Caza sangríenta

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Disfruten su lectura. (^-^)/

El Maestro y yo caminabamos con tranquilidad a tráves del bosque; los altos robles nos rodeaban, la luz del sol se xk por entre las hojas y yo sentía el aire pasar entre mi cabello. Nos detuvimos en una linda y pequeña pradera; la hierba alta se mecía con la brisa del verano y se podía sentir un agradable ambiente en el lugar.

-Dormiremos aquí.-El Maestro me anunció, sonando tan amable como siempre.

Con el tiempo, comprendí que al Maestro le agradaba quedarse en lugares tranquilos y gráficamente hermosos. Yo nos concideraba nómadas en busca de respuestas inhunumanas, una idea loca ante ojos y oídos mortales, pero simple y perfecta para los que buscan paz. Porque todo este mundo estaba muerto, hermosamente muerto.

Mi visión del mundo no cambiaba mucho, seguía siendo un lugar lugúbre y oacuro, solitario para el corazón y destructivo para el alma, la ilusión de mis fantasías son las que consolan estos sentimientos prohibidos en el fondo de mi corazón. Apagaba mi ser con una insistente facilidad y lo encendía con una combustión increíblemente lenta.

Tenía mucha suerte de tener al Maestro a mi lado, le estaba agradecida a él y al destino que cruzó nuestros caminos.

Una vez todo quedó listo para pasar la noche, él me llamó y yo acudí a su lado.

-Nekoto.-Su agradable tono de voz se dispersaba en un toque de diversión que pude identificar con facilidad innata.-Te tengo un regalo.

Me acerqué a él curiosa. El Maestro jamás me había dado algo aparte de sus enseñanzas, ¿Qué era lo que aguardaba para mi tras esa sorpresa?.

Él me sonrió, y con rápidez, sacó un objeto detrás de su espalda y lo puso frente a mi. Estaba desconcertada, ¿Qué era aquella cosa tan extraña que veían mis ojos con curiosidad?.

-¡Feliz cumpleaños!.-El Maestro me felicitó con alegría. Poco después miro con una sonrisa que veía detenidamente aquella cosa frente mío.-Es un violín.-Me indicó, tomando ese llamado violín entre sus manos.

-¿Violín?.

-Es un instrumento, produce su sonido cuando las cerdas del arco se frotan contra las cuerdas de acero dn la caja de resonancia.-Me explicó, señalando cada una de las partes que antes mencionó, después, lo acomódo entre su hombro y barbilla. Ladee la cabeza en espera de ver que haría.- Si se toca como se debe, producirá las más bellas melodías. Te mostraré.

Dicho eso último, me senté de piernas cryzadas en el césped para obervar lo que haría el Maestro.

Cerró los ojos y comenzó deslizando el arco por las cuerdas con afinidad, sus dedos se movían con fluidéz por el diapasón y su cuerpo se movía con la melodía como las hojas de otoño con el viento. Una hermosa melodía inhundó el aire y se metió por mid oídos con claridad, era suave y arrullaba el ambiante con una calma y armonía cálida. Me atrapaba y no me dejaba pensar en otra cosa que no fuera el disfrutar el mejor sonido que he oído en mi jovén vida, lo escuché hasta que la última nota culminó con una precisa sutileza y reinó el vacío del viento.

-Te gustó, ¿no es cierto?.-Me devolvió el violín con mucho cuidado y yo asentí energéticamente en respuesta a la pregunta de mi Maestro.- El sonido que el violín hace, es la voz de la Luna, Nekoto.

-¿La voz de madre?.-Pregunté yo, mirando la Luna que ya comenzaba a ponerse en el cielo.

-¿Quieres reproducir la voz de tu madre también?.-Le preguntó y yo asentí sonriendole.-Te enseñaré entonces.

Hija De Una Luna Sangrienta[Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora