Hija De Una Luna Sangrienta[Editada]

Resuelto al Fin

Disfruten su lectura...  (^-^)/

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Kakashi comenzó contando el cuento, mientras Zukuto se quedaba dormida a medida que el cuento llegaba a su fin:

Había una vez en un país muy lejano un rey que era polémico por sus acciones.
Tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala. Los prisioneros eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala y el rey gritaba diciendoles:

"Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala".

Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción.

"Ahora-continuaba el rey-miren hacia el rincón del lado izquierdo".

Al hacer esto, los prisioneros notaban que había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver. En verdad, algo verdaderamente horrible solo de imaginar, mucho más para ver.
El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba:

"Ahora escojan, ¿Qué es lo que ustedes quieren?¿Morir clavados por flechas o abrir rápidamente aquella puerta negra mientras los dejo encerrados allí? Ahora decidan, tienen libre albedrío, escojan".

Todos los prisioneros tenian el mismo comportamiento pues elegían morir por las flechas.
Un día la guerra termino. Pasado el tiempo, uno de los soldados del "pelotón de flechas" estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey. El soldado con toda reverencia y un poco temeroso, pregunto- "Sabes, gran rey, yo siempre tuve curiosidad, pero, ¿Qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?".

El rey respondió:"Pues bien, ve y abre esa puerta negra".

El soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo puro de sol besar el suelo de la enorme sala, abrió un poco más la puerta y más luz y un delicioso aroma a verde llenaron el lugar. El soldado notó que la puerta negra daba hacia un campo que apuntaba a un gran camino. Fue ahí que el soldado se dio cuenta que la puerta negra llevaba hacia la libertad...

-Se ha dormido.-Kakashi dijo, mirando a Zukuto completamente dormida y totalmente acurrucada a su cuerpo.

Estiró un poco los muscúlos adormecidos y finalmente se acómodo para poder dormir pacíficamente lo que restaba de la noche...

(..Z..)

Yo me había despertado por el movimiento, saliendo lentamente de mi adormilamiento cuando note que ya no me encontraba dormida en el césped de aquel lugar, sino que estaba siendo cargada en la espalda de Kakashi-san.

Tolle mis ojos lagañosos y, una vez pude despertarme por completo, Kakashi-san miró por encima de su hombro y me sonrió al ver que ya había despertado, me dio los buenos días con una expresión amable en su rostro y siguió caminando conmigo a cuestas.

Más tarde, Kakashi-san me bajó y continue caminando con él de la mano.

-Ya casi llegamos.-Me dijo él.- Podras ver a tus padres otra vez.

Mis ojos se iluminaron con la idea. Significaba que también podría ver a Ayato-niichan.

-¿También a Ayato-niichan?.-Pregunté con inocencia. Quiero jugar con él como siempre hacemos.

-¿Ayato?.-Kakashi-san me preguntó confundido mientras centraba sus ojos en el camino.

A lo lejos ya se divisaban las puertas que daban bienvenida a la aldea de la flama.

-Ayato-niichan es mi primo, él cuidaba de mi cuando estaba en Konoha,-Kakashi-san me prestaba toda su atencióm.- pero después se fue a algún lugar y ya no volvió.

Bajé la mirada, mirando el suelo.

La mano de Kakashi-san acarició mi cabeza con cariño al ver que me puse triste.

Pronto, ya nos encontrabamos en la aldea y caminabamos directo a mi hogar, la sede del Clan Kurosaki. La sede era un lugar realmente enorme, pues en el vivían cerca de 60 personas, cada una divida en su sección dependiendo a que familia pertecezca. Mi casa es la más grande de todas ahí en la sede.

Kakashi-san tocó a las puertas de bambu con el imponente símbolo del Clan Kurosaki. Estas se abrieron, revelando a un chico de cabello azul cristalino, ojos violeta y ropa tradocional japonesa.

-Renji-san.-Grité al verlo y me lancé a sus brazos.

Renji era...¿Cómo había dicho que era? Ah, si, el dijo que era el mayordomo en jefe en mi casa. Renji siempre jugaba conmigo cuando se lo pedía, además, él es muy amigo de Ayato-niichan. Son tan amigos que se dan besos. Se nota que se quieren mucho.

-Oh.-Renji se tambaleo un poco y me miró desde arriba. Me abracé aún más a sus piernas.-¡Zukuto-sama!-Exclamó sorprendido.

Después, miró a Kakashi.

-¿Usted ha traído a la jovén maestra aquí?.

-Estaba perdida en Konoha, pero...-Kalashi-san fue interrumpido por Renji, quien lo paró jalando dentro y cerrando la puerta.

-Lamento interrumpirlo de esa manera, pero el señor de esta casa, estoy seguro, desea verlo.-Renji me tomó en sus brazos y guío a Kakashi a mi casa.

Pasamos por varias habitaciones, deteniendonos en una que no me gusta mucho, el despacho de mi padre.

Renji abrío despacio la puerta y se inclinó en una reverencia.

-Amo Kurosaki, este shinobi de Konoha a traíso a la jovén Kurosaki devuelta.-Renji se inclino, dejandome pasar ami y a Kakashi-san cortésmente y cerrando la puerta detrás de nosotros.

Inmediatamente corrí a los brazos de mi madre, quien estaba al lado de mi padre atrás en el fondo. Ella me estrujó entre sus brazos con cariño y entre sollozos me susurró que se alegraba enormemente por haber regresado sana y salva.

Kakashi-san comenzó hablando con mi padre, hablando de que el Cuarto Hokage estaba apenado por haber dejado que algo así ocurriese, mi padre se lo agradeció y despidió a Kakashi-san diciendo que le debían mucho a Konoha por haberme encontrado y devuelto sana y salva.

Más tarde, me enteré que Ayato-niichan en verdad había muerto en cumplimiento de su misión al igual qie todo su escuadrón. Renji me consoló fermientemente cuando lloré desconsoladamente en su tumba.

Su funeral fue hermoso, de un hermoso color negro y un ambiente muerto, al final, solo pude dejar un ramo de tulipanes rojos en su lapida con ayuda de Renji...

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Al acabar de recordar ese incidente, Zukuto no pudo evitar soltar un suspiro nostálgico al recordar a Ayato y, por consecuente, a Mizuki, su Maestro.
Deseo poder saber si algún día saldría de aquí y cumpliría la promesa que se había hecho a su mísma por sus muertes.

El mundo estaba lleno de recuerdos tristes y cruelmente dolorosos...

N/A:

Konichiwa, Lectores míos. (^-^)/

Espero lo hayan disfrutado. Porque yo sí disfrute editarlo. (*^*)/

Multimedia: Imagén de la puerta negra en el cuento de Kakashi.

Hasta la próxima. (^-^)/

Sayoonara...