A Otra Jaula

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Disfruten su lectura... (^-^)/

(..S..)

Sabía que esa serpiente pronto intentaría algo. Cumpliendose el plazo, Orochimaru intento poseer mi cuerpo, pues el suyo estaba débil y necesitaba apoderarse del mío para vivir eternamente como ha hecho hasta ahora. Al final, lo asesiné, ya no lo necesitaba, solo era un estorbo. Claro, Kabuto, el muy cobarde, desapareció, pero no me interesa. Solo avanzaré para alcanzar mi objetivo, y para ello, necesitaba de ayuda especial, por decirlo así.

La amplia sala estaba completamente a oscuras, siendo iluminada por el débil resplandor de los contenedores de agua, esparcidos por toda la habitación. Me detuve justo delante de uno de ellos, sin hacer movimientos innecesarios, rompí el vidrio con la empuñadura de mi katana y el agua se desparramó por todo el suelo. Tuve que retroceder un poco.

El agua en el suelo, comenzó a moverse por sí sola y tomar una forma humanoide. Un chico de cabello blanco y destellos azul celeste, con ojos viváces y una sonrisa de tiburón en sus labios, mostrandome sus dientes afilados, se presentó ante mi.

-Pero si es Sasuke.-El chico, llamado Suigetsu, se burló de mi, con las manos en las caderas.-¿Por qué me has liberado de ese molesto contenedor?.

De forma obvio, señaló el contenedor roto con el pulgar, sin siquiera voltear a mirarlo. Después de todo esa era su prisión.

-Formaré un equipo.-No quería andarme con indirectas, tenía más o menos el tiempo medido.

-¡Oh! Veo que quieres mi ayuda.-Suigetsu exclamó en burla, mirandome.

Simplemente me voltee, no quería verle mucho y menos ahora. Estaba desnudo después de todo.

-Vistete. Faltan los otros.-Le lancé su ropa y el recibió con un asentimiento. Salí de la sala y los dos nos fuimos una vez el se vistió.

En momentos, pregunto cosas obvios, como si yo en verdad había matado a Orochimaru. No le respondí, era más que obvio.

-¿Iremos por ella?.-Suigetsu preguntó, tratando de no quedarse atrás.

-Si.

Suigetsu resopló y siguió caminando a mi lado, directo a donde ella se encontraba.

(..S..)

Camine a pasos seguros por los pasillos con Suigetsu atrás mío. Esta era una de las guaridas de Orochimaru donde comprobaba sus teorías o simplemente venía con fines de investigación. Aquí me habían dado a cuidar de Zukuto.

Me detuve al ver un figura cortarnos el paso más adelante.

-¿Qué hacen aquí?.-Exigió, con firmeza. No había cambiado nada.

-Karin.-Pronuncié su nombre en cuanto estuvo frente a nosotros, exigiendo respuestas y con las manos en la cadera, muy molesta.

La chica tenía un largo cabello rojo que caía poco más allá de sus hombros, ojos marrones escondidos tras unas gafas ovaladas y piel perlada. Ella es Karin, guardía en jefe de esta guarida y prisión, cuida de los presos que aquí recidén, son solo conejillos de indias aquí.

Suigetsu se paro al lado mío, mirando a Karin con esa sonrisa de tiburón estúpida que tiene.

-Los rumores no son mentira, Karin.-Suigetsu dijo, provocando que Karin se le acercase.

-Es mentira.-Ella lo agarró por la ropa con furia.-Orochimaru no puede estar muerto.

-Yo lo maté.-Karin soltó a Suigetsu y me miro algo sorprendida.

Hija De Una Luna Sangrienta[Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora