Capítulo 13

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Pais: París, Francia
Hora y fecha: 5:47 am del 31 de Octubre del 2016
Lugar: Hotel LeGran Paris

El crujido de los vidrios estrellándose contra la pared resonaba en toda la habitación; el plan no salió como esperaban y atraparon a los únicos anzuelos que tenían para no traer sospechas, si actuaban en contra de la pequeña se darían cuenta que Jean solamente es un distractor, debían de actuar rápido. Los golpes en la puerta sacaron de su trance aquel hombre que furioso ordeno que abrieran.

- ¿Problemas de ira? - la seductora voz solo cabreaba mas al jefe.
- No empieces, todo esto es tu culpa ¡se suponía que la salida del país era un excelente plan, y que tenemos, nuestros señuelos atrapados! - el puño contra la mesa fue suficiente para trizar el centro de mesa de vidrio.
- Puedes calmarte, esta todo como queríamos - la mujer desliza la carpeta que tan bien conocen como archivo del caso de Colette - Termino. El caso lo cerraron.
- ¿Esto es una broma?
- La detención de Jean como único sospechoso nos dejo libres de cualquier delito. Para la OENP es uno de sus mejores casos resueltos. Esto nos da la gran ventaja de atacar en cualquier momento y no tendrán el poder de detenernos.
- Eres grandiosa lo sabias - un beso lleno de lujuria inundo los labios de la fémina quien no se resistió probando el agridulce sabor de la victoria.
- Me lo han dicho bastante. Pero debes actuar rápido.
- ¿Por qué?
- Mira la siguiente hoja - no se imagino que el traslado de la mocosa fuera tan pronto - Debe ser antes del 8 de Enero.
- Lo lograremos querida, solo debemos esperar alguna falla de esos agentes de juguete, por cierto ¿haz tenido contacto con ellos?
- Si y espero que no sean una piedra en el zapato. Quieren la custodia de Colette.
- Ja, no saben nada que la única custodia que tendrán sera de su tumba.
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La cantidades infinitas de disfraces eran aun mas que en sus sueño. Era la primera salida autorizada de Colette fuera de la casa y todo lo que observaba superaba hasta sus mejores sueños. Nathalie y Gabriel la habían estado consintiendo todo el día empezando por un desayuno buffet en uno de los locales cerca de la casa, sencillo pero con platillos únicos en sabor, siguieron su tour por el Musée du Louvre en donde cada pintura y escultura fue un deleite para los ojos de la pequeña; caminaron por el Pont des Arts hasta que Colette vio los candados colgados.

Flashback

- Mami, papi ¿por qué hay candados?
- Cuenta la leyenda que la pareja de enamorados debe poner un candado y luego lanzar la llave al río para sellar su amor por siempre - la mirada de Colette estaba atenta a las palabras de su mamá - Si bien antes solo lo usaban para enamoramientos, actualmente también mucho amigos ponen sus candados en señal de amistad por siempre o las familias para nunca romperse.
- ¿Podemos poner uno nosotros? - los adultos se miraron incómodos. Aun no habían podido encontrar la forma de decirle la verdad y esto solo empeoraba las cosas.
- No necesitamos un candado cielo - los labios de la pequeña se curvaron en un puchero a lo que Gabriel la toma en brazos.
- Pero la magia del puente no nos separará nunca - era inevitable no reír ante la inocencia de la menor por creer en la magia de esta leyenda antigua.
- Te propongo un trato. Para tu cumpleaños vendremos para acá, compraremos un candados con nuestros nombres grabados y lo colocaremos en el puente ¿de acuerdo?
- ¡Siii!

Fin del flashback

Colette estaba emocionada por pasar su primer Halloween en su vida, y mas aun con su nueva familia. Fue difícil encontrar el disfraz perfecto pues el asombro de todos los brillos, purpurinas, tiaras y capas hacían que la pequeña quisiera todos cuando el burdeo y el rojo brillante iluminaron sus ojos. Al fondo un traje a base de mucho tul rojo y blanco dando forma a una falda bastante voluminosa, una capa rojo vino de seda y una canasto de mimbre pintada de blanca daban un aspecto adorable para una pequeña caperucita roja. Colette estaba mas que fascinada por los colores, texturas y suavidad que no pudo evitar pedirse a sus padres quienes no se negaron a la petición.

Alrededor de las 17:00 hrs una cabellera castaña se asomo por la entrada de la habitación de Nathalie y Gabriel quien este último al notar ser observado levanto su vista para encontrarse con las mujeres que hasta ahora eran lo mas importante en su vida.

- Colette cariño luces bellísima - dijo Gabriel mientras se encaminaba para alzar a su pequeña en brazos y depositarle un tierno beso en su cabeza.
- Gracias papi, ya estoy lista para pedir dulce o truco - ambos adultos fueron a buscar sus abrigos y el de la pequeña para salir a lo que seria la primera festividad en "familia".
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Se suponía que Colette debía de ser la mas emocionada por vivir esta experiencia, pero Nathalie y Gabriel la sobrepasaron por mucho; no dejaban de sacarle fotos cada vez que recibía un caramelo o conversaba con alguna niña que se encontraba en su camino, sin mencionar las incontables fotos de los tres que deberían de imprimir mas adelante. Las farolas de calabazas y los adornos naranjas, negro y morados eran un deleite para los ojos de la menor que le era imposible no preguntar al dueño de cada casa sobre sus adornos.

Cuando las 3 horas y media que llevaban caminando ya se empezaron a manifestar Nathalie la aviso a Colette que tres casas mas para volver a casa nuevamente. Con tristeza la pequeña fue donde su antepenúltima casa, luego a la penúltima y... el entusiasmo mezclado con la adrenalina del azúcar ya ingerido no la hizo percatarse del cuerpo frente a ella hasta que su cuerpo tomo contacto con el suelo.

- ¡Ay! Lo siento señor no qui...- como si hubiera sido un balde de agua fría el cuerpo de Colette empezó a temblar, sus manos que estaban cerca de las del sujeto se detuvieron antes de tomar contacto con ellas, sus grandes ojos miel solo estaban absortos por esos ojos pardo que tan bien había visto casi un año atrás.
- Shhhh... Si dices algo, ellos pagarán - a los segundos sintió como su hombro era tocado para darse vuelta y encontrarse con un platinado bastante fornido.
- ¿Algún problema señor? - el tono de voz de Gabriel era de todo menos amigable; desde que la menor se cayó tanto él como Nathalie fueron apresurados donde ella antes de que pasara algo. Sabían que el caso estaba resuelto, pero sus sospechas de que algo no cuadraba le daba otra opción.
- Si señor, la pequeña no se fijo por donde andaba y tropezó contra mí, espero no se haya hecho daño - todas las miradas se posaron en Colette que ahora en brazos de Nathalie su cabeza estaba escondida entre el cuello de su madre y su pecho, evitando cualquier contacto que pudiera tener con el hombres parado frente a ella.
- Cariño ¿estás bien? - el apretón en su polo rojo le dio a Nathalie mil y un preguntas - ¿Colette?
- Si mami, estoy bien. Perdón señor - sin sacar su cabeza de su escondiste Colette intenta de todos los modos poder responder sin desmoronarse frente a ellos.
- ¿Segura? - no muy convencido Gabriel se acerco donde Nathalie para intentar ver a Colette, pero cada vez mas la pequeña se aferraba a los brazos de la azabache escondiéndose entre su capa.
- Si papi, estoy bien - el susurro no muy convincente pero válido para dejar de intimidar al hombre.
- Muy bien mi amor - la ternura de sus ojos se transformo en un oscuro grisáceo, tan intenso como los truenos con solo mirar al desconocido parado delante de él - Lo siento señor.
- Descuide. Que pasen feliz Halloween - y con ello a paso tranquilo el hombre se fue victorioso de cumplir su misión.
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Algo no andaba bien para Nathalie y Gabriel; desde el incidente con ese hombre la actitud de Colette cambio, no quizo ir a pedir dulces a la ultima casa, el viaje devuelta estuvo callada todo el trayecto mientras se hundía en los brazos de mami, no había hablado ni reído ni preguntado nada desde entonces y eso los estaba atormentando.

¿Y si le hizo algo? ¿La habra tocado? ¿Herido? ¿Asustado? ¿Por qué no nos dijo?

El sonido de pequeños desliz de los pies hizo que giraran su vista de donde provenía el ruido antes de ver como Colette estaba en pijama con el pelo desordenado frotándose los ojos.

- Mami, papi no puedo dormir.
- Vamos arroparte cariño - alzándole sus brazos la pequeña deposito todo su cuerpo en el pecho de Gabriel mientras la pareja de dirigía a su habitación.
- Colette, queríamos preguntarte ¿si el hombre de hoy día te hizo algo? - mencionar eso encendió el sistema de alerta dentro de la menor.
- No mami - respondió rápidamente
- ¿Estas segura? Sabes que puedes decirnos lo que sea
- Es solo que... bueno... mmmm... me dio vergüenza, solo eso, de verdad - confiando en la palabra de su hija aceptaron en creer en ella, aunque muy dentro de ambos sabían que algo no estaba del todo bien.

Misión 06Donde viven las historias. Descúbrelo ahora