Había una vez... Un chico humilde, o como comúnmente les llamaban, plebeyos... Un chico de piel trigueña y tersa, cabellos dorados y belleza sin igual. Un Omega de belleza sobre natural, belleza envidiada por las mujeres de todas las jerarquías, Alfas, Omegas e incluso Betas de todo el reino. Pero, se decía que tenía un defecto, no tenía un aroma, no desprendía aroma alguno. A veces se preguntaba si el podría tener un amor de cuentos, pero vamos, quien se interesaría en un Omega sin aroma... Nadie, cierto? NOTA DEL AUTOR/A: Esta es solo una historia, los nombres aquí utilizados, así como nombres de personas y lugares han sido utilizados meramente para uso literario, no se está tratando de reflejar una veracidad fuera de la fantasía y ficción que está historia maneja. Estimado usuario, si el contenido de este tipo no es de tu agrado, por favor ignoralo, evitemos peleas innecesarias y respetemos a los lectores y autores de esta plataforma.