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Los sentimientos pueden traernos problemas, sentir celos es algo que normalmente se da entre las parejas, pero el rubio sabía que no eran exactamente eso, bueno, no oficialmente.
No podían negar que el tiempo que estuvieron lejos se sentían marchitar como una flor, tan necesitados el uno del otro para poder florecer.
El alfa aun recuerda cómo sintió los latidos de su corazón tan desesperados, en el que días atrás había dejado de sentir desde que el rubio se había alejado de su lado.
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Jungkook salió de la habitación de Jin luego que hubieran calmado al omega más pequeño, no esperó encontrarse a su chico de piel acaramelada y menos sentir la tensión en el aire.
- Tae...— ninguno de los dos sabía cómo empezar— hoy te ves muy lindo,¡no!, perdón, quise decir que SIEMPRE estás muy lindo.
El contrario pareció no importarle las palabras o, mejor dicho, los intento de halago por parte del azabache, decidido se encaminó hacia su "habitación".
Pero no esperó que la gran mano del azabache le detuviera de sus planes y menos que, lo atrapara entre la pared y el cuerpo del alfa, sin alguna escapatoria.
-¿Qué haces?— habló tan firme como pudo— déjame ir...
-No puedo Tae...es imposible dejarte ir— los dedos del azabache bajaron lentamente hacia su mejilla para acariciar.
-Antes no pareció importarte— realmente ninguno sabía quién era el culpable de todo, ambos sentía que los dos pero nunca lo admitirían, no directamente.
-¿Qué no me importó?...Dios...no tienes idea lo mucho que estoy sufriendo al no tenerte, si me pides que me arrodille por tu perdón...— tomó con suavidad su mentón para casi rozar sus labios— lo haría sin dudar.
Ahora ya no era un solo corazón latiendo como loco, si no dos.
- ¿Sabes que es lo que odio?— el alfa le escucho atento— odio no poder resistirme, odio que tengas el control de mi corazón y mi cuerpo, haces tan difícilmente el poder rechazarte.
-Entonces, adoro que odies lo que más amo.
Ninguno dudó el apartar al otro y menos Jungkook, que miró por un momento los ojitos brillantes del acaramelado, para justo después pegar sus labios en busca de un beso necesitado, recordando el dulce sabor de sus bocas y lo tan bien que encajan.
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Desde ese día su relación había vuelto a la normalidad, lo único que no había cambiado era el hecho de que el rubio seguía sintiéndose incompleto al no poder asegurar una vida junto al alfa o no como todos quisieran.
Abrazado al pecho del alfa sentía que nada más importaba, claro, eso solo sucedía cuando sentía los fuertes brazos protegiéndolo, como si no hubiera nada más que ellos dos.
-Cariño, ya es muy tarde— el azabache seguía insistiendo en irse a la cama pero el rubio no había querido.
-Me siento muy bien cuando estamos así— se aferró más al cuerpo que lo sujetaba.
-Prometo que si vamos a la cama te abrazaré más fuerte y no te soltaré— Tae lo miró con ojos esperanzados.
Sin darse cuenta, el azabache se encontraba siendo jalado con desesperación para su habitación, sacándole una hermosa sonrisa.
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La mañana siguiente había empezado tan bien para el azabache, despertando con lindos besitos por parte del rubio quien no lo apartó de sus brazos toda la noche, se sentía plenamente feliz que dudaba que alguien pudiera borrar eso. O eso creía.
En camino hacia el lago donde solía ir a relajarse antes de ayudar al pueblo con algún pequeño trabajo, se topó con el pálido chico, este le sonrió y se detuvo por un momento...momento en el cual, el lobo de Jeon pudo distinguir un aroma conocido, lo raro que provenía de Yoongi.
-¿Todo bien Jeon? — este le había estado hablando pero se había perdido en sus pensamientos
-¿ah?. Si, claro— le dio volvió a mostrar una sonrisa pero ahora un poco más falsa
-¿Vas al lago? — el azabache asintió— es un buen día para disfrutar de ese hermoso lugar, así que no te quito más tu tiempo
El contrario asintió aún con un mar de emociones por dentro.
-Hasta luego Min...
"Al parecer Jeon había encontrado lo que su vengativo lobo estaba desesperado por buscar"
