15. Lo que hemos dejado atrás.

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Henry se despertó en la madrugada de repente.

Tenía la frente sudada y el cuerpo un poco húmedo por lo sucedido recientemente. Bram aún se aferraba a su pecho con las manos y aquel gesto lo hizo sonreír de manera amplia.

Por primera vez en su vida había hecho el amor. No se trataba de un acto placentero para calmar los deseos más profundos que conllevaba su naturaleza, si no de una conexión especial en donde su alma y su cuerpo habían hablado en el mismo lenguaje y habían encontrado respuestas en Bram.

Y ahora ya no sabía como podría vivir sin aquello. Ya no quería despertar otra mañana si no encontraba aquellos rizos rozándole el pecho, si no veía los ojos grandes de Bram observarlo desde abajo. Se mentalizó y dejo salir el miedo de su cuerpo, el terror insólito que sentía de poder llegar a perderlo si tenía que marcharse a su mundo. ¿Aceptaría irse con él? ¿Sería suficiente el amor que podía ofrecerle para que dejara un mundo entero? Henry no lo sabía, y no dudaba de Bram, pero dudaba de si mismo. Dudaba que la vida fuese a quedarse sin cobrarle lo mal que se había portado con muchas personas en el pasado.

Y aún estaba el peligro que acechaba en cada esquina, lo que fuera que estuviese pasando en su mundo, no era bueno. Necesitaba saber de su madre, de su padre y de Louis. Como extrañaba a Louis, su manera de sacarlo de sus casillas y su potencial sin explotar. Su hermano era una bomba de tiempo, solo bastaba que algo fuerte lo removiera para que se convirtiera en un príncipe con más valor incluso que él.

De repente sintió una necesidad increíble de levantarse, así que apartó un poco a Bram y lo recostó contra una almohada, le cubrió el cuerpo desnudo con una manta gruesa y se esforzó por dejar de mirarlo, por contener todos sus instintos que lo único que le pedían era que lo hiciera suyo nuevamente, que se quedara con él, y, sin embargo, sus pies se movieron hacia afuera.

Abby estaba parada en la terraza, tranquila, mientras una mujer le sobaba la cabeza con delicadeza. Henry se sobresaltó por un momento, apretó un poco las mangas de la chaqueta que llevaba y se quedo quieto, observando.

La mujer no volteo a mirarlo, solo continúo sobando a la gata con tranquilidad.

"Estaba esperando que salieras, alfa" murmuró ella. Su voz era conocida para Henry, aunque la hubiese escuchado solamente un par de veces en su corta estadía en Londres.

"Señora Nola" contestó Henry, sorprendido. La mujer se notaba tranquila, estática, parecía incluso más joven a pesar de que era una mujer mayor. Se trataba de la vecina de dos pisos más abajo, la que les había regalado a Abby.

"Dime que Abraham sigue dormido, necesito hablar contigo a solas" expresó ella, con aquella misma voz fría y tranquila, tan diferente de la que Henry recordaba, y al mismo tiempo, igual.

"¿De qué se trata?" preguntó él.

"De tu mundo"

Henry se sobresaltó de inmediato, la mención de Vassilia lo descolocó de inmediato, el movimiento de la tierra pareció cambiar de dirección solamente para confundirlo y marearlo.

"¿Qué sabe usted de mi mundo?" preguntó de vuelta Henry. Sentía todo el cuerpo de repente pesado, doloroso, algo en su interior se arremolinaba. Una sensación de vértigo, por primera vez experimento aquella caída de sentirse tocando el cielo solamente para sufrir abruptamente una perdida completa de la gravedad.

"Sé que tienes que regresar, que te está llamando. Hay alguien que te necesita" respondió la mujer, apenas y se había volteado para mirar a Henry, pero parecía una persona diferente de la que él recordaba, que era una mujer mayor hecha toda cariño cuando se trataba de Bram. Pero que Abby no la rechazara significaba que la reconocía.

NARCISSIST ⌠Omegaverse⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora