-¿Porque no puedo estar con Eithan?- pregunto con capricho y molestia. Mis padres nunca han intervenido en mis relaciones a excepción de mi padre en algunas veces, ¿pero porque con él sí? -Porque no Emma, es mi última palabra- sentencia mi padre cruzándose de brazos, de la misma forma que yo lo hago. -Mamá- busco apoyo en mi madre, pero sigue en la misma postura de negación. -Si te lo decimos es por tu bien mi cielo, trata de entender- dice mi madre con dulzura. -Entendería si me dijeran cual es la razón- digo con el ceño fruncido. Tanto misterio empezaba a causarme migraña. -Los padres de Eithan son criminales- responde mi padre sin dar muchos detalles. -Lo sé, los conozco- respondo encogiéndome de hombros. Él me había permitido conocer esa parte de su vida hace tiempo, creo que eso fue lo que nos terminó volviendo más cercanos. -¿Qué?- pregunta mamá escandalizada, mirando con preocupación a papá. -¿Cómo los conoces Emma?- pregunta mi padre con el ceño fruncido. -Acompañe a Eithan a ver a su madre hace tiempo, es buena persona- contesto encogiéndome de hombros. Mi madre palidece un poco mientras mira a mi padre, que la mira de igual forma solo que con molestia. -Pues la mujer que piensas es buena persona, intento lastimarte a ti y a tu madre hace unos años, y no me sorprendería que ese tal Eithan esté involucrado en alguna clase de venganza de su madre- responde papá, dejándome impactada. Mi boca se abre en sorpresa y me quedo sin palabras. Eso no puede ser cierto, él me lo habría dicho. -No puede ser verdad- murmuro, avanzando hasta la puerta de la casa. -¿A dónde vas?- cuestiona mamá en cuanto ve mis intenciones de salir. No le respondo, solo abro la puerta y salgo de la casa a toda velocidad, ignorando los llamados de mi padre. Necesitaba respuestas o una confirmación, y no lo creería hasta escucharlo de sus labios.