Estudio de Abogacía Aritzmendi
Quince días después de lo que Ander había decidido realizar para proteger a Nayra, el abogado llamó al móvil de su pareja para preguntarle si podía presentarse en su buffet y sin Agnes.
Nayra tuvo que dejar a la niña con su abuela y conducir de nuevo hacia el estudio por petición de él. Apenas llegó al lugar, aparcó y bajó para caminar hacia la entrada.
La secretaria se estaba yendo y se saludaron.
―¿Tienes idea de lo que quiere? ―preguntó la joven.
―No, pensé que venías a visitarlo.
―Me acaba de llamar y no tengo idea de lo que quiere.
―Pues ve y te enterarás ―rio por lo bajo y salió de allí.
La muchacha golpeó la puerta y él le pidió que pasara al interior.
―¿Qué sucede? Me has tenido intrigada desde que cortamos la llamada ―dijo, acercándose al escritorio.
―Siéntate. ―Le ofreció la silla frente a él.
Nayra lo hizo y esperó.
―Acabo de firmar los papeles legales del matrimonio por civil ―admitió y se los entregó a ella para que los firmara también.
La argentina quedó tan consternada como decepcionada también porque si bien sabía que ambos lo hacían por protección, tenían una relación amorosa y firmar de aquella manera era como estar firmando papeles generales todos los días.
Cuando finalizó, se los devolvió y se levantó de la silla.
―Ehmmm... Cambiando de tema, pensé en hacerle una pequeña fiesta de primer año a Agnes, ¿qué opinas?
―¿Se lo preguntaste a mi madre?
―Pues no, creí que tenía que decírtelo a ti primero.
―De acuerdo, pero para la fiesta invitados reducidos y que sea íntima.
―Está bien, como no conozco a tus familiares, puedes hacer tú la lista de invitados o se lo pregunto a tu madre.
―La haré yo. Mi madre pondrá gente que conoce ella y no quiero, la reunión es solo para un festejo de primer año, nada más.
―Entiendo. ¿Ella está bautizada?
―No y si te gusta la idea, podríamos combinar ambas cosas, primer año y bautismo.
―Esa idea me gusta más ―le sonrió.
―¿Nicolás y Rebecca te gustarían para los padrinos?
―¿Me lo preguntas a mí? ―dijo sorprendida.
―Sí, es como tu hija.
―Bueno, sí, me gustaría que lo fuesen ―comentó y quedó en silencio―, en fin, pasaré a buscar a la niña y volveré a la casa.
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De Girasoles y un Amor americano ©
Storie d'amoreAnder Aritzmendi es misterioso y solitario. Recio abogado e implacable, en su mundo lo conocen como La Pantera de Chicago, con una reputación envidiable, es uno de los hombres más respetados de la ciudad. Por horarios limitados no puede tener el pri...