Mágica aura.

PILOTO.

                                                                                         -año 2010-

Yuzuru Hanyu. Un chico japonés de 16 años que a simple vista podría parecer uno más entre el gentío de su ciudad, Sendai. Cabizbajo y algo ausente, Yuzu miraba la pantalla de su nuevo teléfono móvil mientras caminaba por las estrechas calles. Estaba viendo una actuación de patinaje en Youtube de la SP World Champs del año pasado.No era realmente fascinante el programa de aquel chico pero extrañamente le recordaba a él. 

Físicamente no tenían nada que ver.

Yuzuru era asiático, pelo negro y muy liso, ojos rasgados, delgado y fibroso y la cara aún de adolescente. El otro chico, sin embargo, tenía el pelo castaño, rizado, ojos grandes y muy expresivos. Profundos. Sus giros eran rápidos, se podía percibir una energía inmensa que desprendía al patinar e incluso al terminar su programa.

Por el nombre Yuzuru sabía que era español o de Latinoamérica. En cuanto se dio cuenta, ya había llegado a la pista de hielo. Guardó el móvil y se dirigió allí con entusiasmo. Ese mismo año iba a entrar en la categoría Senior e iba a competir dentro de muy poco en la copa de Rusia. Tenía que estar totalmente preparado si su sueño de ser el mejor del mundo quería verlo cumplido.

                                                                                             -año 2012-

'Lazy song' de Bruno Mars sonaba en los auriculares de Javier mientras se deslizaba por la pista de hielo de Cricket Curling bajo la atenta mirada de su entrenador Brian Orser. Después de un año de haberse mudado a Toronto, tanto Javier como su propio entrenador habían visto una mejoría asombrosa en el español de 21 años. Tenía un talento innato a pesar de que venía de un país que no había ganado nunca ninguna medalla en patinaje. No había tenido todas las facilidades del mundo pero él nunca se rendía.

La voz de su entrenador le llamaba al fondo.

-Javier, la semana que viene vendrá Yuzuhu Hanyu, seré su nuevo entrenador. Sé que puede haber alguna rivalidad entre vosotros ya que sois de los mejores patinadores que tengo en estos momentos pero espero que eso no complique las cosas. Yo no tengo favorito, me limito a mostrar al 100% el talento que tenéis cada uno ya lo sabes.-

-No te preocupes- Javier le sonrió a su entrenador con la más absoluta sinceridad. Él estaba contento por tener cerca por fin a un talento tal como era Yuzu, podría aprender y mejorar gracias a compartir entrenamientos juntos. Se dispuso a darse media vuelta para seguir en el hielo, pero el entrenamiento ya se había acabado.

Mañana por fin era Domingo. Siempre que tenía tiempo aprovechaba para relajarse en su casa con su gata Effie, hacía videollamadas con sus padres y su novia Miki y jugaba a la consola. Si estuviera en España, aprovecharía todo ese fin de semana para salir con sus amigos, respirar un poco de libertad, distraerse. Pero en Toronto los únicos "amigos" que tenía eran los otros pupilos de su entrenador y el propio Brian. Pero aquel día, en cuanto Javier llego a su departamento, y después de acariciar y mimar a su gata durante unos buenos minutos, se dirigió a su ordenador. Pero no abrió el Skype. Abrió Youtube.

-Yuzuru Hanyu... fs 2011...- susurró para sí mismo. En cuanto le dio al botón de reproducir su mirada ya no se despegó de la pantalla.

Y la tarde nunca se le había hecho tan corta.