Cuando llego a la puerta de su dúplex entro con la llave de repuesto, Amelia tenía razón, las luces están apagadas, todo el lugar está sumido en una profunda oscuridad. No hay música proveniente de su violonchelo, pero sé que debe estar ahí, así que tomo aire y camino hasta aquella habitación, cuando llego ahí, la puerta está abierta y él está de pie parado mirando por los ventanales de vidrio. Tiene las manos en sus bolsillos como es costumbre en él. Simón no me siente llegar y yo me permito mirar alrededor de la habitación, antes de dar un paso dentro de la misma.
—Te quedaste con ella ¿Verdad? Me siento estúpida ahora porque creo que debí ver las señales, pero analizando todo de nuevo solo puedo pensar en que no había señales, no algunas visibles al menos, porque me dijiste que querías esto, y ella estaba lejos, ustedes se iban a divorciar, tú y yo estábamos bien y se supone que tú la habías superado, que estábamos avanzando juntos. Creí que eras feliz a mi lado, pero no fue así porque te alejaste de mí y te quedaste con ella.
Pero ese ha sido el problema con Simón, desde el principio, él siempre está huyendo, escapando de mi incluso cuando prometió no hacerlo ¿Acaso aquella promesa no significa nada para él? Tal vez ese fue el problema entre los dos, que nos llenamos de promesas y después no supimos cómo mantenerlas todas, no supimos encontrar un equilibrio entre las promesas que hicimos y cómo podríamos mantenerlas, nos llenamos de promesas, tantas y tantas de ellas y al final no mantuvimos ninguna. Él no lo hizo. Yo aún no he roto ninguna promesa ¿era demasiado esperar a que él hiciera lo mismo?
—April, lo siento.
—Sabes que es lo que más me duele. Tú me dejaste creer que teníamos una oportunidad y que no me ibas a lastimar. Cuando realmente no teníamos una oportunidad real. Así que, por favor, sé honesto conmigo.
Hay un dolor similar al mío en su mirada, es placentero saber que no soy la única que está sufriendo aquí. Que a pesar que el dolor de él no se pueda comparar con el mío, él también está sufriendo, así que algo de lo que vivimos juntos debió ser real. O eso creo, porque entonces él parpadea y ya no hay nada en su mirada, solo son dos pozos oscuros que me miran fijamente, su mirada ya no expresa ningún dolor o alguna otra emoción, como si nunca hubiera habido nada en un principio. Y él sin apartar la mirada extiende lentamente su mano con la intención de tocar mi mejilla, pero deja caer su mano de forma brusca cuando está a centímetros de mi mejilla.
—Así que quiero que seas honesto conmigo en este momento, necesito que seas honesto, no importa cuánto me duela lo que vayas a decir. No me des esperanza si no las hay o me digas aquello que crees que quiero escuchar, solo sé honesto conmigo, por favor. Porque me has mentido todo este tiempo y necesito que seas honesto conmigo ahora. —Le pido con una voz desprovista de cualquier sentimiento. Porque si me permito sentir, si dejo entrar todas las emociones que están dando vueltas dentro de mí, no estoy segura de lo que pueda suceder porque apenas y estoy aguantando ahora. —Necesito que me explique tu mensaje, o porque Amelia, dice que si firmaste esos papeles. Necesito saber si algo de lo que sucedió entre los dos fue real.
Las lágrimas brotan suavemente de mis ojos mientras le ruego mentalmente que me diga que aquello que hemos pasado significó tanto para él como para mí, que no tuvo sentido para él, que él no me ha usado solo para llenar un vacío porque eso es lo que viene a mi mente ahora.
—Fue real, esto fue real, lo que siento por ti es real, pero April, pero...— él me dice en un tono más duro de lo que pretende. Veo que al igual que yo, él busca la manera de crear un pensamiento coherente en esta situación. También veo que se arrepiente de inmediato por su tono y yo muevo la cabeza antes que él se disculpe y eso me hace sonreír. Es irónico que incluso ahora lo conozca tan bien que sé lo que va hacer incluso antes que el pensamiento se forme en su mente. —Quise decir lo que dije antes, me gustaste en el momento en que te conocí. Fuiste la única razón por la que regresé de aquella oscuridad en la que me había sumergido. Mi madre solía hablar todo el tiempo sobre la llama de la esperanza y que todos tenemos dentro de nosotros una vela que representa la esperanza, y que cuando la vela esta apagada es porque hemos perdido la esperanza, pero cuando te conocí, aquella vela volvió arder.
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Cuando las estrellas forman constelaciones [Serie escrito en las Estrellas #3]
RomanceSer la dama de honor en la boda de mi hermana mayor, no sería un problema sí yo no estuviera en secreto enamorada de su futuro esposo. Y ahora tengo que fingir una sonrisa, decir que todo está bien, mientras veo como él se casa con ella, porque siem...