Ander Aritzmendi es misterioso y solitario. Recio abogado e implacable, en su mundo lo conocen como La Pantera de Chicago, con una reputación envidiable, es uno de los hombres más respetados de la ciudad.
Por horarios limitados no puede tener el pri...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estudio de Abogacía Aritzmendi
Quince días después de lo que Ander había decidido realizar para proteger a Nayra, el abogado llamó al móvil de su pareja para preguntarle si podía presentarse en su buffet y sin Agnes.
Nayra tuvo que dejar a la niña con su abuela y conducir de nuevo hacia el estudio por petición de él. Apenas llegó al lugar, aparcó y bajó para caminar hacia la entrada.
La secretaria se estaba yendo y se saludaron.
―¿Tienes idea de lo que quiere? ―preguntó la joven.
―No, pensé que venías a visitarlo.
―Me acaba de llamar y no tengo idea de lo que quiere.
―Pues ve y te enterarás ―rio por lo bajo y salió de allí.
La muchacha golpeó la puerta y él le pidió que pasara al interior.
―¿Qué sucede? Me has tenido intrigada desde que cortamos la llamada ―dijo, acercándose al escritorio.
―Siéntate. ―Le ofreció la silla frente a él.
Nayra lo hizo y esperó.
―Acabo de firmar los papeles legales del matrimonio por civil ―admitió y se los entregó a ella para que los firmara también.
La argentina quedó tan consternada como decepcionada también porque si bien sabía que ambos lo hacían por protección, tenían una relación amorosa y firmar de aquella manera era como estar firmando papeles generales todos los días.
Cuando finalizó, se los devolvió y se levantó de la silla.
―Ehmmm... Cambiando de tema, pensé en hacerle una pequeña fiesta de primer año a Agnes, ¿qué opinas?
―¿Se lo preguntaste a mi madre?
―Pues no, creí que tenía que decírtelo a ti primero.
―De acuerdo, pero para la fiesta invitados reducidos y que sea íntima.
―Está bien, como no conozco a tus familiares, puedes hacer tú la lista de invitados o se lo pregunto a tu madre.
―La haré yo. Mi madre pondrá gente que conoce ella y no quiero, la reunión es solo para un festejo de primer año, nada más.
―Entiendo. ¿Ella está bautizada?
―No y si te gusta la idea, podríamos combinar ambas cosas, primer año y bautismo.
―Esa idea me gusta más ―le sonrió.
―¿Nicolás y Rebecca te gustarían para los padrinos?
―¿Me lo preguntas a mí? ―dijo sorprendida.
―Sí, es como tu hija.
―Bueno, sí, me gustaría que lo fuesen ―comentó y quedó en silencio―, en fin, pasaré a buscar a la niña y volveré a la casa.