Epílogo.

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Pasaron cuatro días completos antes de que Henry y Bram pudieran separarse completamente. Al principio, solo se miraban, el alfa le robaba algunos besos y luego volvía a repasarlo con las manos, ansioso por averiguar si aún después de todo lo acontecido aquello no era más que un sueño.

Estaban juntos en un ala particular del palacio, habían dado instrucciones para no ser interrumpidos, y justo en este momento, Bram se estaba acomodando para darle a Henry un mejor acceso a su cuerpo.

Sus embestidas se volvían más y más salvajes con el pasar de las horas. La mordida ya no le dolía, por el contrario, los tirones de carne parecían llenarlo de placer de vez en cuando. Henry le pasaba la lengua por la herida y el alivio inmediato lo hacía suspirar. No era la única mordida que tenía en el cuerpo, pero sí la más importante de todas. El resto de marcas en su cuerpo serían cubiertas por las horribles telas que desde ese momento en adelante debían cubrirlo.

Henry lo miró a los ojos mientras se acomodaba entre sus piernas para embestirlo con fuerza. Bram cerró los ojos y un par de lágrimas se escaparon de sus ojos, no sentía dolor, pero el placer le nublaba los sentidos y por momentos estaba seguro que iba a desmayarse. Él también movió las caderas para sentirlo un poco más adentro, si es que eso era posible.

Henry soltó un gruñido propio de un animal.

"Haz eso de nuevo" le susurró al oído.

Bram volvió a moverse levemente, y en un par de embestidas más el alfa se corrió dentro de él. Apretó la madera de la cama hasta que esta se rompió. Sus ojos, sus molares, y todo en él aumentó con el clímax, provocando un dolor enorme en el omega bajo él. Se disculpó miles de veces mientras Bram le susurraba que todo estaba bien. Cuando disminuyó su tamaño, se recostaron juntos a ver el amanecer.

En el quinto día, varias cosas interesantes pasaron.

Louis se levantó temprano de su cama, en una habitación provisional que compartía con Archer. El alfa, a medio vestir y sin el parche, lo aferró a él sin darle oportunidad de escapar, y eso estaba bien, al menos podía quedarse descansando unos minutos más. En la tarde debía asistir a reuniones con los cortesanos que habrían sobrevivido para escoger el nuevo gobierno. Todo el reino parecía querer a Louis como rey, pero él y su hermano aún tenían muchas cosas que decidir.

Afuera, la gente dejaba regalos y los llamaban benditos. Por él, y por Bram. Varios pintores inmortalizaron la imagen de Bram en los juegos del solsticio, y varios niños recién nacidos comenzaron a ser llamados en su honor. Se había convertido en una leyenda propia de los libros de historia de Vassilia. Todos, en realidad, estaban ahora inmortalizados en las páginas de varios libros que pasarían la historia a través de los milenios.

Hasta ese momento, Archer se negaba a ser el rey consorte. Solo quería un barco y a su omega junto a él, pero aún el destino debería decidir si la corona de Louis sería un impedimento para ambos.

El funeral de la reina Nazira se realizó en los sótanos del palacio, y sus cenizas se lanzaron al mar rojo. En cuanto a Merlí, le fue otorgado un lugar junto con los valientes soldados que habían caído intentando entrar al palacio en aquella sangrienta tarde.

"Luchador, hermano, amigo" Rezaba su tumba. Él también sería recordado en las historias como una parte fundamental.

Bram estaba sentado en el balcón observando las dos lunas cuando Adelina, la sanadora del reino apareció por el umbral de la puerta. Era momento de saber lo que realmente pasaba con su cuerpo, aunque fuera tan obvio y notorio para todos. Tan solo la pequeña familia estuvo presente.

Henry, nervioso y torpe como solía ser, no soltaba la mano de su omega mientras Adelina pasaba sus dedos por el vientre de Bram.

"Henry, me estás lastimando la mano" susurró Bram intentando calmar a su alfa.

NARCISSIST ⌠Omegaverse⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora