Daolong y Maolong

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Disfruten su lectura.


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Zukuto y Haruka siguieron a Kakashi sin dudar nada, completamente determinados a acabar con el bastardo que los había estado controlando una y otra vez como si fueran marionetas, estaban cansados y hartos de ser manipulados contra su voluntad.

Cuando llegaron con los demás, fueron recibidos por miradas de asombros.

Pero Naruto no, él sonrió, estaba feliz de ver a sus amigos libres de las cadenas que los ataban a la voluntad de Obito, su sonrisa se hizo más confiada conforme ellos se colocaron a su lado junto a Kakashi, dispuestos a dar la vida por el mundo Shinobi igual que el.

-Te ayudaremos, Naruto.-Zukuto dijo, sonriendo suavemente a Naruto mientras Haruka se limitaba a asentir con los brazos cruzados sobre su pecho.

-Se los agradezco mucho.-Naruto le devolvió la sonrisa, poco después se giro para mirar a Obito con la rabia ardiendo en sus ojos y los puños apretados a sus costados. 

-Les abriremos paso.-Haruka dijo, dando unos cuantos pasos por delante de todos junto a Zukuto.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos de los demás pararon sus pasos, clavaron firmemente sus pies en la tierra y adoptaron una postura amenazante, y sin dejar de mirar a Obito directamente a los ojos mordieron sus pulgares y realizaron el jutsu de invocación. A continuación, una enorme nube de humo que tapaba casi toda la vista más allá del horizonte se hizo presente, tapando la noche por unos segundos antes de desaparecer y dejar dos bestias en su lugar.

Uno era un largo y delgado dragón, de cuerpo escamoso color hueso, enormes alas emplumadas como paloma y ojos color jade. Sobre su cabeza estaba Haruka, con el ceño fruncido y los brazos aun cruzados sobre su pecho, ondeando con el aire.

El otro era un dragón de igual características corporales, de escamas color negro, enromes alas emplumadas iguales a las de un cuervo y ojos color rubí. Sobre su cabeza se encontraba Zukuto, con los puños tan apretados a sus costados que sacaba sangre por sus uñas clavándose en la palma de sus manos y el viento soplando por su cabello.  

Las dos bestias sagradas se mantuvieron juntas, entre lazando sus colas y formando un gran corazón con sus cuerpos de serpiente, con sus alas extendidas majestuosamente. Las bestias rugieron, dando señal de estar listos para pelear junto con sus contratantes, listos para dar la vida por esta noble causa que había unido a todo el mundo. Estos fantásticos dragones tenían un nombre; el dragón rey negro, Maolong ; y el dragón rey blanco, Daolong.

Maolong y Daolong se posicionaron para atacar, volviendo a rugir a los cuatro vientos, advirtiendo a Obito que esta era su señal para rendirse, al no recibir respuesta, gruñeron con fervor. Haruka y Zukuto bajaron de ellos y convocaron sus armas del elemento Natura, acompañando a sus dragones cuando estos alzaron el vuelo con rapidez y elegancia. Los demás shinobis hicieron lo mismo.

La batalla se desato de forma brutal, la sangre comenzó a abundar y las bestias mitológicas no tuvieron piedad, destruyeron a todo aquel que se interponía en los deseos de sus contratistas y también protegían a quienes podían.


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Después de algunas horas peleando de forma incansable muchos ya estaban agotados, exhaustos y cansados, y empeorando la situación, la estatua del Gedo había sido invocada y absorbía todo el chakra que se le ponía enfrente, muchos shinobis habían muertos por su culpa. Daolong y Maolong unieron su poder de ataque del elemento fuego y trataron de quemar viva la estatua, habían conseguido interrumpir sus malas obras por momentos y la desaparecieron, pero también cayeron completamente agotados al suelo. 

Zukuto y Haruka acudieron en su ayuda inmediatamente.

-Buen trabajo, Maolong.-Zukuto susurró con ternura al pobre dragón, acariciando su hocico y arrodillada a su lado, el dragón gimió adolorido antes de esfumarse.

-Lo has hecho bien, Daolong.-Haruka felicitó al dragón blanco, acariciando con la palma de su mano una parte del largo cuello de la bestia, luego esta desapareció.

Los dos se dispusieron a regresar para pelear o auxiliar otros shinobis cuando al los detuvo; una sensación desagradable les recorrió la espalda y sus cuerpos se estremecieron, un aura fría y oscura, tan sombrío que el aire se hizo demasiado pesado para respirar, ambos tocaron sus gargantas por la dificultad de hacer llegar oxigeno a sus pulmones.

Cuando pudieron respirar suficientemente bien, se miraron entre sí. Los dos sabían quien era el que provocaba tan asquerosa sensación en ellos.

Revivió, él ya estaba aquí, pensaron los dos al unisono. 

Se levantaron del suelo y corrieron para refugiarse un momento en el bosque para pensar que hacer. Los dos sabían que pasaría luego de su resurección, Obito había sido algo confiado en habérselos contado casi todo. Sabían exactamente lo que pasaría si no hacían algo, eran los únicos que podían hacer algo por ahora.

Ocultaron su presencia en las sombras y cerraron los ojos, entre lazando sus manos para comunicarse telepáticamente.

Debemos hacer algo pronto.

Zukuto dijo alarmada, frunciendo el ceño.

El bastardo revivió, tal y como lo planeo.

Haruka dijo entre dientes, enojado consigo mismo por haber pensado antes que nunca funcionaria su plan.

No podemos permitir que invoque el poder del Tsukuyomi Infinito.

Zukuto dijo, creyendo firmemente que un mundo de sueños e ilusiones no estaba bien, era una vil mentira llena de felicidad falsa. 

Lo detendremos.

Haruka concordó, con un plan en mente para poder hacer algo por mínimo que fuera.

¿Cómo?

Zukuto preguntó, bastante intrigada por la determinación de su compañero. 

Tengo un plan, pero es extremadamente peligroso.

No importa, si ganamos el tiempo suficiente esta bien por mi.

Zukuto dijo, sonriendo a Haruka de fomra dulce.

Entonces que así sea, espero Naruto y Sasuke no mueran.

Haruka suspiro.

-Haruka.-Zukuto lo llamó fuera de la conexión, él se volteo para mirarla a los ojos.- Si esto no funciona, yo..

-Funcionara.-Haruka interrumpió a Zukuto, sabía a donde quería llegar y no le gustaba.- Te protegeré esta el final, lo prometo.

-Te  amo, ¿lo sabes?-Zukuto dijo, dando una triste risa vacía, sintiéndose algo tonta por decir algo tan obvio.

-Yo también, tanto que duele.-Haruka susurró, acercándose a Zukuto con lentitud.

Haruka apego el cuerpo de Zukuto al suyo con sus brazos, rodeando la cintura de su amada y brindándole apoyo. Se acercó aún más al rostro de Zukuto, mirándola directo a esos encantadores ojos plateados antes de darle un casto beso en los labios con gentileza. La fría brisa de la noche los regresó a la realidad, se separaron y juntos emprendieron camino para afrontar su destino.

Estaban completamente concentrados en acabar con todo este desastre de una vez por todas, aún a coste de sus vidas...



N/A:

Konichiwa, gente.

Espero les haya gustado este capítulo.

Y lamento las molestias que les causó por no editar los capítulos tan seguido.

Multimedia: Daolong y Maolong cuando emergen del jutsu de invocación, la canción se llama "Imagine Dragons: Warriors (Viola Cover/League Of Legends).

Hasta la próxima.


Sayoonara...

Hija De Una Luna Sangrienta[Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora