NARCISSIST ⌠Omegaverse⌡

30. Batalla final.

La daga se hundió directamente en su pecho, atravesando músculo y hueso con un sonido sordo. Su corazón, roto en miles de fragmentos, había sido apuñalado con fuerza una última vez.

Casi fue liberador. El olor espeso y la negrura de su sangre contra el blanco inmaculado de los suelos. Merlí cayó de rodillas y con él, Nazira se separó de Bram antes de ponerle un solo dedo encima. Por instinto, el omega se arrodillo cubriendo su vientre, aún tenía las palabras de la reina en sus oídos "dile que fui yo quien mató a sus hijos"

Hijos.

Se palpó el vientre mientras ella se retorcía en el suelo, por un momento no pudo reaccionar, había estado tan cerca de que le hiciera daño, de que ella acabara con él y con lo que fuese que cargara en sus adentros. ¿Era posible? ¿Era siquiera imaginable pensar que estaba esperando un bebé, o en su defecto, bebés? Cachorritos pequeños con los ojos de Henry.

Tragó saliva y detuvo las lágrimas. Sentía el olor a podredumbre y escuchaba los llantos constantes de Nazira. Merlí estaba en el suelo, debilitándose para salvarle la vida. Con una daga enterrada hasta el fondo en su pecho. La rabia llenó a Bram de fuego.

Lanzó un ataque que dejó a la reina reducida a una criatura sollozante y desgraciada. La mujer se retiró, intentando apartarse de las llamas. Gritaba.

Bram se arrodilló a un lado de Merlí y le sujetó la mano, su corazón, aunque débil, aún latía. Bram se permitió un momento para maravillarse con la entereza de aquel alfa. Después de soportar ser usado como chivo de expiación, esclavizado y luego torturado, se las arreglaba para respirar. Casi parecía que la magia misma no dejaba que se fuera.

Miró a Bram con ambos ojos muy abiertos, consciente de repente de que lentamente estaba perdiendo la vida. En el centro de su pecho, la daga parecía querer enterrarse más y más en su cuerpo.

"Tienes que...tienes que...terminar"

"¿Qué dices?"

"No moriré mientras ella siga viva, y no morirá mientras yo siga vivo"

Detrás de ellos, Nazira profirió una maldición y se levantó del suelo con las quemaduras sanando poco a poco, cambiando de piel como lo haría una serpiente. Se retorció el cuello y miró a Bram con una sonrisa indiscreta.

"Pelea por tu vida, Abraham, y por la vida de tus hijos" mencionó. Su voz era ya un murmullo apagado y oscuro, pero parecía sacar fuerza de aquella oscuridad para seguir. Lejos había quedado el intentar fingir, lo que tenía frente a sí era una criatura despiadada y mortal que acabaría con todos ellos si no le ponían fin en ese momento.

Bram se arrodilló y dejó caer en el pecho de Merlí varias gotas de sangre. Miró fijamente a la reina y se aproximó a ella, sin una pizca de miedo, casi sonreía.

Y la batalla final comenzó.

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Louis tenía un plan descabellado que, definitivamente, Archer no apoyaba en lo más mínimo. Estaban escondidos en un rincón, después de que su alfa apareciera gritando su nombre con Neill y las sacerdotisas del monasterio detrás de ellos. Las mujeres estaban intentando sanar y evacuar a las personas heridas durante la celebración de los vencedores. La mayoría habían muerto o estaban gravemente dañados.

Archer lo encontró luchando codo a codo con su hermano en una visión fantástica y maravillosa al mismo tiempo. Danzando en un compás mortal, flotando de un lugar a otro combinando su delicadeza con la fuerza bruta de su hermano. Realeza. La criatura, enorme y parecida a una serpiente no dejaba de contraatacarlos. Archer se unió a la pelea sacando una espada de su cinturón, listo para defender a su omega y de ser necesario, dar la vida por él. Desde ese lugar, no tenían visión de la infame reina.