Isabelle y Joel tienen algo en común. Un amor tan real y hermoso que podría considerarse un cliché de esos que sólo encuentras en las páginas de un buen libro...pero al igual que todos los clichés; tiene su lado malo. Y cuando descubren que la valen...
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Jossie deja escapar un largo suspiro antes de lanzarse a su cama.
Cierra sus ojos un segundo recordando lo lindo que fue todo. Joel tenía razón; un beso bajo la lluvia ha sido sin duda alguna lo más lindo que han hecho juntos. Una amplia sonrisa se dibuja en su rostro siendo totalmente consciente que esta cita aunque empañada por el dolor que ambos sienten ha sido la mejor que han tenido desde que se conocieron.
Lo ama. Desde el primer momento en el que lo vio lo amó. Y va a amarlo para siempre, Jossie lo sabe.
Y es que solamente Joel Pimentel es capaz de transformar cualquier momento –sin importar dónde o con quién estuvieran- en algo divertido y lleno de luz. Y eso es lo que Jo más ama de él.
Con él siempre pudo ser ella misma. Siempre pudo mostrarle su faceta verdadera y con una sonrisa en los labios él la aceptó. Le mostró su lado más humano, su lado más sensible y su lado más atrevido; y él siguió ahí. Incluso aunque en un intento desesperado por protegerla haya tenido que renunciar a ella teniéndola a su lado. Y es que la gente siempre solía hablar de corazones rotos, de rupturas y de partidas realmente dolorosas pero nadie hablaba de un amor sacrificado. De ese amor en el que uno tiene que elegir la estabilidad emocional y se la seguridad de la persona que ama incluso por la suya misma.
Y eso era precisamente lo que Joel Pimentel hizo. La amó, la protegió y renunció a ella aun quedándose a su lado.
Lleva su atención hasta la réplica de la fotografía del baile de graduación –que ahora le parece un día tan lejano- y niega lentamente mordiéndose los labios. La sonrisa que lleva en el rostro no ha desaparecido de ella ni un solo momento desde que Joel la trajo a casa. Y está segura que no desaparecerá jamás.
—Buenas noches, mi amor…—murmura sin apartar sus ojos de la sonrisa de su novio.—Te amo con toda mi alma…
(…)
El sonido del despertador se hace presente.
Jo estira su mano para apagarlo y se gira en la cama envolviéndose con el edredón todavía más rehusándose a salir de la comodidad de su cama para otro día universidad. Deja escapar un pequeño suspiro al tiempo que un par de golpes se hacen presentes en la puerta de la habitación. Se frota los ojos con ambas manos y se incorpora en la cama lentamente.
—Adelante…—responde en un hilo de voz. Christopher asoma su cabeza por la puerta entreabierta y una amplia sonrisa se forma en los labios de la castaña.—Hola, Chris…
—Jo…
—¿Qué haces aquí tan temprano, Chris?—cuestiona sin dejar de mirarlo. Christopher aparta la mirada un momento antes de mirarla a ella de nueva cuenta pero él no responde. Entonces la sonrisa se Jossie desaparece de golpe y una ligera opresión se hace presente en su pecho sin que pueda hacer absolutamente nada para evitarlo. Es pequeña pero potente y la idea la hace temblar.—¿Christopher…?
