-Solo dejate besar...-Susurró Marcos, sosteniendome de la cintura robandome un beso en los labios, pero más allá de un mínimo roce, este era más intenso. Se me escapo un suspiro de placer, mientras jugábamos con nuestras lenguas sedientas. Pidiendo más, por que realmente eso era lo que ambos necesitábamos para desconectarnos de el mundo. -A-ah... ¡Basta! Exclamé- Intente detenerlo pero no pude, su cuerpo presionaba encima de mi, moviendo su cintura un poco brusco, rozando mis muslos. Era algo que nunca hice, pero con el, era emociones y sentimientos que parecían únicos. Y no hablo por lo caliente que me encontraba. Se que eramos más que eso. Comencé a mover mi cintura, de atrás hacia adelante, aruñando su espalda de placer. Lo necesitaba más que a nada, lo amaba. Era obvio, seguí besándolo con fuerza y delicadeza al mismo tiempo que el se movía velozmente. En ese instante, me recoste en la pared, soltando mi respiración agitada sólo abrazándolo.