cariño. Puede ser muy bueno ¿sabes? Vas a conocer personas que pasan por la misma situación que tú y vas a aprender a sobrellevarlo de la mejor manera posible. Vas a aprender a lidiar con ello…
