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La familia Kim se había estado reuniendo en varias ocasiones para pasar más tiempo con sus hijos y nieto, claramente habían adoptado a Jimin desde que este se presentó frente a ellos.
Últimamente el hogar se sentía un ambiente cargado de emociones, tanto el hecho de que él omega ha estado metido en sus pensamientos y que él menor de los Kim estaba aún peor de su inexplicable situación.
La noche transcurrió de manera lenta y aburrida, el señor Kim había decido ir a la habitación de su hijo menor, lo miró postrado en su colchón con los ojos cerrados así que desistió de su idea.
-Estoy despierto padre...— la ronca voz del acaramelado hizo voltear al padre.
-Debes estar cansado, mejor duerme— Taehyung miró los ojos de su padre.
- Se que tienes algo que decirme— hubo varios segundos de silencio— y no podré dormir si no me lo dices.
El señor Kim se movió por la habitación para llegar hasta su hijo que no le quita la vista de encima por ningún momento.
- Tu hermano nos comentó que últimamente te haz sentido mal...estamos preocupados.
-!Por dios Papá¡ Es solo una simple gripa— Él aceptaba que sus gripas anteriores no le duraban mucho tiempo y tampoco le detenían de su día a día, pero no había nada del porqué preocuparse.
Su padre se quedó callado, como si tratara de pensar en que decir hasta que miró como asentía a su respuesta, le regaló una sonrisa y le susurró un "buenas noches Tae" para después retirarse de la pieza.
Taehyung presenció la oscuridad de la habitación y fue ahí cuando recordó el momento exacto en el que le estuvo rogando a Jungkook porque lo escuchara, sus lágrimas se sintieron aún más amargadas con el recuerdo.
Desde hace varios meses que no ha sabido nada sobre Jeon Jungkook y con el paso de las semanas se hizo la idea de que tampoco él quería recuperar lo que tenían, siendo el único tonto aferrado a algo que nunca existió.
Sintió el vacío en su estómago, el golpeteo insistente de su corazón que le indicaba que aún seguía con vida, con las piernas temblando se levantó e hizo un grito silencioso tratando de saciar todo lo que su cuerpo pedía, las lágrimas no bastaban para curar su frágil corazón, ahora podía afirmar que era mentira aquella frase "llorar sirve para desahogarse" porque él no se sentía así, al contrario, lo hacía sentir miserable a llorar por alguien quien fue tu más grande ilusión, era como una caída al abismo, fuerte y dolorosa.
Entre todo el desastre de su mente, la verdadera esencia cubierta de dolor surgió entre todo queriendo brotar del cuerpo humano, aún no lográndolo.
Caminó hacia su cama mientras que la calentura llegaba hasta el punto de hacerlo delirar, por un momento juro haber visto un lobo de unos bonitos ojos azules que no dejaban de seguirlo y su peluda cola tampoco detenía su movimiento, dándole un toque feliz.Con esa última visión sus párpados pesaron tanto como su cuerpo, llevándolo a una nube oscura de sueño inconsistente.
