Hace tiempo, cuando me volví consciente de mis acciones me pregunté "¿Cuál es el motivo detrás de que la vida y el dolor vayan de la mano? ¿Que clase de injusto balance universal es este que atá a toda la existencia conocida y por conocer bajo el mismo reglamento?". Cuando el dolor del despertar me dio voz, los reinos de la creación temblaron y se resquebrajaron, las paredes de los mundos se colapsaron, y especies totalmente diferentes entre sí se vieron las caras por primera vez, lo que en muchas otras realidades se hubiera convertido en un pandemónium en el reino terrenal, para sorpresa de todos los presentes, se convirtió en un nuevo paso al mañana, con tal de sobrevivir, las alianzas se formaron, las disputas se terminaron por miedo a quedar fuera del cambio, los radicales vieron sus creencias convertidas en una realidad que les probaba que el castigo que tanto usaban para influir miedo en otros, podría regresarles como el karma que tanto habían predicado, la coexistencia no se volvió un sueño, se volvió un objetivo. El desbalance del poder género una obligación ante todos estos nuevos individuos: De que debían ser más conscientes de sus decisiones para evitar un desastre masivo ante los actos mal intencionados. Entonces... "¿Por qué?" ¿Qué clase de equilibrio universal dictaminó que aún cuando gran parte del Todo estaba trabajando en conjunto por un bien mayor, debían ser merecedores de tal horrible destino? Nadie sospecharía que detrás de tal horrible tragedia, se encontraba la mejor de las intenciones, nadie se imaginaba que un acto desesperado de amor, generaría que todo aquello por lo que se luchó se perdería para siempre, que todo lo que alguna vez se logró, desaparecería, volviendo a un vacío absoluto, al cero de las posibilidades, a un Cero Absoluto para todo.
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